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Efectivamente, desde el punto de vista del Derecho, prima la vida humana sobre la de cualquier otro ser que pueda amenazarla y nuestro deber es abatir la amenaza. Esto es solo desde el punto de vista del ser racional Homo sapiens sapiens.
Pero ¿y el Derecho del oso?. El oso, como todos los demás seres, se rigen por el Derecho de la Nauraleza y este puede parecer cruel pero es el que está impreso en cada criatura y lo obedece de forma irresistible (San Agustín).
Para el oso, que es un ser omnívoro, su vida depende del sustento que le proporciona el entorno, con sujección a una norma no escrita por el hombre: Lograr el mayor aporte energético con el mínimo esfuerzo.
Para el oso y su Derecho, es presa todo lo que pueda abatir. El oso viejo y mermado de facultades, junto a su instinto, tiene unas pautas de comportamiento aprendido. Dentro de esas pautas está la de calibrar en cada caso el esfuerzo, los riesgos y el provecho de cada lance de predación. Núnca - a no ser que sea acorrolado- buscará como presa a un nativo o a un ranger armados, pues el olor de la pólvora le indican que el riesgo supera el provecho. Pero si otro Homo sapiens sapiens sin medios de defensa, le resultó fácil de cazar, pues en adelante se dedicará a este tipo de presa. En la Naturaleza, "lo que se caza se come" y el oso obedece la norma, pues si no caza y come, va encaminado al cumplimiento de otro precepto: se come para vivir y no ser comido, con la ceteza de que al final, todos resultarán comidos por otros seres que vivirán del aporte energético que todos poseemos. Ese final irremediable tiene como precepto natural, el del instinto de conservación del propio ser que compartimos con los demás seres. Yo mataría el oso pero entendiendo que tiene derecho a predar sobre todo lo que le pueda servir de alimento para no perecer. Sin perjuicio del cumplimiento de mi deber, entiendo el derecho del oso. Falco.