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Las finanzas de ETA cada vez son más boyantes.
La deriva cada vez más negativa del proceso negociador ETA-Gobierno, y la inacción de las últimas semanas en cuanto a nuevos arrestos de terroristas callejeros, está dando como resultado un mayor miedo entre los empresarios y que sean más los que están dispuestos a pagar el chantaje que les exige ETA.
Si ya habíamos comentado antes que ETA había aumentado sustancialmente sus exigencias de dinero en sus cartas de extorsión (pasando en algunos casos de 60 hasta los 120.000 euros), este miedo está sirviendo para aumentar el porcentaje de recaudación respecto a las cartas mandadas.
Además, ETA está extendiendo el círculo de chantajeados. No es solo que la han recibido empresarios que nunca antes habían sido extorsionados, como ya os conté, sino que se ha extendido ahora el chantaje etarra a otros profesionales liberales: médicos, abogados, arquitectos, farmaceuticos, economistas, ....
También se está extendiendo el "IVA en tramo minorista" (perdón por la broma). Se trata de extorsiones que los jarraitxus borrokillas hacen a los comerciantes y hosteleros de determinados barrios y pueblos. Entregan en mano un sobre vacío y dicen que es para los presos, o para la reconstrucción nacional. Y que pasarán a recogerlo en unos días. Y pagan, vaya si pagan.
Como Al Capone y otras mafias similares, o como el IRA en sus tiempos.
Y si no pagan, les puede pasar como al bar Manolo 2, en Pamplona, la pasada madrugada. Puras, el fidelísimo Delegado del Gobierno en Navarra, niega relación con el terrorismo callejero, y dice que fue en acto vandálico (porque no rompieron los cristales para incendiar dentro) y que la elección del local "pudo" ser casual. ¿Creeis que unos vándalos se paran a intentar quemar un local con botellas de gasolina sabiendo que se arriesgan a que los acusen de terrorismo? No era ni una cosa ni otra, era un aviso para que pagara.
Lo que pasa es que hay quien piensa en las alturas que no compensa cortar los medios de financiación de ETA, porque entonces intentarán algún secuestro y ese acto terrorista dificultaría que el Gobierno pueda seguir la negociación con ETA.
Parece como una especie de acuerdo, más o menos tácito: yo sigo chantajeando impunemente (para que luego digan que no tienen impunidad) y a cambio me comprometo a no secuestrar a nadie.
Por eso un empresario que había recibido una carta de ETA se quedó perplejo cuando uno de los "buenos" le decía: "Tienes que pagar para ayudar al proceso".
El mundo al revés.