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Avelino, guía durante años de las Cuevas de Llamazares, estuvo en prisión por la muerte de otro vecino al que acuchilló en la bolera de Cerulleda por rivalidades de la guerra / Como hiciera hace 40 años, el agresor también huyó al monte para luego entegrarse
Un crimen ha vuelto a sacudir la tranquilidad de los vecinos de Redipuertas y, detrás, la misma mano. Avelino, el que fuera durante años el guía de las Cuevas de Llamazares, ha vuelto a teñir de sangre esta pequeña localidad leonesa.
Al igual que hiciera hace ya más de tres décadas, a este hombre no le ha temblado la mano para acabar con la vida de otro de sus vecinos en esta ocasión de su prima carnal, después de matar a un varón en Cerrulleda, una localidad colindante a Redipuertas.
También en plena calle, Avelino mató a un varón de avanzada edad, en esta ocasión no por rivalidades familiares sino por disputas y diferencias sobre los años de la Guerra Civil.
Una rivalidad conocida por todos a la que Avelino puso punto y final una tarde cuando, casi sin mediar palabra, acuchilló por la espalda a su víctima cuando estaba jugando a los bolos.
Se repite la historia
Un terrible suceso que, también por aquella época, conmocionó a esta pequeña localidad y por el que Avelino, un varón soltero, fue condenado a varios años de prisión. Sin embargo, ni los años en la cárcel, ni el remordimiento han impedido que este sábado de nuevo se manchase las manos de sangre.
Casi repitiendo las pasos de aquel terrible día de hace ya casi 40 años, aunque en esta ocasión con escopeta en mano, Avelino, también en plena calle, ha acabado con la vida de su prima carnal que ha fallecido como consecuencia de las graves heridas provocadas por los disparos.
Luego, como ya hiciera casi 30 años atrás, armado ha huido al monte donde ahora le buscan los efectivos de la Guardia Civil. Una huída que, según prevén sus vecinos durará poco, ya que creen que Avelino se acabará entregando a los agentes como ya hiciera la primera vez.
Los vecinos se encuentran conmocionados y aún no se pueden explicar lo ocurrido. Entienden que lo que ha hecho es más propio de un "monstruo" y, aunque en su mayoría reconocen que era una persona "rara y reservada", aseguran no haber tenido problemas o vivido algún tipo de enfrentamiento con el agresor.
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