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Historia de las armas del FBI
Por Bill Vanderpool
American Rifleman sept 2011
A finales de 1973, me encontraba en la academia del FBI en Quantico, Virginia, comenzando el programa de entrenamiento de nuevos agentes. Tenía una experiencia de 11 años como agente de la ley, como investigador estatal, y era un instructor en armas de la NRA y un graduado de la academia nacional del FBI. Pero una mañana a finales de Noviembre, yo era sólo uno de los más de 30 estudiantes que recibían sus armas de servicio por primera vez. Se nos facilitó a todos un Smith & Wesson modelo 10, con cañón de 4 pulgadas, cachas de madera redondeadas en la base para facilitar su porte oculto, y un “grip adapter” (N. del T: una pequeña pieza que se acopla a la empuñadura, de forma que rellena el hueco que queda detrás del guardamonte; los del FBI eran de la marca Pachmayr y ya no se fabrican. Otros adaptadores populares son los “Tyler T-grip”). Al ser un armero entrenado por S&W, pude apreciar que el mío parecía nuevo y tenía un excelente, aunque conservador, afinado de la acción. Había más de 40 años de historia de las armas del FBI antes de que me dotasen con ese modelo, y habría muchas marcas, modelos y calibres después.
Cuando Walter R. Walsh se unió al FBI en 1934, se encontraba en la primera clase de nuevos agentes que iban a ser armados oficialmente. Antes de dicha clase, los agentes obtenían a menudo autorizaciones de sheriffs y jefes de policía locales para llevar un arma. Uno se pregunta hasta qué punto eran legales esas autorizaciones, y qué sucedía en los casos en que se tenía que usar el arma.
Walsh recibió como dotación un Revólver Colt Official Police de 4 pulgadas en .38 spl cuando se graduó, pero inmediatamente comenzó a portar una Colt M1911A1 personal en .45 ACP. Era el arma que llevaba cuando arrestó a Dco Barrer en Chicago en 1935, y era una de las dos armas cortas que tenía en Bangor, Maine, en el tiroteo con la Banda Brady el día de Colón en 1937. Estaba ciertamente más familiarizado con la .45 que con el revolver, puesto que era un tirador experto con la M1911, que había usado en competición en tiradas civiles y militares.
Las reglas del Bureau sobre el empleo de armas personales eran entonces más relajadas, ciertamente más que en la actualidad. Walsh no recuerda haber tenido que hacer ningún papeleo para poder portar la .45 y cuando adquirió un par de Registered Magnums (N. del T: el antecesor del S&W modelo 27), podía portar cualquiera de ellos, o ambos a la vez, si así lo quería.
Aunque 1934 fue el primer año en que el FBI dotó un arma oficial, el antiguo Bureau of Innvestigation dotaba a sus miembros de varias armas, incluyendo la semiautomática S&W modelo 1913 del calibre .35, la Colt Government Model del .45 y el S&W Military&Police del .38 spl. Roy McHenry, que estuvo en el Bureau de 1917 a 1920 escribió que usó la Smith del .35 en un tiroteo con contrabandistas que intentaban robar Whiskey de un depósito federal. Dijo que esto tuvo lugar bastante antes de que los agentes recibieran poderes específicos para realizar arrestos. No había entonces tiradas de calificación formales, pero los agentes podían comprar su propia munición y disparar sobre blancos de papel, o incluso contra latas vacías de cerveza que se hacían rodar por una cuesta como blancos móviles.
Después de la autorización inicial en 1934, se adquirieron varios modelos para dotar a los agentes. Estos incluían la Colt Government en .38 super auto, los revólveres Registered Magnum de armazón N en calibre .357 y revólveres S&W del .38 spl. El director del FBI J. Edgar Hoover poseía varios revólveres diferentes. Uno de ellos, un Colt Pocket Positive en calibre .32, con martillo recortado, se encuentra en el museo del FBI. También se le regaló un Smith & Wesson Registered Magnum, pero su localización actual es desconocida (al menos, para el FBI). Los .375 magnum y las .38 super fuero adquiridas para penetrar mejor los automóviles, y los chalecos antibalas con placas de acero que usaban los gangsters de la época.
Como nota interesante, el FBI adquirió posteriormente algunos revólveres bastante raros para usarlos como ayuda en el entrenamiento. El modelo 45 era un S&W de armazón K, de 4 pulgadas, pero del calibre .22 Long Rifle. Se pensaba por entonces que el retroceso más ligero sería una ayuda para aquellos agentes que tenían problemas con el retroceso del .38 spl. El proyecto se abortó pronto.
La facilidad en su ocultación debe haber sido también un factor, puesto que se adquirieron y se facilitaron a los agentes varios revólveres de armazón pequeños a lo largo de los años, incluyendo el Colt Pocket Positive, el S&W modelo 49 “Bodyguard”, El Colt Detective Special (con la prolongación que protegía el martillo de engancharse en la ropa) y posteriormente el S&W modelo 60 “Chief’s Special” inoxidable. Los agentes que disponían de revólveres de armazón pequeño autorizados por el FBI solían llevar el arma pequeña en la calle pero hacer las tiradas de calificación con los revólveres de 4 pulgadas. A causa de esta costumbre, los nuevos reglamentos del FBI requirieron que los agentes hicieran las tiradas de calificación con todas las armas que los agentes estuvieran autorizados a portar.
El FBI adquirió un número de revólveres Smith and Wesson únicos a la Oficina de Investigación Naval de la US Navy. Se trataba de revólveres modelo 19 “combat magnum” fabricados especialmente con cañones de 4 pulgadas y empuñaduras redondeadas. Estos revólveres se adquirieron para empleo por los equipos SWAT del FBI, pero muchos fueron usados por otros agentes de campo. De todos los revólveres que el FBI tuvo este modelo, conocido en el Bureau como el “O.N.I.” es uno de los que los agentes más odiaban desprenderse. De hecho, hubo bastantes modelos 19 regulares, con empuñadora acabada en pico (“square butt”) adquiridos personalmente por los agentes y autorizados para su uso en servicio por el FBI, que fueron modificados a una empuñadura redondeada por los talentosos armeros de Quantico.
A mediados de los 70, el Bureau intentó alcanzar un compromiso entre calibre y tamaño. Para una agencia de investigación que desarrollaba sus actividades de paisano, los revólveres más grandes de armazón K y N con cañón de 4 pulgadas eran demasiado grandes, pero era difícil alcanzar las puntuaciones de calificación necesarias con los pequeños revólveres de armazón J con sus cañones de 2 pulgadas. El primer intento para alcanzar un compromiso fue el S&W modelo 10-6, un .38 spl con cañón de 2,5 pulgadas y empuñadura redondeada. Este modelo fue una elección impopular, ya que la varilla del eyector resultaba demasiado corta para expulsar eficientemente los casquillos, y el radio de miras corto dificultaba el alineamiento de miras en condiciones de baja luminosidad. Muchos agentes ampliaron un poco el canal que servía de mira posterior, para conseguir una mejor visión de miras.
El siguiente intento fue un éxito. El S&W modelo 13 era un revólver de armazón K con empuñadura redondeada y cañón de 3 pulgadas en calibre .357 Mag. Se demostró un arma ideal para una agencia de investigación. La mayoría de los agentes usaban la munición de servicio del .38 spl (bala de punta hueca de plomo de 158 grains, carga +P), pero podían si lo deseaban usar la munición magnum autorizada, la Winchester Silvertip de 145 grains. El modelo 13 fue el último revólver de servicio del FBI. Después de más de 50 años, el arma primaria de los agentes sería una pistola semiautomática.
Las primeras semiautomáticas, adoptadas a principios de los 80, estaban destinadas a los equipos SWAT, y al recientemente formado Equipo de Rescate de Rehenes. La primera pistola para los equipos SWAT fue la S&W 459, equipada con un alza fija con borde blanco y un punto con inserto de color rojo. Se demostró como un arma excelente y fiable. Fue usada en muchos tiroteos a l o largo del país y funcionó bien. Los críticos denostaron el calibre 9 mm Pb después del infame “Tiroteo de Miami” del 11 de abril de 1986, pero la adopción de munición con mayor poder de penetración (Winchester subsónica de 147 grains) hizo que el arma fuera más efectiva, al menos como un arreglo temporal (N del T: esto último es un concepto muy discutido por numerosos expertos).
Reconociendo la necesidad de mayor poder de fuego, el FBI adoptó la SIG SAUER p226 en 9 mm Parabellum alrededor de 1988, fundamentalmente para empleo de los equipos SWAT, para reemplazar a las viejas 459. La SIG SAUER p228, también en 9 mm Pb, fue seleccionada por entonces para empleo general por los agentes. Fue una elección extremadamente popular, tanto con los agentes como con los armeros del FBI que realizaban su mantenimiento. Compacta, ligera y fiable, sirvió bien al FBI durante muchos años. En 1988, adquirí una de las primeras 228 aprobadas por el FBI y la llevé durante mis últimos 5 años con el Bureau. Todavía la utilizo para las calificaciones anuales requeridas por el HR 218, el Acta de Protección de Oficiales de Policía.
El Bureau decidió sabiamente permitir a los agentes que estaban cerca de la fecha de retiro continuar usando sus familiares revólveres, en vez de tener que hacer la transición a las semiautomáticas.
También en los 80, el Equipo de Rescate de Rehenes adoptó la Browning Hi-Power (FN GP-35). Las primeras fueron modificadas por Wayne Novak y las posteriores por los armeros del FBI en Quantico. Eran muy populares con los agentes, y algunos se mostraron renuentes a desprenderse de ellas cuando fueron reemplazadas por las pistolas 1911 del .45 ACP, las primeras construidas por Les Baer, que usaba los armazones de gran capacidad de Para Ordnance. Posteriormente, el modelo “Bureau” de Srpingfield Armory reemplazó las armas de Les Baer. Los agentes SWAT recibieron también las .45 y la mayoría todavía las usan.
Después del tiroteo de Miami de 1986, hubo un esfuerzo importante en encontrar un calibre más eficiente para el FBI. Una facción deseaba seguir con el 9 mm Pb, pero con mejor munición. Otra luchó por el .45 ACP. Reconociendo las ventajas y desventajas de cada uno, y después de test extensos se alcanzó un compromiso con el calibre .40. Sin embargo, por entonces el único calibre .40 disponible era el 10 mm. Éste era un cartucho muy potente, inadecuado para el agente medio. El otro problema es que requería un arma de armazón grande, por entonces sólo producidas por S&W y Colt (la Bren Ten había dejado de fabricarse). Se intentó una carga de 10 mm de potencia reducida, usando una bala Sierra de 180 grains de punta hueca a 950 pies por segundo. Se demostró como una excelente combinación balística, aunque el casquillo largo era un problema. El modelo adoptado fue la pistola S&W 1076.
El FBI no sabía por entonces que S&W y Winchester estaban desarrollando de forma conjunta un cartucho idéntico balísticamente, con un casquillo más corto. Se convertiría en el .40 S&W, quizás uno de los calibres más exitosos en la historia de las agencias de la ley. Mientras tanto, el Bureau comenzó a recibir sus S&W 1076. Los resultados fueron pobres. Al principio, muchos agentes opinaron que las armas eran demasiado grandes y pesadas para trabajo de paisano. Posteriormente, aparecieron serios problemas de fiabilidad. Eventualmente, las armas fueron retiradas, y reemplazadas con Sig-Sauer p226 como una solución temporal. Más tarde, también se adoptaron algunas Sig-Sauer p228 (N del T: por entonces, también se autorizaba portar armas personales del calibre .45 ACP, como la S&W 4506 y la Sig-Sauer p220).
En mayo de 1997, el FBI adoptó oficialmente la pistola Glock en calibre .40 S&W para uso general por todos los agentes, y la dotaron por primera vez a la primera clase de nuevos agentes de 1908. Inicialmente, se adoptaron los modelos 22 y 23. En la actualidad el arma de servicio es el modelo 23 con raíl de accesorios. Las únicas armas de propiedad personal autorizadas en la actualidad son la Glock 21 (.45 ACP de tamaño grande), Glock 25 8subcompacta de 9 mmPb) y Glock 27 (subcompacta de .40 S&W). Esto reduce el inventario de partes de armas en Quantico, y proporciona a los agentes con cierta variedad dentro de un sistema con el cual ya están familiarizados.
Con los recientes avances en tecnología de armas de fuego, será interesante ver qué armas llevan los agentes del FBI dentro de, digamos, 10 años. Casi no puedo esperar.
