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Los especialistas de la Policía francesa han hallado huellas dactilares y restos de ADN del ex «jefe militar» de ETA, Garikoitz Azpiazu «Txeroki», en dos de los tres vehículos utilizados para huir por los asesinos de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, el 1 de diciembre de 2007 en Capbreton (Francia).
Según fuentes cercanas a la investigación, los agentes han encontrado «huellas genéticas y digitales» tanto en «prendas y otros objetos» situados dentro del maletero del Peugeot 307, utilizado por el «comando» el día del atentado, como en el Renault Clio donde la Policía gala halló munición del mismo calibre, nueve milímetros parabellum, utilizada para asesinar a los dos agentes.
El hecho de que en la cafetería de Capbreton en la que coincidieron los etarras y los agentes de la Benemérita no se hallaran las huellas ni el ADN de «Txeroki» se puede deber a que las tazas, vasos y platos, así como las mesas que utilizaron, fueron lavados y limpiados por los camareros antes de que se pudieran tomar las muestras, según las fuentes consultadas por este periódico. Por lo que respecta a las identificaciones –ningún testigo creyó reconocer a «Txeroki» entre los tres asesinos– la experiencia demuestra que los nervios, la rápida sucesión de los hechos y la caracterización que podía llevar en ese momento el pistolero, hacen muy difícil esos reconocimientos al cien por cien, para que tengan valor judicial.
«Txeroki», tal y como publicó en exclusiva LA RAZÓN el 30 de octubre del año pasado, había contado a los miembros del «comando Hego Haizea», que fue desarticulado en esas fechas por la Policía Nacional en Navarra, que él era uno de los autores del asesinato de los dos guardias civiles. Se ponía de esta manera como ejemplo de lo que tenían que hacer sus «pupilos». Sin embargo, estas confesiones fueron puestas en cuestión por algunos medios que las llegaron a atribuir, sin esperar a los resultados de la investigación, a una supuesta «fanfarronería» de Azpiazu,
Aurken Sola y Javier Rey, los presuntos etarras de la citada célula, viajaron a Francia para que «Txeroki», entonces jefe de los «comandos», les impartiera, durante tres días, un cursillo sobre el uso de armas y explosivos.
En una de las largas sesiones que estos individuos mantuvieron con su jefe, les narró lo que, según su versión, había ocurrido en Capbreton aquel fatídico 1 de diciembre de 2007.
La versión de «Txeroki»
«Txeroki» se encontraba en la cafetería del centro comercial, «junto con otros dos militantes» (de los que no dio los nombres), cuando entraron dos personas. Pese a que la mayoría de las mesas se encontraban vacías, se fueron a sentar en la que estaba justo al lado de la que ocupaban los terroristas. Esta circunstancia «mosqueó» a Azpiazu porque pensó que esas personas intentaban escuchar lo que hablaban en esos momentos los tres pistoleros.
Por eso, cuando los guardias abandonaron el local les siguieron hasta el aparcamiento y allí les encañonaron con sus armas.
En las mochilas que los agentes guardaban en el maletero del coche que utilizaban en Francia, los etarras hallaron alguna evidencia que acreditaba que eran agentes de la Benemérita y, sin mediar palabra ni dar ninguna posibilidad a los guardias para que se defendieran, dispararon contra ellos. Después, emprendieron la huida. Utilizaron para ello hasta tres coches, en dos de los cuales han sido halladas las huellas y el ADN de «Txeroki».
Según las fuentes consultadas, la juez francesa Laurence Le Vert no habría decicido imputar aún a «Txeroki» el asesinato de los dos terroristas –pese al hallazgo de sus restos– debido a que existen otras 122 huellas sin identificar en los vehículos.
Otra causa en España
La magistrada está haciendo acopio de todo tipo de pruebas para, si así lo estima oportuno, imputar a «Txeroki» y a una de las etarras detenidas tras los asesinatos, Saioa Sánchez, en el doble atentado.
Una testigo que se encontraba en la cafetería en el momento del asesinato sí identificó a Saioa Sánchez, considerada autora material de los disparos.
En España, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz mantiene abierta una investigación a raíz del atentado de Capbreton en la que, al igual que sucede en Francia, «Txeroki» no está imputado por estos hechos.
Azpiazu llegará a España el próximo lunes para que tres jueces de la Audiencia Nacional, entre ellos el propio Pedraz, le comuniquen su procesamiento por cinco atentados (el intento de asesinato del diputado socialista Eduardo Madina es uno de éstos). Se trata de la primera vez que el país vecino entrega a nuestro país a un miembro de la banda terrorista sin haber sido juzgado por la Justicia gala, un exponente más de la excelente cooperación antiterrorista a ambos lados de los Pirineos.
http://www.larazon.es/noticia/hallan-hu ... -capbreton
Saludos.