Guerra Civil Española

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Lun Feb 20, 2012 10:50 am


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Batalla de Teruel. La ofensiva republicana

Las tropas republicanas, seguras de una victoria fácil por la gran desproporción de material y hombres entre los dos bandos, inician la ofensiva el 15 de diciembre sobre las 15:00 horas, mientras caía la nieve y sin preparación artillera ni aérea (a fin de disimular sus intenciones): Líster y su 11ª División rompe el frente y se adentra hasta conquistar Concud. El día 17 las fuerzas atacantes contactan con el XVIII Cuerpo de Ejército que avanzaba por el sur y cierran completamente el cerco sobre Teruel.[3] Los republicanos entonces avanzaron directamente hacia una cresta situada al oeste de la ciudad, la Muela de Teruel, cuya posesión era decisiva en vistas a la conquista de la plaza.

Cuando los republicanos se hicieron con la posición, el Comandante de la guarnición de Teruel, el Coronel Domingo Rey d'Harcourt, desistió de mantener un perímetro defensivo alrededor de la urbe y empezó a retirar a sus hombres hacia el interior de la ciudad. Por su parte, Franco seguía con mucha atención las noticias que llegaban desde la ciudad del Turia pero seguía manteniendo sus planes para la Ofensiva de Guadalajara pues los asesores alemanes le venían insistiendo en ese sentido. El ataque republicano constituyó toda una sorpresa para la España sublevada

Cerco de Teruel

El día 19 las tropas republicanas llegan a los arrabales de la capital y se producen los primeros combates dentro del recinto propiamente dicho de la ciudad, en el cementerio y el campo de fútbol. Lejos de lo esperado, encuentran una fuerte resistencia aunque las tropas gubernamentales cuentan con una gran superioridad en hombres y material bélico.

El 22 de diciembre las unidades republicanas empiezan a entrar en la ciudad con el apoyo de la artillería, que controla el perímetro de la ciudad, y se ven los primeros carros republicanos en la emblemática Plaza del Torico, fotografiados por el conocido corresponsal y fotógrafo Alfonso Sánchez Portela. No obstante, esta cómoda victoria favorece un desarrollo precipitado de los movimientos de tropas republicanas que sufren un gran número de bajas por el sistema de defensa cerrado que ofrecen los defensores, sabedores de que sólo un combate casa por casa es la defensa más efectiva contra la superioridad republicana. La poca tropa y voluntarios con los que cuenta Rey d'Harcourt (que no pasan de 4.000 efectivos) se acantonan en las dependencias del Gobierno Civil, el Banco de España, el Hotel Aragón, el Convento de Santa Clara y el Seminario, edificios que se encuentran en la parte sur de la ciudad.[3]

A partir de entonces, las operaciones militares dentro de la ciudad se desarrollan con una conquista casa por casa, peligrosa para ambos bandos y con gran cantidad de bajas civiles, a pesar de que se trató de cumplir las órdenes de Indalecio Prieto de proteger al máximo a la población civil, por lo que los republicanos evacuaron a la población civil turolense antes de lanzar el asalto urbano.[4] Dentro de la ciudad, la artillería republicana situada en los alrededores barre cada edificio donde se encuentra la resistencia franquista, llegándose al uso de las bayonetas. El temporal de frío afectó mucho a ambas partes, aunque los soldados republicanos iban mejor equipados para el frío ya que poseían la mayoría de industrias textiles anteriores a la guerra.[4]

Para el día de navidad los republicanos ya se habían hecho con la mayor parte de la capital turolense.[5] Ese día varios oficiales republicanos son condecorados y ascendidos por su inminente victoria, aunque los defensores franquistas siguen resistiendo en dos reductos principales: el Seminario y la Comandancia. No obstante, las bajas del Ejército Popular son numerosas y los combates y el frío empiezan a hacer mella en la tropa.

Contraataque nacional

No fue hasta el día 23 cuando Franco decidió suspender la Operación de Guadalajara cuando se convenció de que no podía permitirse el fracaso político que suponía perder una capital de provincia. Como en Brunete, Franco no estaba dispuesto a hacer concesiones al enemigo y organizó un contraataque frontal en un frente estrecho, con las consecuencias que ello tendría.[3] Ya el 19 de diciembre algunas tropas del general Aranda llegaron al frente, pero su número es muy reducido y apenas pueden hacer nada: Las divisiones franquistas aún no están preparadas para liberar a los sitiados. La aviación nacional, con temperaturas en los aeródromos de Castilla de hasta -10 °C, apenas puede oponer resistencia al avance republicano.

La contraofensiva franquista para romper el asedio de Teruel no comenzó hasta el 29 de diciembre. Se telegrafió a Rey d'Harcourt que confiara en España como España confiaba en él y que resistiera a toda costa.[3] Después de un día de intensos bombardeos artilleros y áreos, los generales Varela y Aranda (el general africanista de la Batalla de Madrid y el Héroe de Oviedo) al mando de los Cuerpos de Ejército de Castilla y Galicia, avanzaron.[6] Las líneas republicanas son rechazadas aunque, momentáneamente, no llegaron a romperse y aguantaron la embestida. Rey d'Harcourt mantenía la resistencia en el interior de la ciudad, aunque cada vez en peores condiciones.[7] El último día de 1937, mientras empeoraba considerablemente el tiempo, los franquistas realizaron un esfuerzo supremo y consiguieron llegar a La Muela al atardecer. Desde allí podrían cañonear fácilmente la ciudad. Los bombardeos aéreos sobre las posiciones republicanas son los más duros que hasta ese momento se han sucedido en la guerra, empleándose con especial éxito a la Legión Cóndor, que debe paralizar sus ataques los días 31 de diciembre y 1 de enero debido a la ventisca que impide operar a los aviones. Los republicanos, por otro lado, mantuvieron la resistencia en La Muela hasta que la visibilidad se hizo prácticamente nula.

Las tropas franquistas en el exterior se hallaban, a la sazón, a escasa distancia del centro de Teruel y durante la noche del 31 de diciembre al 1 de enero hubo un momento en que algunas unidades republicanas en el interior de la ciudad, desmoralizadas, abandonaron las posiciones sin que ni los sitiados ni sus rescatadores se percataran de ello, aunque a las pocas horas volvieron a sus posiciones y quedó como un hecho sin importancia.[8] Pero el temporal de frío fue extremo y paralizó todas las operaciones: las carreteras y los motores de todas las máquinas de guerra se helaron. Teruel, manteniendo fama de clima extremado, registró una temperatura de -18º. Los franquistas sufrieron más los efectos del frío, ya que su falta de industrias textiles dificultaba el envío de ropas de abrigo al frente. En los días siguientes el temporal de frío dejó un metro de nieve que aislaba a ambos ejércitos de sus centros de aprovisionamiento, así como a la comunicación de las unidades entre sí. Los intentos franquistas de romper el cerco continuaron el 2 de enero, pero el general Saravia ordena la voladura del Puente de Hierro y todos sus intentos caen en saco roto.

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Sab Mar 10, 2012 9:40 pm



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Sublevación de Cartagena (1939)

La Sublevación de Cartagena fue una revuelta que estalló el 4 de marzo de 1939 fomentada por la quinta columna del bando nacional durante la Guerra Civil Española, destinada a tomar el control de la base naval de Cartagena, sede de la flota del bando republicano, y privar así a la República de su único gran puerto naval.

Tras el triunfo del bando nacional en la Ofensiva de Cataluña, y en Menorca, la desmoralización entre los marineros de la flota republicana anclada en Cartagena había aumentado. Las victorias navales de la Batalla del Cabo de Palos y la Batalla del Cabo Espartel no habían resultado en una modificación sensible del curso de la guerra, y la conquista de Cataluña por los rebeldes hacía más difícil aún sostener las rutas de suministro a la zona republicana, aún cuando la Unión Soviética había suprimido la entrega de pertrechos desde el 5 de febrero. El gobierno de Juan Negrín retornó a España a mediados de febrero, y se instaló en las localidades alicantinas de Elda y Petrel (Posición Yuste), cercanas al aeródromo militar en Monóvar. Entre los líderes del PSOE y la CNT este hecho causó graves sospechas pues el gobierno Negrín y el PCE reclamaban al bando republicano la resistencia a ultranza pero instalarse cerca del aeródromo de Monóvar permitía a Negrín y sus ministros salir rápidamente de España. El Partido Comunista Español (PCE), también había fijado su sede general en una finca de Elda aumentando las sospechas de sus rivales socialistas y anarquistas.

La situación bélica de la República Española era crítica tras el desmoronamiento final de Cataluña. El 12 de febrero los generales republicanos Escobar y Matallana informaban a Negrín de que sus tropas serían incapaces de resistir una ofensiva de los Ejércitos de Franco, y demandaron entablar negociaciones para poner fin a la guerra. El 26 de febrero el régimen de Franco es reconocido por el Reino Unido y Francia, y dos días después Manuel Azaña (ya en París) dimite de la presidencia de la República. Se fortalece así, la conspiración de socialistas, anarquistas y militares profesionales para derribar al gobierno de Negrín y eliminar la influencia del PCE, a quienes consideran obstáculos para el fin negociado de una guerra que ya consideran perdida.

Para acallar los rumores de una sublevación militar el 2 de marzo el jefe de gobierno Juan Negrín realiza una serie de ascensos militares, destacando la designación de líderes comunistas para las bases aéreas y navales de la región de Murcia y Alicante. Estas designaciones causan alarma entre los conspiradores reunidos en torno al Coronel Segismundo Casado, pues consideran que tales nombramientos implican un preparativo de Negrín y el PCE para asegurarse autoridad sobre las instalaciones (puertos y aeródromos) que les sirvan para salir de España en cualquier instante. Destacaba el nombramiento del oficial comunista Francisco Galán como jefe de la Base Naval de Cartagena, sede de la Flota republicana. Cartagena ya vivía un estado de tensión constante, donde a la forzosa inacción de la flota republicana se unía un fuerte crecimiento de la quinta columna franquista. De hecho a lo largo del año 1938 la infiltración de simpatizantes derechistas había puesto en alarma a las autoridades republicanas, pero los reveses militares de la República a comienzos de 1939 hicieron que los quintacolumnistas de Cartagena ambicionaran una acción más espectacular: la toma del puerto y la base naval para ponerla al servicio del bando nacional, contando para ello con la posible ayuda de las dotaciones de los buques anclados.
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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Sab Mar 10, 2012 9:42 pm



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Estallido de la sublevación

El 2 de marzo Juan Negrín mandó a Paulino Gómez Sáenz a Cartagena, ministro de la Gobernación, para informar a los mandos militares y navales que la resistencia a ultranza aún era posible y en esa lógica era preciso designar a Francisco Galán como jefe de la Base naval de Cartagena. Los argumentos de Gómez fueron rechazados, incluso por el jefe de la Armada republicana, el almirante Miguel Buiza. El 3 de marzo se publicó el nombrtamiento de Francisco Galán como Comandante en jefe de la base de Cartagena y se determinó que la 206ª Brigada mixta, de filiación comunista, preparase su marcha hacia la zona.

Ante los eventos que se precipitan, al anochecer del 3 de marzo estalla la sublevación en Cartagena, dirigida por el capitán Fernando Oliva, jefe de Estado mayor de la base; el coronel de artillería Gerardo Armentia y el comandante Manuel Lombardero, de la quinta columna, y toman el control de la base naval y el puerto. Las fuerzas de tierra sublevadas al mando de Oliva se dirigen a la comandancia y allí arrestan a Francisco Galán y le exigen dimitir, pero a lo largo del 4 de marzo el cariz de la revuelta cambia; Oficiales republicanos como Armentia se ven superados por los elementos más proclives al bando franquista, los cuales empiezan a transmitir por radio consignas y lemas del bando nacional, proclamando que la Base naval de Cartagena y el puerto obedecerían al gobierno de Burgos. Al conocerse este mensaje el estado mayor franquista (con Francisco Franco a la cabeza) determinó que zarparan desde Castellón y Malaga más de 30 buques entre transportes y buques de guerra (entre ellos, el flamante Crucero Pesado Canarias) que debían transportar a más de 20.000 hombres, con apenas 48 horas de preparación. El ex-ministro comunista, Jesús Hernández, actuando bajo su propia responsabilidad como Comisario general del Ejército, envió en auxilio de Cartagena a la 4ª División, en la que iba incluida una unidad de tanques de la base de Archena.

Huida de la flota republicana

En paralelo, el almirante Miguel Buiza mantenía una frágil neutralidad, negándose a cambiar de bando y poner la flota republicana al servicio de Franco, pero a la vez rechazaba también el intento de Negrín de imponer en la Base Naval el mando de un militar comunista. Gran parte de los marineros eran simpatizantes anarquistas y resentían el intento del gobierno de ponerlos bajo la autoridad de un jefe comunista; Así, el 4 de marzo toman posesión de todos los buques de la flota. Al ser evidente que la 206ª Brigada se dirige hacia Cartagena y amenaza aplastar la rebelión pro-franquista el 5 de marzo, los marineros y oficiales a bordo de los buques abandonan el puerto y se hacen a la mar, examinando la opción de huir con la flota hacia Argelia o Túnez.

El golpe de estado contra Negrín y la formación del Consejo Nacional de Defensa en la noche del 5 de marzo termina por aumentar la confusión entre las unidades de la flota republicana, y a las 2 de la madrugada del 6 de marzo el almirante Buiza ordena a la flota, hasta entonces navegando junto al puerto, salir hacia alta mar y partir hacia el norte de África, advirtiendo que las tropas leales al PCE están cerca de controlar la Base Naval. La flota republicana puso rumbo a Bizerta (Túnez), a donde llegaría el 11 de marzo. Al día siguiente se solicitó el asilo político por parte de los marineros, y quedaron internados los buques bajo la custodia de unos pocos tripulantes españoles por buque. El resto de la dotación fue conducida a un campo de concentración en la localidad de Meheri Zabbens. De esta forma, la República perdió sus 3 cruceros, 8 destructores y muchos unidades menores, algo que unas semanas después se revelaría como una catástrofe.

Fin de la sublevación

Al tomar conocimiento del golpe de estado en Madrid y la formación del Consejo Nacional de Defensa presidido por Segismundo Casado, el comandante de la 206ª Brigada Mixta declara que pretende recuperar el puerto en nombre del Consejo. Efectivamente, al atardecer de ese mismo día (6 de marzo) las tropas de la Brigada Mixta han entrado en la ciudad y han empezado los combates con los alzados; Al anochecer la Brigada se había hecho con el Arsenal, algunas baterías costeras y controlaban el suministro de energía eléctrica y la central telefónica. Ya tan solo resisten unos pocos edificios, desde los que los sublevados hacen llamamientos desesperados a los franquistas. Los refuerzos franquistas se acarcaron al puerto de Cartagena al atardecer del día 6 de marzo. Allí constataron a través de las comunicaciones radiofónicas con Barrionuevo que la Brigada había progresado mucho en su avance. Entre los mandos franquistas las dudas se hacían evidentes, porque si bien los mensajes de Barrionuevo habían pecado de optimismo al principio, ahora alcanzaban un tono dramático ante la situación tan poco halagüeña que se les presentaba. Lo cierto es que en ese momento los sublevados apenas controlaban algunas de las baterías costeras, estando en situación muy apurada. Por ello, los mandos franquistas vacilaron de cualquier riesgo de entrar en el puerto, hasta no asegurarse de que la situación les era totalmente favorable; Decidieron esperar a la mañana siguiente.

Al amanecer del 7 de marzo cayó el Parque de artillería, donde muere el coronel Armentia y la actividad de la Brigada se concentró en hacerse con el control de las últimas baterías costeras que todavía estaban en manos de los insurrectos. Hacia el mediodía la 206ª Brigada ya se había hecho con el control absoluto de toda Cartagena y sus instalaciones militares. Los sublevados y muchos miembros de la quinta columna son hechos prisioneros y encarcelados.
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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor ninordi » Sab Mar 17, 2012 9:37 pm


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No hubo ganadores ni vencedores, solo vencidos.
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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Mar Mar 20, 2012 12:29 pm


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Batalla del Ebro

La batalla del Ebro fue la mayor de cuantas se libraron en la Guerra Civil Española, pero también la más sangrienta y larga de toda la guerra. Tuvo lugar en el cauce bajo del valle del Ebro, entre la zona occidental de la provincia de Tarragona (Terra Alta) y en la zona oriental de la provincia de Zaragoza (Mequinenza) y se desarrolló durante los meses de julio a noviembre de 1938.

Constituyó el enfrentamiento decisivo de la guerra ya que en ella se decidió el derrotero de la Guerra Civil Española, en un contexto europeo inmerso en la Crisis de los Sudetes que parecía a punto de estallar la guerra en la que quedaría unida la guerra de España. Aunque ejércitos republicanos lograron obtener una importante victoria inicial, tras la sangría en hombres y material del Ejército Popular de la República fue imposible evitar la derrota final del Bando republicano y después de 4 meses de lucha las tropas republicanas volvieron a cruzar el río Ebro. Después de esta importante derrota, quedó marcado el destino de la II República Española.

Tras la pérdida de Teruel por las tropas republicanas el 20 de febrero de 1938, los ejércitos franquistas lanzaron una ofensiva en Aragón que destruyó las defensas republicanas y barrió por completo al Ejército popular en la zona. Las divisiones de Yagüe continuaron avanzando y penetraron en Cataluña después de tomar Lérida, donde encontraron una fuerte resistencia republicana; Más al sur, los hombres de Aranda llegaron a las playas de Vinaroz el 15 de abril, alcanzando el Mediterráneo. El territorio republicano quedaba dividido en dos, concentrando dos aéreas principales: una en la Cataluña que todavía controlaban los ejércitos republicanos y un gran área central en torno a Madrid controlada por numerosas divisiones. Las fuerzas republicanas se encuentran exhaustas después de los desastres militares en Aragón y con una grave amenaza de las tropas franquistas sobre la antigua capital de la república y capital del levante, Valencia. A pesar de que los ejércitos franquistas tenían el camino libre hasta Barcelona, Franco optó por avanzar hacia el sur, a través del Maestrazgo (en la provincia de Castellón) para alcanzar la huerta levantina y hacerse con Valencia, con lo que dejaría completamente aislada a Madrid de los puertos del Levante. Las tropas republicanas en Cataluña, mientras tanto, se reorganizan para contraatacar.

El general Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor Central republicano, diseñó un plan para obligar a los nacionales a distraer fuerzas del ataque a Valencia y así aliviar la situación del ejército de Levante. El plan era originario del mes de abril, cuando las tropas franquistas llegaron al Mediterráneo y cortaron en dos la zona republicana; Después de la Campaña del Levante, era poco más que una ilusión el volver a unificar las dos zonas republicanas, pero sí constituiría un importante alivio a la presión que sufrían los hombres del Ejército del Levante. Por otra parte, ante la situación política internacional, esta operación favorecía los planes de Negrín de hacer ver a las potencias europeas democráticas (Francia y Reino Unido) que el resultado de la guerra no estaba aún decidido y en todo caso, al menos, poder alargar la guerra hasta que comenzara el gran conflicto europeo que se preveía inminente.

El plan de Rojo consiste en lanzar una ofensiva, masiva y por sorpresa, sobre las fuerzas nacionales que guarnecen la margen derecha del río Ebro. Esto supone un frente de más de 60 kilómetros, de Norte a Sur, entre las localidades de Mequinenza (Zaragoza) y Amposta (Tarragona). Un ataque principal sería lanzado en la gran curva del Ebro a cargo de dos Cuerpos de Ejército, en un movimiento de tenaza sobre las fuerzas enemigas que guarnecían la ribera. El objetivo del movimiento principal era, tras consolidar sus cabezas de puente, la conquista inmediata de Gandesa, que constituía el centro de comunicaciones más importante de la zona. Una vez caído sería muy difícil para los franquistas organizar la defensa. Además de esta línea de avance, habría otros dos ataques secundarios para apoyar la acción principal: uno por el norte, entre las poblaciones de Mequinenza y Fayón, mientras otro se lanzaría por el sur, cerca de Amposta. El ataque correría a cargo del Ejército del Ebro, que reunía una variopinta colección de jóvenes reclutas (la conocida como Quinta del Biberón) pero también de un amplio grupo de veteranos que llevan luchando desde el comienzo de la guerra. El equipo del ejército republicano había mejorado considerablemente con las nuevas remesas de armamento, que incluían artillería más pesada y cañones antiaéreos. El apoyo aéreo de la Aviación republicana también había mejorado mucho con la llegada de los modelos Supermosca y Superchato.

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Mar Mar 20, 2012 12:30 pm


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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Mar Mar 20, 2012 12:36 pm


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La Batalla del Ebro

las 00:15 del 25 de julio, en una noche sin luna, las unidades republicanas empezaron a cruzar el Ebro. Las unidades que mandaba Tagüeña atravesaron el río entre las poblaciones de Mequinenza y Ascó, mientras que Líster y su V Cuerpo de Ejército empezaron a cruzar el río por dieciséis puntos distintos comprendidos entre Benisanet y Amposta, situada ésta 50 kilómetros al sur de la zona principal del ataque. Para la operación se habían reunido unas 90 barcas (cada una de ellas transportaba 10 hombres), tres puentes de pontones y doce más de otro tipo. A esta fuerza inicial de asalto le seguían 22 tanques T-26 y cuatro compañías de carros blindados, para el apoyo de la infantería republicana. La primera unidad del cuerpo de ejército de Líster que alcanzó la orilla enemiga fue el Batallón Hans Beimler de la XI Brigada Internacional, formada ésta por alemanes, escandinavos y catalanes. La 46ª División también cruzó el río menos su jefe, Valentín González. Aunque argumentó que estaba enfermo, su superior, Líster, le visitó en su puesto de mando y después diría que solo le había entrado un ataque de pánico ante la idea de cruzar el río; Fue relevado del mando y Domiciano Leal le sustituyó en el mando de la división. Así pues, los primeros movimientos republicanos se desarrollaban según lo previsto, sin grandes dificultades.

La otra orilla del Ebro, desde Mequinenza hasta el mar, estaba custodiada por Cuerpo de Ejército de Marroquí al mando de Yagüe. La 50ª División estaba custodiando gran parte del curso del Ebro que estaba siendo atacado por los republicanos; Los oficiales de la división, al mando del Coronel Campo, habían informado durante largo tiempo de que a lo largo de la orilla opuesta se hallaban concentradas tropas enemigas selectas, pero el alto mando había hecho caso omiso de estas advertencias. Cuando los republicanos atacaron se hizo en medio de la completa sorpresa de los defensores, que se retiraron entre algunos casos de pánico y, en general, en completa desorganización. En el caso de las tropas moras, la situación era todavía menos halagüeña, porque la fama de sanguinarios que venían labrándose desde el comienzo de la guerra les garantizaba el pelotón de fusilamiento en caso de ser capturados. Entre las soldados españoles del ejército franquista que habían sido capturados se comprueba que los soldados rojos no son la bestia negra que había hecho creer la propaganda en la zona sublevada (pues estaba muy extendida la idea del fusilamiento inmediato en caso de caer prisionero de los republicanos). A las dos y media de la madrugada el Coronel Peñarredonda, a cargo del sector de Mora d'Ebre, informó a su superior, el general Yagüe, que los republicanos habían cruzado el Ebro a gran escala. Algunos hombres bajo su mando estaban oyendo tiroteos procedentes de la retaguardia, mientras él y el cuartel General de la División ya habían perdido contacto con los flancos. Asimismo, y con el objeto de distraer la atención del enemigo, se realizaron otros dos pasos menores. Uno de estos fue lanzado al norte de la zona de cruce principal del XV Cuerpo de Ejército, a cargo de la 42ª División. Con sus 9500 hombres, la división cruza el río entre Mequinenza y Fayón, logra establecer una cabeza de puente y en un rápido avance sus tropas llegan hasta los Altos de los Auts, capturando a un regimiento de infantería que se rinde prácticamente sin luchar. No obstante, aunque han logrado cortar la carretera que une Fayón con Mequinenza, debido a la fuerte reacción de los nacionales en esta zona y a la total carencia de apoyo artillero, los republicanos no consiguen la toma de ninguno de estos dos pueblos y quedan frenados en su avance. Al final terminará formándose una estrecha bolsa de 15 km. de profundidad, con el río a sus espaldas y prácticamente aislados del resto del XV Cuerpo de ejército.

Por el sur se lanzó otro, concretamente en el sector de Amposta (50 km. al sur de la acción principal) a cargo de la XIV Brigada Internacional (franco-belga), perteneciente a la 45ª División. Los interbrigadistas que cruzaron el río se encontraron con las fuerzas de la aguerrida 105ª División mandada por el coronel López Bravo. No obstante, aunque este ataque resultó fallido, se consideraba un avance de importancia secundaria.[6] Al ser prematuramente descubierto por los nacionales, tuvieron un gran número de bajas. A pesar de todo, allí los combates se prolongaron durante 18 horas más, pasadas las cuales los que quedaban se retiraron desordenadamente cruzando el río con los medios a su alcance y dejando tras de sí 600 muertos y gran cantidad de material. El Comisario político de la Brigada Henri Rol-Tanguy (posterior líder de la resistencia francesa en París durante la II Guerra Mundial) fue herido pero logró volver nadando a la orilla republicana.

Río arriba, las primeras fases del ataque dieron resultado positivo. Todos los pueblos ribereños del Ebro, situados en el sector central del frente, fueron ocupados al amanecer y se formaron dos cabezas de puente de grandes proporciones. Los que cruzaron el río, entre ellos la XV Brigada Internacional, siguieron avanzando tierra adentro, a fin de rodear por los flancos y cercar a las desmoralizadas tropas de Peñarredonda. Al amanecer del 25 de julio, éste fue autorizado a retroceder con todos los hombres que pudiera llevar consigo. En el norte, la 42ª División había avanzado unos 15 kilómetros desde el Ebro, asegurando su cabeza de puente. En la zona del XV Cuerpo de Ejército, Tagüeña y sus hombres habían logrado crear una profunda cabeza de puente. Más al sur, Líster avanzó 50 Kilómetros, llegando hasta la pequeña localidad de Gandesa (en 1937 tenía 3396 habitantes). Fueron capturados todos los puntos de observación importantes situados en las montañas, entre Gandesa y el Ebro. Por otro lado, se produjeron numerosas deserciones entre las tropas sublevadas y 5000 soldados franquistas cayeron prisioneros. Las fuerzas republicanas siguieron avanzando hasta llegar a las poblaciones de Gandesa y Villalba de los Arcos, núcleos donde se había atrincherado la defensa principal franquista; La batalla principal tuvo lugar en Gandesa.

Ante la dificultad por contener la avalancha republicana, Franco ordenó que acudieran divisiones de otros sectores, especialmente del Frente de Levante (donde se estaba desarrollando una encarnizada batalla para conquistar Valencia) pero incluso desde Andalucía. Así pues, las tropas nacionalistas debieron paralizar sus operaciones en el frente del Levante; Con ello, los republicanos logran su primer objetivo. La operación constituyó, sin duda un hecho audaz y sorprendente, ya que en los tratados de táctica militar los ríos caudalosos como el Ebro eran considerados poco menos que barreras infranqueables.

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Mar Mar 20, 2012 12:38 pm


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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Vie Mar 30, 2012 10:02 pm


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Sitio de Oviedo

El día 17 de julio de 1936 el general Franco y el general Mola dan el golpe de Estado contra la Segunda República Española, empezando la Guerra Civil. En dicho contexto la ciudad de Oviedo se une a las fuerzas sublevadas por orden del jefe de la guarnición, el coronel Antonio Aranda. Desde entonces ésta quedó sitiada por las milicias mineras y obreras que se habían mantenido fieles a la República.

Tras conocerse en la península Ibérica la sublevación del 17 de julio de 1936 de las tropas españolas en Marruecos contra el gobierno de la República, sindicatos obreros y partidos izquierdistas empiezan a formar milicias armadas para combatir la revuelta. En Oviedo (capital de la provincia de Asturias) el coronel Antonio Aranda se halla a cargo de la guarnición local y anuncia su lealtad al gobierno republicano. En tanto Aranda era integrante de la masonería y había manifestado opiniones favorables a la República en el pasado, las autoridades de Madrid aceptaron sus declaraciones y permitieron que centenares de mineros de la región asturiana dejaran su provincia para acudir a formar milicias en otras zonas.

No obstante, el día 19 el coronel Aranda se unió a la sublevación con el apoyo de las tropas bajo su mando, mientras convocaba a Oviedo al personal de la Guardia Civil y de la Guardia de Asalto. En tanto los partidos de izquierda habían enviado a la mayoría de sus simpatizantes -entre ellos cientos de mineros- fuera de la provincia dos días antes, por lo que resultó fácil a los rebeldes tomar control de toda la ciudad, con escasa oposición.

La situación de los sublevados franquistas en Oviedo era muy difícil, pues todo el resto de Asturias (exceptuando los cuarteles sublevados en Gijón) se mantenía al lado del gobierno, con lo cual pronto milicias republicanas cercaron la ciudad. Además, disponían las fuerzas de la república del material obtenido de la fábrica de armas de Trubia y de una proporción de diez a uno en cuanto a número de efectivos. Aranda había previsto esta posibilidad en tanto la provincia había sido un bastión de izquierdas desde la Revolución de Asturias de 1934; no obstante -debido a este evento- las autoridades de la República habían aumentado desde entonces el número de tropas de guarnición en Oviedo y habían depositado allí gran cantidad de armas de largo alcance y municiones. Aún así, eran escasísimas para la defensa de un perímetro enorme con tan solo cuatro baterías de montaña, siendo rápidamente superada la fuerza de fuego por parte de las tropas de la república, que dispuso desde los altos que circundaban Oviedo de la posibilidad de no necesitar siquiera el tiro parabólico para percutir sobre las exiguas fuerzas de los rebeldes.

Casi todas las tropas regulares de la provincia estaban concentradas en Oviedo y se habían unido a la revuelta. En consecuencia las tropas republicanas que se oponían a los sublevados estaban formadas casi exclusivamente por milicias de obreros y mineros de los sindicatos UGT y CNT, en una excelente ubicación estratégica (cercaban totalmente Oviedo desde las colinas que la rodeaban) y muy superiores en número a los rebeldes, pero con escaso entrenamiento militar y poca munición disponible. Otra dificultad de las milicias republicanas era que simultáneamente las tropas en el puerto de Gijón se habían unido también a la revuelta militar contra la República y en consecuencia las milicias decidieron primero derrotar a los rebeldes de Gijón (y así conservar este puerto estratégico) y sólo después recuperar Oviedo; tal decisión ayudó a Aranda y sus tropas a fortalecer sus defensas ganando valioso tiempo.

Cuando terminó el Sitio de Gijón el 16 de agosto, la totalidad de las milicias republicanas se dirigió inmediatamente en ofensiva contra Oviedo, hallando que los rebeldes ya habían tomado las colinas que rodeaban la ciudad y hacían ahora más difícil un avance exitoso de los republicanos. Si bien las milicias cortaron el suministro de agua inmediatamente, dentro de la ciudad ya había reservas suficientes de agua y alimentos para sostener la resistencia de los sublevados. Al aproximarse desde Galicia tropas del bando nacional en apoyo de los cercados de Oviedo, los ataques de las milicias se hicieron más severos y sostenidos, con artillería que bombardeaba la ciudad, relativamente pequeña.

La gran ventaja de las milicias republicanas era su abrumadora superioridad numérica (algunos autores calculan aproximadamente 3.000 sublevados contra 10.000 milicianos) y en el curso del mes de septiembre el cerco se hizo más estrecho al ir conquistando las milicias las colinas donde se atrincheraron los rebeldes. El agua empezó a escasear en Oviedo, causando enfermedades infecciosas entre la población civil y los sublevados, bajas que no podían ser repuestas fácilmente.

Los milicianos determinaron lanzar la ofensiva final sobre la plaza el 4 de octubre, fecha que coincidía con un aniversario más de la Revolución de Asturias de 1934. La intensidad de los ataques y bombardeos de las milicias aumentaba al llegar la noticia de que tropas franquistas llegadas desde Galicia estaban a sólo 40 kilómetros de Oviedo, presionando a las tropas republicanas a tomar la ciudad cuanto antes. Hacia el 12 de octubre las milicias habían vencido todas las defensas del perímetro de Oviedo y empezó el combate urbano dentro de los edificios de la ciudad misma, con gran tenacidad de ambos bandos.

La situación de los rebeldes se hacía muy difícil pues pese a contar aún con suficiente munición habían perdido casi dos tercios de sus tropas, mientras las milicias -más numerosas- se lanzaban a intensísimos ataques de guerra urbana para terminar de tomar la ciudad antes de que llegasen las tropas franquistas de Galicia. El general Aranda ordenó una desesperada defensa a ultranza de sus tropas, donde participó personalmente, previendo si fuera necesario abandonar la defensa de toda la ciudad y la retirada a una serie de bastiones. Entre tanto, Oviedo era escenario de combates en calles, plazas e inclusive dentro de las casas y edificios. La tenacidad de las milicias republicanas les causó enormes bajas (aproximadamente 5.000 bajas tras el 4 de octubre), mientras Aranda y sus hombres prácticamente combatían entre las ruinas de sus cuarteles. Dicho esfuerzo final de las milicias republicanas resultó en vano cuando el día 16 de octubre las tropas rebeldes de Galicia entraron en Oviedo, se unieron a las fuerzas de Aranda y obligaron a la retirada de las milicias, ya casi sin municiones para seguir combatiendo contra un enemigo reforzado.

Las tropas sublevadas habían establecido un corredor terrestre desde Galicia hasta Oviedo, cruzando la zona republicana del oeste asturiano, pero con el curso de los días también habían ocupado sectores montañosos del oeste de Asturias. Las milicias republicanas volvieron a sus posiciones previas al sitio, que dejaban de hecho a la ciudad semicercada convirtiéndola de nuevo en escenario bélico en los meses siguientes al no renunciar el gobierno de Belarmino Tomás a la toma de la plaza, poniendo especial empeño en bombardear el hospital de Oviedo como venganza de su incapacidad para tomar la ciudad tras el sitio pertinaz al que fue sometida -el telegrama en que da la orden de bombardeo sobre el hospital está disponible en la hermandad de defensores de Oviedo. Pese a ello, las milicias republicanas no recibieron nuevas ordenes para avanzar sobre Oviedo, y aunque se mantuvieron los bombardeos no hubo intentos del bando republicano para retomar la ciudad.

La necesidad de defender la ciudad y el estrecho corredor que la unía al resto del territorio nacional implicó que gran cantidad de unidades franquistas se concentraran en la zona, haciendo del resto de Asturias un territorio bastante tranquilo hasta las grandes operaciones militares en Asturias de mediados de 1937, con la Batalla de El Mazuco

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Vie Mar 30, 2012 10:08 pm



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Bombardeo del mercado central de Alicante

El Bombardeo del 25 de mayo, ocurrido en la ciudad de Alicante (España) en el año 1938, fue uno de los ataques aéreos más sangrientos e indiscriminados ocurridos durante la Guerra Civil Española (1936-1939).

Con un balance de víctimas mortales inexacto, se cifra dicha cantidad en más de 300 muertos. Estudios realizados barajan los 275 (aprox.) que figuran en el registro del Cementerio Municipal (100 hombres, 56 mujeres, más de 10 niños y más de 100 personas no identificadas), un número indeterminado de enterrados en localidades próximas de la Provincia de Alicante y más de 1000 heridos. Entre los documentos conservados en el Archivo Municipal de Alicante se encuentra un documento realizado por las autoridades franquistas bajo el título "Relación numérica de los muertos habidos a consecuencia de los bombardeos aéreos que sufrió la ciudad" en el que se da la cifra de 393 muertos tras el Bombardeo del 25 de mayo. En la placa colocada por el Ayuntamiento en la Plaza del 25 de mayo se habla de 311 muertos.

Según estudios y entrevistas posteriores a los supervivientes, las escenas ocasionadas por tanta destrucción fueron dantescas, con muchas bajas por decapitación. También hubo muertos en otros lugares de la ciudad, como la Plaza de Gabriel Miró, la calle Vicente Inglada, las cercanìas del Club de Regatas y la calle Gerona. Otros de los edificios afectados fueron la sede central de la actual Caja de Ahorros del Mediterráneo en la Calle de García Hernández, hoy llamada de San Fernando y la sede del diario republicano El Luchador en la calle de Ángel Pestaña hoy denominada de San Francisco.

El Bombardeo del 25 de mayo formaba parte de la campaña de terror ordenada por las autoridades nacionales, cuando las tropas rebeldes alcanzaron el Mediterráneo y comenzaron el consiguiente avance sobre Valencia. Por esas mismas fechas, hubo bombardeos sobre otras poblaciones civiles en toda la costa mediterránea, a cargo de los aviones italianos de Mallorca, que no cesaron hasta que se inició la Batalla del Ebro. En Alicante, alrededor de las 11’15 horas del día 25 de mayo de 1938, entre 7 y 9 aviones Savoia SM-79 “Sparviero” del bando nacional, procedentes de Mallorca, lanzaron sobre la población de Alicante alrededor de 90 bombas, algunas de las cuales dieron en el Mercado Central, repleto de gente.[1] La tripulación de los bombarderos era italiana en su totalidad, y los jefes de las dos escuadrillas que llevaron a cabo el ataque, con 4 minutos de intervalo, fueron los capitanes De Prato y Zigiotti.

La ciudad de Alicante estaba muy mal defendida, con cañones antiaéreos en su mayoría obsoletos. En el cercano aeródromo de Rabasa no había ese día ningún avión de caza. Se contaba con refugios antiaéreos para 38.000 personas, pero la alarma antiaérea no funcionó, por lo que los civiles no tuvieron tiempo para guarecerse.

La comisión británica que investigó el bombardeo dictaminó que había sido un ataque deliberado contra la población civil. Las víctimas, en su mayoría, fueron enterradas en fosas comunes del cuadro nº 12 del Cementerio Municipal de Alicante y permanecieron sin lápida ni recordatorio alguno hasta el año 1995.

Resulta curioso como el Bombardeo de Guernica ha sido recordado gracias al cuadro de Picasso, mientras que el del 25 de mayo en Alicante ha permanecido en la ignorancia y el olvido por causa del miedo y la represión ejercida durante muchos años sobre la población alicantina. En la actualidad, tan sólo una modestísima placa de cerámica en la pared del Mercado Central recuerda este hecho doloroso.

Como ya se ha dicho, existe una pequeña placa recuerda a las víctimas del bombardeo en la plaza del 25 de mayo. Si entramos en el interior del mercado observaremos también la sirena antiaérea, que no llegó a sonar, junto al reloj que marca la hora del bombardeo.

Tras varios años, la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica convocó un concurso para la colocación de un monumento conmemorativo en la Plaza del 25 de mayo ganado por la arquitecta Elena Albajar.

Se preveía instalar en el pavimento del suelo nueve placas de aluminio que representan los nueve aviones que bombardearon la ciudad, con 90 puntos negros por cada una de las bombas que cayeron sobre la ciudad.

Asimismo, las placas contarían con unos 300 agujeros rellenados con terminales de fibra óptica, que cada mediodía se iluminarían de color rojo durante 10 minutos para conmemorar a los fallecidos en la masacre. A día de hoy este proyecto está en suspenso ante la negativa por parte del Ayuntamiento de colocar la palabra "fascista" en el monumento, la cual sí que es aceptada para su colocación en una futura señaléctica a colocar en todos los monumentos de la ciudad.

El 29 de marzo de 2010 la Comisión de gobierno aprobó el cambio de denominación de la Plaza del Mercado que desde ese día pasaba a llamarse Plaza del 25 de mayo tal y como solicitó la Asociación Cultural Alicante Vivo en reiteradas ocasiones. El descubrimiento de la placa tuvo lugar el 25 de mayo de 2010 tras un emotivo acto no exento de polémica al que no acudió la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica. Durante el acto alcaldesa de Alicante Sonia Castedo no dudó al calificar en reiteradas ocasiones a los autores de la masacre como "fascistas".

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Dom Abr 01, 2012 7:06 pm


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Batalla de El Mazuco

Durante la Guerra Civil Española y en los primeros días de septiembre de 1937 se produjo la ofensiva del bando nacional sobre Asturias, que dio lugar a la desaparición del frente norte, que hasta el momento había estado en posesión de las fuerzas republicanas. En este contexto se enmarca la Batalla de El Mazuco.

Al terminar la Batalla de Santander el 25 de agosto, las tropas republicanas del frente del Norte debieron evacuar Cantabria y replegarse en masa hacia Asturias, última zona leal a la República en la región norte de España. El mismo 25 de agosto se había fundado en Gijón el Consejo Soberano de Asturias y León, presidido por Belarmino Tomás y que determinaba la autonomía política de la región asturiana respecto al resto de la zona republicana (situación que, de facto, ya sucedía desde los primeros días de la guerra).

Pese a ello, las tropas con que contaban los republicanos de Asturias ascendían a poco menos de 40,000 hombres al mando del coronel Adolfo Prada Vaquero (que reemplazaba al general Gamir Ulibarri), agrupados mayormente en el XIV Cuerpo de Ejército al mando de Francisco Galán. Estas fuerzas estaban en inferioridad numérica frente al bando nacional, con gran carestía de municiones y armamento adecuado, además de contar con una escasa protección aérea. El territorio que controlaban se limitaba a una línea de 120 kilómetros de largo y 90 de ancho, en un terreno escarpado y áspero entre la Cordillera Cantábrica y el mar.

Desde el 1 de setiembre, las fuerzas sublevadas avanzan desde sus posiciones en la por entonces provincia de Santander, en dirección al oeste, para lo cual deben sortear los pasos montañosos de los Picos de Europa y específicamente los de la Sierra del Cuera, para penetrar en Asturias.

La batalla de El Mazuco comenzó el 5 de setiembre cuando las Brigadas Navarras del jefe sublevado José Solchaga intentan avanzar por el paso de montaña de El Mazuco, a orillas del río Sella y al sureste de Llanes, paso que controlaba el acceso a la zona central de Asturias. Cuando las tropas nacionales toman Llanes, deben cruzar la Sierra del Cuera para avanzar hacia el centro de Asturias, y allí son detenidos por 5,000 soldados republicanos mandados por un coronel de la Guardia de Asalto, el vasco Juan Ibarrola Orueta. Por su parte, Solchaga cuenta con 33,000 hombres para la difícil misión de derrotar a los defensores y cruzar el paso montañoso.

Esta batalla, una de las más cruentas de la guerra, aunque fue eclipsada por otras en ese momento, como la Ofensiva de Zaragoza que coincidió en las mismas fechas de septiembre de 1937. Tras los primeros ataques de los sublevados, los republicanos aprovecharon el mal clima del otoño para aferrarse a las cumbres de los peñascos de la Sierra del Cuera y cerrar el paso de El Mazuco, contando desde el 7 de septiembre con ametralladoras para barrer el terreno y evitar el paso de las fuerzas sublevadas, aunque éstas disponían de artillería pesada suficiente para causar graves daños en las líneas republicanas situadas en las alturas.

Afectadas por la escasez de munición, las fuerzas de la República se defienden acertadamente aprovechando al máximo el terreno montañoso, que resta toda eficacia a los ataques iniciales de la aviación rebelde; de hecho los aviones de la Legión Condor intervienen desde el inicio para destruir lo antes posible la defensa republicana, y practican por vez primera el bombardeo en alfombra contra objetivos militares (de manera análoga al bombardeo contra Guernica meses antes). No obstante, la dispersión de las tropas republicanas entre los peñascos y montes de El Mazucu hacen inútil el bombardeo, el cual sólo resulta efectivo para cortar suministros o en los últimos días de la lucha contra tropas republicanas más concentradas en tierra.

Tras varios días en que las cumbres de la Sierra del Cuera cambian de manos varias veces, el 10 de septiembre las tropas de Solchaga penetran en la margen derecha del Sella mientras se planeaba que las fuerzas del CTV italiano pudieran llegar a atacar Avilés para desequilibrar la defensa de los republicanos. De todos modos los defensores de El Mazucu cumplen una importante labor al evitar que el grueso del ataque de los nacionales se lance hacia el centro del dispositivo defensivo de Asturias, fijando el centro de su dispositivo de defensa en la cumbre de Peña Turbina.

Pese a ello, desde el día 13 los defensores deben replegarse a las cumbres situadas en el sur de la Sierra del Cuera, ante la abrumadora superioridad artillera y numérica del enemigo. Hasta el 18 de setiembre la 1ª Brigada Navarra no logra avanzar, cuando los defensores de El Mazucu están al límite de sus fuerzas y empiezan a retirarse masivamente de la zona, ante la posibilidad de quedar irremediablemente cercados, mientras la aviación de la Legión Condor aprovecha las horas libres de bruma para atacar las posiciones republicanas. El día 20 los nacionales toman el paso montañoso, el 22 de setiembre ocupan las últimas cumbres del sector sur que aún estaban en poder de los republicanos, entre ellas el principal reducto republicano de Peña Turbina, y sólo entonces pueden iniciar su ofensiva contra el resto de Asturias.

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Dom Abr 01, 2012 9:29 pm


Edición 175 Aniversario Gc

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Bombardeo de Guernica

El Bombardeo de Guernica (Operación Rügen) fue un ataque aéreo realizado sobre esta población vasca el 26 de abril de 1937, en el transcurso de la Guerra Civil Española, por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, que combatían en favor de los sublevados. Las estimaciones actuales de víctimas cifran los fallecidos en un rango que abarca de los 120 a los 300 muertos, 126 según el estudio más reciente y exhaustivo.

El de Guernica no fue el primer bombardeo en alfombra para destruir una población civil, pues de hecho constituía un objetivo militar vital en ese momento, a fin de cortar la retirada y el aprovisionamiento a las tropas del Frente Popular en la campaña de Vizcaya. Sin embargo, gracias a la calificación como "ataque a la población civil", la repercusión internacional que alcanzó este bombardeo unido a su utilización propagandística, ha hecho que sea una masacre mundialmente conocida y considerada como un icono antibélico. Debido a ello, la tragedia fue instrumentalizada por ambos bandos y mitificada con fines propagandísticos. En un principio los sublevados atribuyeron la destrucción de la ciudad a los republicanos, como había sucedido en Éibar e Irún, pero pronto se reveló al mundo la realidad de los hechos debido a la presencia en Bilbao de varios periodistas ingleses de importancia como George Steer (The Times). El gobierno de Juan Negrín utilizó el bombardeo como insignia del antifranquismo, adaptando Pablo Picasso uno de sus cuadros para la Exposición Internacional de París de 1937. Esta obra se convertiría en uno de los iconos más sobresalientes de la pintura del siglo XX y del antibelicismo.

Tampoco fue el primer bombardeo contra civiles que habían llevado a cabo los aliados de los nacionales en Vizcaya, dado que un mes antes aviones italianos habían bombardeado Durango el 31 de marzo durante 20 minutos, causando unos 294 muertos). Tampoco fue la primera vez que la población civil fue atacada (en febrero de 1937, la misma Legión Cóndor había ametrallado a la columna de refugiados civiles en la carretera entre Málaga y Almería causando cientos de víctimas). Ni tampoco fue la última, puesto que en 1938 las ciudades de Barcelona, con los bombardeos de marzo y Alicante, con el bombardeo del 25 de mayo, fueron también los civiles los objetivos. Del mismo modo, cabe señalar que la aviación republicana ya había realizado bombardeos sobre poblaciones bajo control "nacional" como Oviedo, Zaragoza o Córdoba, en agosto de 1936, y en 1938 arrasaría la población de Cabra.

En 1997, el entonces presidente de Alemania, Roman Herzog, en carta leída a los supervivientes del bombardeo por el embajador alemán en España con motivo del 60 aniversario, pidió públicamente perdón por la manifiesta autoría alemana del bombardeo.

El bombardeo

Guernica, capital cultural e histórica vasca, tenía antes del ataque una población de unas 5.000 personas, a las que habría que añadir un gran número de tropas, que se retiraban para preparar la defensa de Bilbao, y refugiados que huían del avance de las tropas franquistas. En ese momento no tenía ningún tipo de defensa antiaérea, aunque sí tenía tres fábricas de armas, una de ellas de bombas de aviación.

La Legión Cóndor tenía como jefe del Estado Mayor al Teniente Coronel Wolfram von Richthofen (primo del histórico aviador de la Primera Guerra Mundial Manfred von Richthofen, más conocido como el Barón Rojo), que ordenó, al parecer, el bombardeo y que en su diario personal admitía que en Guernica se había portado "muy maleducadamente". El grupo de bombardeo estaba formado por cuatro escuadrillas de Ju-52 y la escuadrilla VB 88 de bombardeo experimental, con Heinkel He 111, y Dornier Do 17. Los bombarderos fueron escoltados por cazas Heinkel He 51 de las escuadrillas de caza 1 y 3.J/ 88 y por los Me-109 del 2.J/ 88, escuadrilla que estaba bajo el mando del teniente Gunther Lützow. Cierto número de aviones de caza italianos participaron asimismo en la misión.

El ataque empezó a las 4:30 de la tarde. Aunque posteriormente se dijo que el objetivo de la operación era la simple voladura de un puente, el hecho real es que tanto el puente como una fábrica de armas, situada en las afueras de la población, resultaron intactos, siendo muy improbable que las bombas lanzadas a 3.600 metros de altura impactaran en un puente de 15 metros y habida cuenta de que los aviones cargaban además bombas incendiarias. Sin embargo, el ataque fue devastador: los bombarderos lanzaron una gran cantidad de bombas medianas de 250 kg, livianas de 50 kg y más de tres mil proyectiles incendiarios de aluminio de 1 kg sobre el casco urbano de la ciudad. Los cazas Heinkel He 51, entretanto, disparaban en vuelo rasante a las tropas que huían del lugar.

La destrucción fue tan grande que provocó un intenso humo, por lo que los últimos bombarderos, al no poder ver los objetivos, descargaron las bombas a ciegas. A las 7:30 de la tarde terminó el ataque, no pudiéndose apagar totalmente el incendio hasta el día siguiente, en gran parte debido a la inexistencia de un parque de bomberos (que los dirigentes nacionalistas vascos consideraban innecesario).

Sistema de refugios y alerta

Como cualquier otro lunes del año, ese del 26 de abril de 1937 era día de mercado, pero la cantidad de gente que había en Guernica no se había incrementado debido a este hecho [cita requerida], ya que la feria fue prohibida antes del mediodía por el alcalde, ante la cercanía del frente y el temor del avance enemigo. El número de víctimas mortales, 126 según las últimas estimaciones, estuvo claramente influido por el sistema de refugios que se había realizado en la villa.

El Bombardeo de Ochandiano, al comienzo de la contienda, el 22 de julio de 1936, provocó que se tomara la decisión de realizar un sistema de refugios para la población civil. Este proyecto se encargó al arquitecto municipal Castor Uriarte y al ingeniero Manuel Cabañes (madrileño que pasaba sus vacaciones en la villa). En enero de 1937 ya habían diseñado un sistema de defensa civil en el cual estaban habilitados 3 refugios para la población civil. Uno de ellos se ubicó en los sótanos de la Casa Consistorial, otro en un edificio de la calle Santa María y el último en Pasealeku. Eran de hormigón con cuatro galerías de túneles. Aparte de estos refugios públicos había otros privados, al menos siete, en los sótanos de algunos chalés.

Las instalaciones de las empresas "Talleres de Guernica", "Cuberterías Jypsa" y "Armas Astra, Unceta y Cía" contaban con sus propios refugios antiaéreos. Los de Astra todavía están en pie y constan de una galería de 30 m en bóveda de cañón.

El sistema de defensa civil desarrollado por la "Junta Municipal de Defensa" de Guernica mantenía un sistema de señales de alerta. Este era un sistema visual y sonoro. Un vigilante en la cumbre del monte Kosnoaga avisaba de peligro mediante la exhibición de banderas rojas, estas banderas eran vista por un segundo vigilante situado en el campanario de la iglesia de Santa María que tocaba a rebato y seguidamente todas las industrias que poseían sirenas hacían tocar las mismas.

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Juanete » Dom Abr 01, 2012 9:34 pm



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Consecuencias del ataque a Guernica

Nunca ha llegado a saberse cifras oficiales de víctimas ni existen datos fiables sobre el número exacto, pues la propaganda de entonces, impulsada por periódicos ingleses, quería dar una imagen "de lo que iba a ocurrir con Hitler en el futuro", exagerando el número de víctimas y elevándolos incluso a tres mil. Siguiendo esta línea, el autor Hugh Thomas dice que las versiones hablan de entre cien y mil seiscientos, estimando que la cifra más probable sea de mil muertos. Sin embargo, los datos más actuales apuntan entre 250 y 300 muertos. Los historiadores de la asociación "Gernikazarra" Vicente del Palacio y José Ángel Etxaniz estiman que hubo 126 fallecidos.

El 70% de los edificios de la ciudad fue totalmente destruido por el incendio, que no se pudo apagar hasta el día siguiente, y el 20% gravemente dañados. Los lugares históricos vascos, la Casa de Juntas de Guernica (histórico lugar de reunión de las asambleas que regían Vizcaya y sede de su archivo histórico) y el anexo Árbol de Guernica, símbolo ancestral del pueblo vasco, no fueron afectados por el bombardeo. El cercano puente que se afirmó luego era el objetivo, quedó intacto.

El 28 de abril, dos días después del bombardeo, las tropas nacionales entraban en la villa foral, tomando el control de la misma y quemaron los archivos que hallaron en la iglesia de Santa María, imposibilitando el recuento final de fallecidos.

Se dio la circunstancia de que el Árbol de Guernica iba a ser talado por uno de los soldados de las tropas del bando sublevado. En aquel momento, el batallón carlista se dirigió a la Casa de Juntas donde rindió honores al Árbol de Guernica, poniéndole una guardia de honor como símbolo de los fueros. Antes de que llegaran los requetés, sin embargo, ya se había montado una protección en torno a la Casa de Juntas y el Árbol, a cargo de soldados marroquíes de Regulares de Tetuán nº 1. Cumplían órdenes del general Emilio Mola, jefe del Ejército del Norte, indignado por el bombardeo y que había dado órdenes estrictas de proteger los símbolos forales. Los requetés, al mando del capitán navarro Jaime del Burgo, relevaron a los soldados de Regulares.

Tras el ataque, los nacionales acusaron a las tropas republicanas de haber producido la destrucción, como antes habían hecho en Irún y Éibar. La versión oficial, que se mantuvo una vez terminada la guerra, llegó a prohibir el libro del periodista George Steer del Times de Londres, testigo y primer portavoz internacional del suceso. A finales de la dictadura franquista se vino a reconocer la verdad, que la destrucción de Guernica fue realizada por las tropas que apoyaban a Franco. La primera alusión al bombardeo aéreo se produjo en la revista "Ejército", en 1949, en el artículo de un jefe militar que había sido de los primeros en ocupar la villa. La confirmación oficiosa se publicó en el tomo "Vizcaya" de las monografías sobre la guerra civil del Servicio Histórico Militar. Este tomo se publicó en 1971.

Motivación del ataque

La Legión Cóndor alemana era la encargada de llevar a cabo misiones aéreas por toda España, como apoyo de la Alemania nazi a las tropas de Franco. Al parecer, el objetivo del bombardeo fue simplemente aterrorizar a la población civil y desmoralizar al bando republicano. Otros sostienen que el motivo del ataque consistía en una maniobra testaruda de Wolfram von Richthofen, pues opinaba que el ataque a Bilbao debía pasar por esta villa en vez de hacerlo por Durango. Aparte, Guernica constituía un centro clave de comunicaciones para las tropas republicanas. Existía también una discrepancia entre el mando alemán y el español sobre la dirección de las operaciones. Los alemanes preconizaban un avance más rápido, basado en la capacidad destructiva de la aviación, y estimaron que la destrucción del puente del barrrio de Rentería de Guernica, el último antes de la ría, dejaría bloqueados en la ribera derecha el material pesado y los pertrechos de las fuerzas enemigas en retirada. El mando español, por el contrario, era más prudente en el avance por un terreno de orografía difícil y frente a un enemigo que nunca dejaron de respetar.

El mando nacional quedó sorprendido, en un primer momento, ante la gravedad de la destrucción y consideró que no podía deberse, al menos en exclusiva, al ataque de la aviación. La realidad es que la mayor parte del daño fue causado no por efecto directo de las bombas, sino por el incendio provocado por ellas. Franco supo a los pocos días que los aviones italianos y alemanes eran los responsables del desastre, pero no quiso reconocerlo públicamente por suponer que ello molestaría a los alemanes, cuyo apoyo consideraba imprescindible para ganar la guerra.

El ejército alemán utilizó los efectos del bombardeo como arma política en la guerra fría que mantenía con Inglaterra, y les interesó que la prensa mundial exagerase los resultados. Así, Guernica habría sido una especie de ensayo de lo que luego serían los bombardeos masivos de la Segunda Guerra Mundial. En los juicios de Núremberg, el entonces mariscal de la Luftwaffe, Hermann Goering, declaró: "La guerra civil española dio una oportunidad de poner a prueba a mi joven fuerza aérea, así como para que mis hombres adquirieran experiencia."

Se suele afirmar también que el bombardeo fue una venganza por el linchamiento por parte de la población civil de Adolf Herman, un piloto de un bombardero, derribado en 1937.

La propaganda franquista afirmó que Guernica, al igual que Irún, había sido incendiada por los propios "rojo-separatistas" (sic) en su huida, practicando una política de tierra quemada; pero varios corresponsales extranjeros, entre ellos George Steer, del diario conservador británico The Times, tuvieron ocasión de presenciar el estado de la villa después del ataque y ser testigos de la devastación, recogiendo pruebas de la autoría de los hechos, pues las bombas que no habían explotado daban testimonio de su fabricación alemana.

También se ha afirmado que los bomberos de Bilbao llegaron muy tarde y apenas intervinieron por falta de operativos, lo que habría agravado los daños.

Importancia simbólica

El bombardeo de Guernica se ha convertido en un símbolo de los horrores de la guerra para todo el mundo. El hecho tuvo un gran impacto en su época, inspirando a Pablo Picasso su más famoso cuadro, el Guernica, que expuso por primera vez en el pabellón de España en la Exposición Internacional de París de 1937, y al ilustre escritor Blas de Otero que escribió un poema del mismo nombre, como también la chilena y premio Nobel de Literatura Gabriela Mistral, que escribió un poema titulado Árbol de Guernica. Las mismas tropas carlistas, que entraban ilusionadas en la villa retomada, recibieron un mazazo al comprobar el estado de la histórica villa y corrieron en busca del árbol donde se juraron los fueros. Este es uno de los motivos de que se intentara no desmoralizar a la tropa tradicionalista, para no perderla, y se levantara una cortina de humo con las distintas versiones para explicar lo ocurrido.

La mera discusión de cifras sobre el bombardeo, desde el número de aviones que intervinieron, la cantidad de bombas que se lanzaron y otros aspectos del bombardeo, generan polémica, precisamente porque este hecho histórico fue utilizado con fines propagandísticos por ambos bandos desde su planeamiento hasta las controvertidas, divergentes y muchas veces interesadas versiones de su historia que se pueden leer hoy en día. Otra irónica y sórdida casualidad la constituye el hecho de que en la misma población existiera una fábrica donde se hacían el mismo tipo de bombas y proyectiles incendiarios que cayeron sobre ella.

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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor ninordi » Jue Abr 05, 2012 7:37 pm


Cartera Guardia Civil

Fabricada en piel de vacuno
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DE:Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Crispiniano de la Santísima Trinidad Ruiz Picasso 1881 Málaga, mi ciudad

Guernica es un famoso cuadro de Pablo Picasso, pintado en los meses de mayo y junio de 1937, cuyo título alude al bombardeo de Guernica, ocurrido el 26 de abril de dicho año, durante la Guerra Civil Española. Fue realizado por encargo del Director General de Bellas Artes, Josep Renau a petición del Gobierno de la República Española para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París, con el fin de atraer la atención del público hacia la causa republicana en plena Guerra Civil Española.

En la década de 1940, puesto que en España se había instaurado el régimen dictatorial del general Franco, Picasso optó por dejar que el cuadro fuese custodiado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, aunque expresó su voluntad de que fuera devuelto a España cuando volviese al país la democracia. En 1981 la obra llegó finalmente a España. Se expuso al público primero en el Casón del Buen Retiro, y luego, desde 1992, en el Museo Reina Sofía de Madrid, donde se encuentra en exhibición permanente.

Su interpretación es objeto de polémica, pero su valor artístico está fuera de discusión. No sólo es considerado una de las obras más importantes del arte del siglo XX, sino que se ha convertido en un auténtico "icono del siglo XX", símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra inflige a los seres humanos.

No, la pintura no está hecha para decorar las habitaciones. Es un instrumento de guerra ofensivo y defensivo contra el enemigo. (Pablo Picasso)
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Re: España en guerra. Fotos y reportajes sobre la guerra civ

Notapor Humberto » Jue Abr 05, 2012 9:45 pm


No es cierto, como se dice, que Picasso se inspirara en el bombardeo de la ciudad vizcaína a la que debe su nombre. Al maestro cubista se le encargó por parte del bando frentepopulista un mural para exponerlo en París, en la entrada del pabellón español. Desde el principio de la guerra habían buscado la colaboración de los más destacados artistas españoles como medio de propaganda. La suya puede decirse que era la guerra de la propaganda, que a juzgar por la inversión ganó. El presupuesto para la obra: 150.000 francos franceses (una cantidad astronómica, casi el 15% de todos los gastos del pabellón español, según Javier Tussel). Picasso, en ese momento en plena crisis creativa, empezó su obra muchos antes de que se produjese el bombardeo e inicialmente la tituló: «Sueños y mentiras de Franco». Pinta una hoz y un martillo que desaparecen permaneciendo el puño. Pinta un toro, pinta una puerta, una bombilla, el candil, alegorías, mixtificaciones, símbolos, pero nada nada que identifique a la ciudad vasca homónima: no hay aviones, no está el roble milenario, ni bombas, ni chapelas, lo más parecido es una mujer que huye de las llamas o el niño muerto en brazos de su madre. Sin que por ello no deje de ser una estupenda denuncia contra la violencia innata del propio hombre. Un bel canto al pacifismo.

El cuadro no gustó al público sensible con los otros desastres ibéricos de los que la prensa se hizo eco y con la guerra mundial que se avecinaba, tuvo malas críticas y apenas salió en los catálogos mensuales, por lo que los responsables del pabellón español pensaron en sustituirlo, pero como había sido tan caro y el autor tan renombrado, optaron por cambiar su nombre, y por reinterpretar el tema relacionándolo de «aquella manera» con el bombardeo de la localidad, que había ocurrido mientras se remataba el cuadro, pero que en ese momento del conflicto no era ni el único ni el más cruento de todos los habidos, aunque con el paso de los años así lo parezca. El Guernica, pues, es un título de oportunismo político, que nada tenía que ver con el bombardeo. Pero ahí está. Como la puerta de Alcalá.
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