Grandes batallas de la historia

Foro para los componentes de las Fuerzas Armadas, Ejercito de Tierra, Mar y Aire

Moderador: Moderadores Zonales

Reglas del Foro
Este foro está CERRADO, visita y participa en nuestro nuevo foro en: https://www.foropolicia.es.

Por decisión de la administración en este foro ya no se podrán escribir temas ni mensajes nuevos y solo permanecerá abierto a efectos de consulta. Si quieres saber los motivos de este cambio pincha aquí.

Para cualquier información, pregunta o duda puedes enviarnos un e-mail a info@foropolicia.es

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Jue Ago 23, 2012 11:10 am


Cartera porta placa CNP

fabricado en piel de vacuno
enpieldeubrique.com
Imagen

Batalla de Villaviciosa

La batalla de Villaviciosa tuvo lugar el 10 de diciembre de 1710 durante la Guerra de Sucesión Española, un día después de la batalla de Brihuega.

Después de tener que abandonar Madrid por la imposibilidad de defenderla con éxito, las tropas leales al Archiduque Carlos iniciaron una retirada ordenada hacia Barcelona, hostigadas ocasionalmente por guerrilleros a favor de Felipe V de España. El ejército franco-español presente en el centro de España, capitaneado por Luis José de Borbón, Duque de Vendôme, empezó una persecución agresiva con el objetivo de derrotar de forma definitiva a las fuerzas aliadas presentes en la península Ibérica. Pronto dio alcance a la retaguardia, el grupo británico de 4.000 a 5.000 hombres, al mando de James Stanhope, Primer Conde de Stanhope. El 8 de diciembre de 1710 se enfrentaron ambas fuerzas en Brihuega, y los ingleses, ampliamente superados en número, fueron completamente derrotados y hechos prisioneros los supervivientes, tras oponer feroz resistencia.

Guido von Starhemberg, que había recibido demasiado tarde noticias del peligro en que se encontraba el grupo británico, retrocedió de inmediato y plantó cara al ejército franco-español en una sangrienta batalla en los alrededores de Villaviciosa de Tajuña. El ejército aliado mantuvo el control del campo de batalla, pero ambos bandos la consideraron una victoria.

A pesar del empate técnico, la batalla supuso un éxito para Vendôme, ya que el ejército del Archiduque, aunque logró proseguir su retirada de forma ordenada, se vio aún más debilitado y fue hostigado a cada paso por los irregulares y la caballería franco-española. Para cuando llegaron a Barcelona el 6 de enero de 1711, se había visto reducido a unos 6.000 o 7.000 hombres, y la ciudad era prácticamente el único enclave español en reconocer la autoridad del Archiduque Carlos.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Jue Ago 23, 2012 11:12 am


Imagen

Batalla de Almansa

La Batalla de Almansa se produjo durante el conflicto internacional de la Guerra de Sucesión Española el 25 de abril de 1707 en Almansa (actual provincia de Albacete, en los límites entre Valencia, Alicante y Murcia, en España). En el enfrentamiento, las tropas de Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV de Francia), que había sido coronado como Felipe V, mandadas por el duque de Berwick, derrotaron a las del archiduque Carlos de Austria, comandadas por Henri de Massue y el Marqués das Minas. La batalla no fue decisiva para el fin del conflicto internacional, pero sí abrió las puertas hacia el Reino de Valencia. Como consecuencia de esta batalla, el Reino de Valencia fue ocupado por las tropas borbónicas (con mucha resistencia austracista) aunque los fueros quedaron abolidos, junto con los de Aragón, tras la publicación de los Decretos de Nueva Planta.

El ejército austracista contaba con una importante ventaja logística, ya que la superioridad naval angloholandesa le permitía abastecerse por mar sin problemas. La base de operaciones al inicio de la campaña estaba situada en Alicante, donde además se recibieron importantes refuerzos ingleses, el 8 de febrero, antes del inicio de las operaciones militares, llegó al puerto de Alicante una flota inglesa transportando 3 regimientos de dragones y 13 batallones de infantería. El abastecimiento marítimo permitió al ejército autracista salir en campaña a principios de abril, mientras que el ejército borbónico, que había sido forzado a extender sus acuartelamientos de inviernos por una amplia región, no pudo concentrarse para esas fechas.

El plan de operaciones del ejército austracista consistía en atacar Orihuela para amagar un avance sobre Murcia que encubriera su propósito real, que era trasladar el ejército a Aragón y desde allí invadir Navarra para aislar a Felipe V de la ayuda francesa. Se había desechado un avance directo sobre Madrid a través de La Mancha porque el ejército borbónico se hubiera retirado hacia sus bases, acortando sus líneas de abastecimiento y recogiendo refuerzos mientras que los austracistas tendrían que atravesar un territorio devastado por el enemigo en retirada, cada vez más lejos del centro de abastecimiento en Alicante.

El ejército marchó a Castalla y de allí a Fuente La Higuera, adonde llegó el 10 de abril, pero allí el general Galway decidió cambiar el plan de operaciones. Había recibido información de lo desperdigado que se hallaba el ejército borbónico y decidió avanzar sobre él antes de que pudiese reunirse y recibir refuerzos. Los austracistas avanzaron sobre Yecla, adonde llegaron el 12 de abril, y después sobre Montealegre del Castillo, llegando el 14 de abril. En ambos casos el ejército bórbonico, todavía insuficientemente preparado, hubo de abandonar las plazas, con importantes depósitos de víveres que permitían a los austracistas abastecerse en su avance. Además, se perdieron buen número de carros del tren de abastecimiento. El duque de Berwick finalmente estableció su campamento en Pétrola, donde comenzaron a llegar refuerzos, y comenzó a organizar su ejército para la campaña.

Mientras tanto, el ejército austracista marchó sobre Villena, que tomó el día 17, pero el castillo, con una guarnición de 150 hombres, se resistió y hubo de ser sometido a asedio formal. El tren de asedio había sido dejado en Valencia a la espera de juntarse al ejército en su marcha prevista hacia Aragón, por lo que se formó una batería de asedio con 6 cañones de campaña, pero fueron incapaces de abrir brecha en las murallas medievales del castillo. Tras 7 días de infructuoso asedio, el 24 de abril los austracistas levantaron el campo. La semana perdida había sido vital para permitir al ejército borbónico recuperarse y organizarse.

Berwick mientras tanto había movido su campamento hacia Almansa, donde tenía un importante depósito de provisiones, calculado en 12.000 quintales de trigo, y además la llanura adyacente permitía pastar a la caballería. El 22 de abril ordenó que un destacamento de 2.000 infantes y 500 jinetes marchara a Ayora para reconquistarla, pues había sido capturada por una partida de miqueletes austracistas. Galway recibió información de este hecho, pero sus informadores exageraron el tamaño del destacamento hasta 8.000 hombres, y además le confirmaron que los refuerzos que se esperaban de Francia en el campo borbónico aún no habían llegado. Todo esto decidió al general inglés a avanzar sobre el enemigo a marchas forzadas esperando encontrarlo en inferioridad numérica y bien obligarlo a combatir o a abandonar el gran depósito de Almansa.

La batalla se inició a las 15.00 horas del 25 de abril. Ambos ejércitos se desplegaron cara a cara a lo largo de 6,5 km. Los aliados, partidarios del Archiduque Carlos, alinearon 42 batallones de infantería, compuestos cada uno de 400 hombres, y 60 escuadrones de caballería, de 100 jinetes cada uno, mientras que los borbónicos dispusieron 50 batallones de infantería y 81 escuadrones de caballería, formando ambos ejércitos con dos líneas de profundidad. Paradójicamente, la única representación valenciana era el regimiento Valencia -luego rebautizado Jaén- de 300 hombres al mando del coronel Riera en el bando borbónico.

La batalla dio comienzo con el fuego de artillería. Las tropas aliadas, cansadas, en inferioridad numérica y mal dirigidas, rompieron la formación entre el centro y el flanco debido al empuje de la caballería borbónica. La caballería francesa provocó la retirada de las tropas aliadas en el flanco izquierdo, mientras que las tropas de la zona central acabaron por rendirse a las 17.00 horas.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Vie Ago 31, 2012 12:25 am


Imagen

Motín de Aranjuez

El Motín de Aranjuez fue un levantamiento ocurrido el 17-18 de marzo de 1808 por las calles de esta localidad madrileña. Se desencadenó debido a varias causas, entre ellas las consecuencias de la derrota de Trafalgar que recayó fundamentalmente en las clases humildes. A ello hay que sumarle el descontento de la nobleza, la impaciencia de Fernando VII por reinar, la acción de los agentes de Napoleón y las intrigas de la Corte, donde se iba creando un núcleo opositor en torno al Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII, formado por aristócratas recelosos del poder absoluto de Godoy, y farisaicamente escandalizados por sus supuestas relaciones con la reina María Luisa de Parma; así como el temor del clero a las medidas desamortizadoras.

La presencia de tropas francesas en España, en virtud del tratado de Fontainebleau se había ido haciendo amenazante a medida que iban ocupando (sin ningún respaldo del tratado) diversas localidades españolas (Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián, Barcelona o Figueras). El total de soldados franceses acantonados en España asciende a unos 65.000, que controlan no sólo las comunicaciones con Portugal, sino también con Madrid, así como la frontera francesa.

La presencia de estas tropas terminó por alarmar a Godoy. En marzo de 1808, temiéndose lo peor, la familia real se retiró a Aranjuez para, en caso de necesidad, seguir camino hacia el sur, hacia Sevilla y embarcarse para América, como ya había hecho Juan VI de Portugal.

El 17 de marzo de 1808, tras correr por las calles de Aranjuez el rumor del viaje de los reyes, una pequeña multitud (compuesta por empleados de los nobles llegados al efecto, puesto que al ser sitio Real y no Villa, Aranjuez no tenía una población villana que pudiera alzarse por si sola) , dirigida por miembros del partido fernandino, nobles cercanos al Príncipe de Asturias, se agolpa frente al Palacio Real y asalta el palacio de Godoy, quemando aquellos enseres que no fueron directamente saqueados. El día 19, por la mañana, Godoy es encontrado escondido entre esteras de su palacio y trasladado hasta el Cuartel de Guardias de Corps, en medio de una lluvia de golpes. Ante esta situación y el temor de un linchamiento, interviene el príncipe Fernando, verdadero dueño de la situación, en el que abdica su padre al mediodía de ese mismo día, convirtiéndolo en Fernando VII.

Los acontecimientos de Aranjuez fueron los primeros estertores de la agonía del Antiguo Régimen en España. El pueblo había sido manipulado, pero en cualquier caso, su intervención fue decisiva, puesto que no sólo consiguió la renuncia de un ministro odiado (ya había ocurrido en el motín de Esquilache, en 1766), sino también la renuncia de un soberano y el acceso al trono de un nuevo rey, legitimado por la voluntad popular. Caro fue el precio pagado; la sangre de la guerra de la independencia y un posterior reinado de Fernando VII nefasto y que acabaría en la primera guerra carlista.

Estos hechos se conmemoran todos los años en las Fiestas de Aranjuez o del Motín, que tienen lugar la primera semana de septiembre coincidiendo con la feria local.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Vie Ago 31, 2012 12:32 am


Curso Acceso Guardia Civil

Inicio curso: septiembre 2019
de-pol.es
Imagen

Por la noche cayó una gran tormenta con abundante aparato eléctrico que pasaría a formar parte de la leyenda de la batalla, tal como el «sol de Austerlitz» —que presidió el avance de Soult sobre las colinas de Pratzen— ilustra los relatos de esa batalla. Tres años después, la noche antes de Waterloo, una tormenta similar sería recibida como un signo de la Providencia por la soldadesca inglesa.

Al amanecer, Wellington fue informado de que ya sólo quedaba una división francesa al otro lado del Tormes y que Marmont se estaba desplegando hacia el oeste a toda velocidad. Inmediatamente hizo avanzar las unidades que estaban en Carbajosa para cubrir el lado norte de una ligera depresión longitudinal que corría de este a oeste formando ángulo recto con los cerros que dominaban el Pelagarcía. El núcleo del ejército se dispuso formando una doble línea con las divisiones de Leith y Cole asomándose a la ladera de la depresión y las de Clinton y Hope inmediatamente detrás. También ordenó que la división de Edward Pakenham y la caballería de la reserva, que aún estaban al otro lado del Tormes, cruzaran y se dirigieran a Aldeatejada, donde podían proteger una eventual retirada. Las brigadas de caballería de G. Anson y Le Marchant se situaron en Las Torres, a medio camino entre la fuerza principal y la reserva.

Aunque había ido descargando la línea que cubría el Pelagarcía, quedaron allí la división de infantería ligera de Alten junto con algunas brigadas de otras divisiones. La división de dragones de Bock se situó en la misma alineación mucho más al norte para vigilar y controlar un intento francés de rodear los cerros por ese lado. Wellington, así preparado, decidió esperar acontecimientos para decidir el curso de acción definitivo. Gracias a la disposición de sus tropas podía tanto defenderse como retirarse ordenadamente.

Una de las brigadas de la división de Cole, la de Anson, ocupó una colina aislada que se encuentra en el extremo sur de la línea de cerros, justo en el ángulo que ahora formaba el dispositivo inglés, expulsando a algunos franceses que estaban a punto de llegar a la cima. Esta colina se llama Arapil Grande por oposición al Arapil Chico, que se alza al otro lado de la ancha y poco profunda depresión longitudinal que Wellington quería usar como línea de frente. El plan inglés había sido apoderarse de ambos, pero casi habían llegado tarde a uno y el otro ya estaba sólidamente defendido cuando intentaron tomarlo con una brigada de cazadores portugueses, que fue rechazada.

La lucha se trasladó un poco hacia el oeste, al pueblo de Los Arapiles, donde las brigadas ligeras de las divisiones de Keith y Cole chocaron con voltigeurs franceses que trataron de desalojarlos. El pueblo se hallaba en el centro de la depresión que al sur estaba limitada por el escarpe de una meseta que hacia el oeste se iba convirtiendo en una loma. A medida que avanzaba la mañana, los franceses fueron apareciendo sobre el escarpe, instalando baterías que empezaron a hostigar a las cuatro divisiones inglesas que tenían enfrente.

Hacia el mediodía, los franceses se hicieron visibles avanzando por la cima de la loma hacia el oeste a toda velocidad. Se trataba de Thomières y Maucune, que una vez sobre la loma habían decidido ocupar toda su extensión. Maucune se estacionó frente a Leith y empezó a desplegar sus baterías, mientras Thomières se desplazaba en solitario aún más al oeste. El ejército francés se había desorganizado un poco a causa de lo intrincado del terreno, cubierto de bosques de encinas, que se extendía al oeste y detrás de la loma en el camino desde el Tormes. Marmont había perdido ligeramente el control, más preocupado por acelerar la marcha que por guardar la formación, creyendo que Wellington estaba en plena retirada hacia Ciudad Rodrigo y confundiendo el polvo que levantaba la reserva de caballería en Aldeatejada con la retaguardia de este. Así que ordenó a tres divisiones que ocuparan la cima del escarpe y la loma subsiguiente, sin advertirles que debían mantenerse cerca unas de otras. Bonnet se situó junto al Arapil Grande, con lo que un gran hueco le separaba de Maucune, mientras otro no tan grande separaba a éste de Thomières.

Una vez Wellington estuvo razonablemente seguro de que ninguna división más estaba a punto de llegar, basándose en su intuición y en los informes de los guerrilleros españoles que le habían indicado las horas de cruce del Tormes, hacia las dos de la tarde subió a su caballo y cabalgó hasta Aldeatejada para dar órdenes inmediatas a Pakenham. Al llegar saltó del caballo y le ordenó dirigirse al sur en columna, convertirla en fila girando las compañías 90 grados al llegar a la altura de la loma y atacar a Thomières «hasta barrerlo». Los húsares de Arentschild cubrirían su flanco derecho para evitar que la caballería francesa interviniera.

A continuación galopó hasta el estacionamiento de la caballería pesada de Le Marchant y le ordenó que en cuanto Leith hubiera entablado combate, cargaran sobre Maucune. Después siguió su camino hasta Leith, que estaba sobre su caballo esquivando balas de cañón que venían rebotando desde las baterías de Maucune para que sus hombres no tuvieran miedo a pesar de estar bajo un fuego lejano pero intenso. Wellington le comunicó a Leith que en cuanto viera que Packenham había derrotado a Thomières, cargara contra Maucune en la meseta, cosa que éste estaba deseando porque veía que la moral de sus soldados decaía. Luego cabalgó de nuevo hasta Cole y le dijo que cuando Leith hubiera derrotado a Maucune, cargara a su vez contra Bonnet. Finalmente se dirigió a una pequeña colina al oeste de Leith para observar la batalla.|Escena de la batalla en la que se muestra la carga de la 3era división al mando de Sir Edward Packenham]] Cuando llegó, vio cómo Pakenham cargaba y derrotaba efectivamente a Thomières mientras los húsares de Areschild derrotaban algunas unidades de caballería que surgían del otro lado de la loma. Leith a su vez cruzó lentamente la depresión con su división organizada en una doble fila para cargar pendiente arriba contra Maucune. Aunque resistió algo más que Thomières, al llegar los desbandados de la división de este perseguidos por Packenham, la división de Maucune se desbandó justo cuando Le Marchand cargaba con la caballería pesada. El efecto de todo esto fue que las dos divisiones francesas dejaron de existir mientras los supervivientes procuraban salvarse como podían.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Robb » Vie Ago 31, 2012 1:46 am


Gama De Productos Anticorte

La proteccion ideal
materialpolicial.com
Imagen

Batalla de Zama

La Batalla de Zama (19 de octubre del 202 a. C.), representó el desenlace de la Segunda Guerra Púnica. En ella se enfrentaron el general cartaginés Aníbal Barca y el joven Publio Cornelio Escipión, "el Africano Mayor", en las llanuras de Zama.

La batalla

Aníbal poseía varios elefantes en su ejército y eran muy temidos por los romanos. Cuando los elefantes fueron hacia los romanos, éstos, comandados por Publio Cornelio Escipión, apodado "El Africano"; realizaron la estrategia de abrir pasillos entre sus filas para dejar pasar a los elefantes. Aunque hubo numerosas bajas entre los romanos, pudieron neutralizar el temido ataque de los paquidermos. Los que no fueron alcanzados y muertos huyeron despavoridos hacia el desierto. Tras esto se desarrolló una cruel batalla en la que Escipión al final mandó realizar una maniobra envolvente con los vélites, triarios, principes y hastatis; la contienda estaba igualada hasta que regresó Cayo Lelio al mando de la caballería y se decidió la batalla. Aníbal huyó con parte de sus tropas.

Disposición inicial
Aníbal formó a sus 37.000 infantes (50.000, según Apiano) en tres líneas, 3.000 jinetes a los flancos y alrededor de 80 elefantes5 en el frente. Este número de elefantes es mucho mayor que el que normalmente utilizaba Aníbal. Escipión formó alrededor de 20.000 legionarios, más 14.000 auxiliares, y la caballería, que comprendía 6.000 jinetes númidas traídos por Masinisa6 y 2.700 equites romanos.
Los cartagineses formaron 3 unidades colocando a los 80 elefantes al frente; la primera unidad estaba formada por la cifra de 12.000 mercenarios infantes entre ligures, galos, mauritanos y baleares;4 7 la segunda, por africanos y cartagineses, de los cuales, entre éstos últimos, había 10.000 ciudadanos que iban a luchar para defender su tierra,8 y una legión de 4.000 macedonios9 al mando de Sópatro;10 y la tercera unidad estaba formada por 15.000 a 18.000 infantes veteranos de Aníbal,4 8 en su gran mayoría brutios, directamente bajo sus órdenes.
Los romanos adoptaron la disposición clásica de batalla de la legión, denominada triplex acies: con los jabalineros hastati en primera línea, los veteranos príncipes en segunda, y los lanceros triarii, armados con lanzas largas, detrás. Las unidades se encontraban separadas por pequeños pasillos que les permitían maniobrar, por los cuales debían escapar los hostigadores vélites cuando la carga cartaginesa se hiciera insostenible, al mismo tiempo que evitarían que los elefantes rompieran la formación.

Primera fase

Imagen

Con ambos ejércitos frente a frente, los romanos soplaron los cuernos de batalla. Cundió el nerviosismo entre algunos de los elefantes - pues habían sido capturados recientemente -, que retrocedieron en estampida contra la propia caballería númida de Tiqueo, creando un gran desorden.
Escipión tomó dos medidas geniales para contrarrestar el ataque de los elefantes: ordenó a sus hombres bruñir corazas, cascos y cualquier cosa de metal, de tal modo que el sol se reflejara en ellos y deslumbrara a los animales, y tomó asimismo la compañía de músicos y los llevó a vanguardia, donde sus cuernos y trompetas espantaron a los animales de la izquierda, de tal modo que retrocedieron y sembraron la confusión entre la caballería númida.
Masinisa ordenó cargar a su caballería númida contra la menos numerosa de Tiqueo. Los elefantes, lanzados a la carga contra la infantería romana, tuvieron un efecto limitado gracias a los pasillos que había dejado Escipión. Atacados desde los flancos por las lanzas de los legionarios, los elefantes murieron o retrocedieron hacia las líneas cartaginesas. La caballería italiana de Lelio atacó, persiguiendo a los jinetes cartagineses fuera del campo de batalla.

Segunda fase
Los supervivientes del ejército de Magón se lanzaron contra los hastati, acabando con gran número de ellos. Aníbal ordenó avanzar a la segunda unidad para apoyar el ataque; sin embargo, los legionarios romanos comenzaron el contraataque antes de que llegara el apoyo. Provistos de sus escudos corporales, consiguieron rechazarles. Esta falta de cooperación sembró la semilla del caos en las filas púnicas, que se vieron obligadas a retroceder. Mientras tanto, los legionarios de Escipión acosaron a sus enemigos en retirada hasta que recibieron la orden de repliegue.
Una vez establecidos los cartagineses en posiciones más retrasadas, los romanos lanzaron una nueva ofensiva. Aníbal, deduciendo que sería necesaria una defensa firme, dispuso a su infantería veterana al frente, formando una fila perfecta de lanzas. Los oficiales púnicos dieron órdenes a las tropas en retirada de bordear a la tercera unidad.
El campo se hallaba cubierto de sangre y cadáveres, de modo que los veteranos hubieron de mantenerse a la defensiva. La entrada en combate de los veteranos de la guerra en Italia, desgastadas las menos numerosas tropas de infantería romanas, inclinó la balanza del lado de Aníbal, cuyas tropas comenzaron a ganar terreno.

Conclusión

La caballería romana de Lelio y los jinetes númidas de Masinisa, ya reorganizados tras la persecución de los jinetes de Tiqueo, regresaron en aquel momento al campo de batalla. Atacaron la formación compacta de los cartagineses desde la retaguardia, de manera que se produjo el colapso del ejército de Aníbal, quien hubo de huir a Hadrumentum, pues las tropas de Escipión aún les influían temor de una posible persecución. Tras unos días regresarían a Cartago derrotados.
Las bajas cartaginesas se elevaban a alrededor de 20.000 muertos,11 junto con 11.000 heridos y 15.000 prisioneros. Los romanos capturaron también 133 estandartes militares y once elefantes. Por otro lado, entre las filas romanas hubo 1.500 muertos12 y 4.000 heridos. Además de las importantes muertes de sus más leales oficiales, de los cuales sólo se pudieron salvar Cayo Lelio y Silano.
No soy miembro de ningún cuerpo de policía, ni pertenezco a institución policial alguna.
Opositor.
Avatar de Usuario
Robb
Nivel:Profesional -Inspector Jefe-
Nivel:Profesional -Inspector Jefe-
 
Mensajes: 2166
Registrado: Mié May 04, 2011 11:36 pm
Ubicación: Cataluña(España)

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Mié Sep 05, 2012 12:08 pm



intervencionpolicial.com
Imagen

Batalla de Guadalete

La batalla de Guadalete es el nombre con el que se conoce una batalla que, según la historiografía tradicionalmente admitida, basada en crónicas árabes de los siglos X y XI, tuvo lugar en la península ibérica entre el 19 y el 26 de julio de 711 cerca del río Guadalete (Bética) y cuyas consecuencias fueron decisivas para el futuro de la península. En ella el rey godo Rodrigo fue derrotado y probablemente perdió la vida a manos de las fuerzas musulmanas comandadas por Táriq ibn Ziyad. La derrota fue tan completa que supuso el final del estado visigodo en la península ibérica.

Algunos estudiosos contemporáneos negaron la ubicación tradicional de la batalla y sostuvieron que tuvo lugar entre Medina-Sidonia y la laguna de La Janda, lo que hizo que en tiempos más recientes se haya conocido también como Batalla de la laguna de La Janda o del río Barbate. Sin embargo, Sánchez Albornoz, que reconstruyó los hechos a partir de los archivos cristianos y las crónicas árabes, aportó nuevos datos y testimonios que respaldaban que Wadilakka era efectivamente el río Guadalete, cerca de la despoblada ciudad de Lacea, precisamente donde los antiguos habían situado el encuentro bélico.

De acuerdo con las fuentes disponibles, el caudillo Táriq estaba bajo las órdenes de Musa ibn Nusair, gobernador del norte de África, el cual en connivencia con el conde de Ceuta Don Julián, gobernador y vasallo de Don Rodrigo pero con lazos de fidelidad con el anterior rey Witiza (tras la muerte de Witiza comenzó una guerra de sucesión y los musulmanes llegaron a la península en apoyo a los hijos de Witiza), habría planeado la invasión de península ibérica, facilitándole el cruce del estrecho de Gibraltar en la noche del 27 al 28 de abril de 711. Aunque esto puede no ser más que una adaptación a la realidad de un poema medieval posterior que esgrimía la violación de la hija de Don Julián por parte de Rodrigo, lo cual habría incitado la traición de éste. En todo caso, está claro que los musulmanes invadieron la península ibérica, llamados por los hijos de Witiza.

Las antiguas crónicas sobrevaloran el número de efectivos de ambos bandos que participaron en la batalla, llegando a contar 100.000 soldados en el lado visigodo. Es muy probable que el líder musulmán Táriq desembarcase en Tarifa unos 7.000 soldados de a pie bereberes, tomando Carteia y posteriormente Algeciras, donde rechazó el ataque de Bancho o Sancho, sobrino de Rodrigo que había salido a su encuentro.

Mientras todo esto acontecía, el rey visigodo se encontraba en el norte de la península ibérica combatiendo a los vascones en Pamplona. La noticia le tarda en llegar dos o tres semanas. La crisis que padecía el reino visigodo en aquellos fatídicos momentos, con continuas confabulaciones y guerras fratricidas entre la nobleza para hacerse con el trono, limitaron considerablemente el margen de maniobra de Rodrigo a la hora de reclutar un ejército con que hacer frente a la invasión, viéndose obligado a aceptar la interesada ayuda de los witizanos, cuya traición desconocía. Tal como fuere pudo organizar precipitadamente en Córdoba un ejército de 40.000 hombres y partir al encuentro de Táriq.

De acuerdo a las crónicas, el choque tuvo lugar en Wadi Lakkah, sitio que según algunos historiadores podría situarse en Barbate o en la propia Medina-Sidonia o, según otros, que coinciden con la historiografía clásica, en el río Guadalete. Durante dos días ambos bandos se tantean en sangrientas escaramuzas. Una vez empezada la batalla, los hijos de Witiza, que comandaban los flancos, se separaron del ejército visigodo, dejando a Rodrigo en inferioridad numérica y técnica contra los musulmanes. Al parecer, los bereberes, con su caballería ligera y sus ataques rápidos y letales, diezmaron a las rodeadas fuerzas leales al monarca godo tras un duro combate. El caballo de Rodrigo fue encontrado asaetado a orillas del río, con lo que se especuló con que el monarca pudo haber escapado, aunque también que su cadáver fue arrastrado por la corriente. Nunca se volvió a saber de él. La destrucción de la fuerza visigoda ante el engaño de los witizianos, el desconocimiento total del modo de combatir árabe y la probable muerte de Rodrigo dejó la puerta abierta a Táriq para apoderarse de Toledo en el año 714. Desprotegida al llevarse consigo Rodrigo su comitatus y a los spatarios de su guardia real, la ciudad no opuso resistencia.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Mié Sep 05, 2012 12:13 pm


Academia Acceso CNP

sector115.es
Imagen

Batalla de Covadonga

La batalla de Covadonga tuvo lugar en 722 en Covadonga (España), un paraje próximo a Cangas de Onís (Asturias), entre el ejército de Don Pelayo y tropas musulmanas, que resultaron derrotadas. Esta acción bélica se considera como el arranque de la Reconquista.

Gobernaba el norte peninsular desde Gijón un bereber llamado Munuza, cuya autoridad fue desafiada por los dirigentes astures que, reunidos en Cangas de Onís en 718 encabezados por Pelayo, decidieron rebelarse negándose a pagar impuestos exigidos, el jaray y el yizia. Tras algunas acciones de castigo a cargo de tropas árabes locales, Munuza solicitó la intervención de refuerzos desde Córdoba. Aunque se restó importancia a lo que estaba sucediendo en el extremo ibérico, el valí Ambasa envió al mando de Al Qama un cuerpo expedicionario sarraceno que probablemente en ningún caso alcanzaría la cifra de 180.000 hombres dada por las crónicas cristianas.

En cuanto a las fuerzas de Pelayo, la historiografía reciente las cuantifica en poco más de 300 combatientes. Con ellas esperó a los musulmanes en un lugar estratégico, como el angosto valle de Cangas de los Picos de Europa cuyo fondo cierra el monte Auseva, donde un atacante ordenado no dispone de espacio para maniobrar y pierde la eficacia que el número y la organización podrían otorgarle. Allí, en 722, se produjo el enfrentamiento, cuya dimensión se desconoce y que pudo tratarse de una batalla o una simple escaramuza. La cuestión es que las tropas sarracenas fueron diezmadas, obligando a Munuza a escapar de Gijón, donde se hallaba en ese momento. No logró huir el gobernador musulmán dado que él y sus tropas encontraron la muerte. Un centenar de hombres, mandados por Pelayo, habían ocupado la célebre cueva de Covadonga, atacando desde allí a las desconcertadas tropas moras. Al Qama halló la muerte en este lance, mientras que sus fuerzas sufrieron grandes pérdidas en su desordenada huida, al caer sobre ellos una ladera debido a un desprendimiento de tierras, probablemente provocado, cerca de Cosgaya en Cantabria.

Esta victoria permitió que el reino no volviese a ser atacado por fuerzas musulmanas. La batalla de Covadonga supuso la primera victoria de un contingente rebelde contra la dominación musulmana en la Península Ibérica. Tuvo una amplia difusión en la historiografía posterior como detonante del establecimiento de una insurrección organizada que desembocaría en la fundación, en principio, del reino independiente de Asturias, y de otros reinos cristianos que culminaría con la formación del Reino de España.

Un viejo dicho asturiano dice «Asturias es España y lo demás tierra conquistada».
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Mié Sep 05, 2012 12:31 pm


Imagen

Batalla de Simancas

La batalla de Simancas fue un enfrentamiento bélico entre las tropas de una coalición cristiana encabezada por el rey de León, Ramiro II, y los musulmanes asentados en Córdoba del califa Abd al-Rahman III junto a los muros de la ciudad de Simancas, en el que se afianzó el dominio sobre las tierras del Duero por los reinos cristianos del norte, en el año 939.

En el año de 937, el rey Ramiro II de León actuó en apoyo de Muhammad ibn Hashim, gobernador de Zaragoza (también conocido por Abu Yahya o Abohaia), a quien el califa acusaba de traidor y culpable principal del desastre de Osma, ocurrido 3 años antes.

Después de la pérdida de la estratégica Zaragoza, es fácil comprender la airada reacción del envanecido Abderramán III. Tras cercar y conquistar Calatayud, Abderramán conquistó uno tras otro todos los castillos de la zona. Al llegar a las puertas de Zaragoza, Abu Yahya capituló, acción que el califa aprovechó para emplearlo en una ofensiva contra Navarra que concluyó en la capitulación de la reina Toda, que se declaró vasalla del califa.

El califa omeya concibió entonces un proyecto gigantesco para acabar de una vez por todas con el reino leonés, al que denominó gazat al-kudra, Campaña del Supremo Poder o de la Omnipotencia. El omeya reunió un gran ejército alentado por la llamada a la yihad. Desde la salida de Córdoba se dispuso que todos los días se entonase en la mezquita mayor la oración de la campaña, no con sentido deprecatorio, sino como anticipado agradecimiento de lo que no podía menos de ser un éxito incontrovertible.

El califa formó, con la ayuda del gobernador musulmán de Zaragoza (Abu Yahya), un gran ejército de casi 100.000 hombres, formado por mercenarios andalusíes, militares profesionales, tribus bereberes, soldados de las provincias militarizadas (yunds), contingentes de las Marcas y un buen número de voluntarios. Bien armada y pertrechada, esta heterogénea masa de combatientes emprendió la marcha a fines de junio de 939. Dejando atrás Toledo, el ejército atravesó el Sistema Central por Guadarrama (puerto de Tablada), internándose a continuación en la "Tierra de nadie" -políticamente hablando- situada al sur del Duero. Después de saquear y destruir los lugares que encontraban en su camino (Olmedo, Íscar, Alcazarén), los contingentes califales acamparon cerca del Cega y se instalaron en el Castillo de Portillo a principios de agosto.

Entre tanto, el rey leonés Ramiro II logró reunir a su lado, además de a sus propias tropas, las de los condes castellanos Fernán González y Ansur Fernández, las del reino de Pamplona de García Sánchez I, así como a tropas gallegas y asturianas.

La batalla, que tuvo lugar en la margen derecha del Pisuerga, al noreste de Simancas, fue muy violenta y se prolongó durante varios días. Las crónicas cristianas cuentan que se apareció San Millán. Y además, según cuentan las crónicas, tanto árabes como cristianas, hubo un eclipse de sol unos días antes de la batalla.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Mié Sep 12, 2012 1:49 pm


Curso Oposición a la Ertzaintza

Original. Más Fácil. Online.
nola2hurtu.eus
Imagen

Levantamiento del 2 de mayo

Ocurrido en 1808, es el nombre por el que se conocen los hechos acontecidos en Madrid (España) aquella jornada, surgidos por la protesta popular ante la situación de incertidumbre política generada tras el Motín de Aranjuez. Reprimida la protesta por las fuerzas napoleónicas presentes en la ciudad, se extendió por todo el país una ola de proclamas de indignación y llamamientos públicos a la insurrección armada que desembocarían en la Guerra de Independencia Española.

El 2 de mayo de 1808, a primera hora de la mañana, la multitud comenzó a concentrarse ante el Palacio Real. La muchedumbre vio cómo los soldados franceses sacaban del palacio al infante Francisco de Paula, por lo que, al grito de José Blas de Molina «¡Que nos lo llevan!», el gentío intentó asaltar el palacio. El infante se asomó a un balcón provocando que aumentara el bullicio en la plaza. Este tumulto fue aprovechado por Murat, que mandó rápidamente a unos Guardias Imperiales al palacio, acompañados de artillería, que disparó contra la multitud. Al deseo del pueblo de impedir la salida del infante, se unió el de vengar a los muertos y el de deshacerse de los franceses. Con estos sentimientos, la lucha se extendió por Madrid.

Los madrileños comenzaron así un levantamiento popular espontáneo pero largamente larvado desde la entrada en el país de las tropas francesas, improvisando soluciones a las necesidades de la lucha callejera. Se constituyeron así partidas de barrio comandadas por caudillos espontáneos; se buscó el aprovisionamiento de armas, ya que en un principio las únicas de que dispusieron fueron navajas; se comprendió la necesidad de impedir la entrada en la ciudad de nuevas tropas francesas.

Todo esto no fue suficiente y Murat pudo poner en práctica una táctica tan sencilla como eficaz. Cuando los madrileños quisieron hacerse con las puertas de la cerca de la ciudad para impedir la llegada de las fuerzas francesas acantonadas en sus afueras, el grueso de las tropas de Murat (unos 30.000 hombres) ya había penetrado, haciendo un movimiento concéntrico para dirigirse hacia el centro. No obstante, la gente siguió luchando durante toda la jornada utilizando cualquier objeto que fuera susceptible de ser utilizado como arma, como piedras, agujas de coser, macetas arrojadas desde los balcones... Así, los acuchillamientos, degollamientos y detenciones se sucedieron en una jornada sangrienta. Mamelucos y lanceros napoleónicos extremaron su crueldad con la población y varios cientos de madrileños, hombres y mujeres, así como soldados franceses, murieron en la refriega. Goya reflejaría años después, en su lienzo La Carga de los Mamelucos, estas luchas.

Si bien la resistencia al avance francés fue mucho más eficaz de lo que Murat había previsto, especialmente en la Puerta de Toledo, la Puerta del Sol y el Parque de Artillería de Monteleón, su operación de cerco le permitió someter a Madrid bajo la jurisdicción militar y poner bajo sus órdenes a la Junta de Gobierno. Poco a poco, los focos de resistencia popular fueron cayendo.

El Dos de mayo no fue la rebelión del Estado español contra los franceses, sino la de las clases populares de Madrid contra el ocupante tolerado (por indiferencia, miedo o interés) por gran cantidad de miembros de la Administración. De hecho, la entrada de las tropas francesas se había hecho legalmente, al amparo del Tratado de Fontainebleau, cuyos límites sin embargo pronto vulneraron, excediendo el cupo permitido y ocupando plazas que no estaban en camino hacia Portugal, su supuesto objetivo. La Carga de los Mamelucos antes citada, presenta las principales características de la lucha: profesionales perfectamente equipados (los mamelucos o los coraceros) frente a una multitud prácticamente desarmada; presencia activa en el combate de mujeres, algunas de las cuales perdieron incluso la vida (Manuela Malasaña o Clara del Rey).

La represión fue cruel. Murat, no conforme con haber aplacado el levantamiento, se planteó tres objetivos: controlar la administración y el ejército español, aplicar un riguroso castigo a los rebeldes para escarmiento de todos los españoles y afirmar que era él quien gobernaba España. La tarde del 2 de mayo firmó un decreto que creó una comisión militar, presidida por el general Grouchy, para sentenciar a muerte a todos cuantos hubiesen sido cogidos con las armas en la mano («Serán arcabuceados todos cuantos durante la rebelión han sido presos con armas»).

El Consejo de Castilla publicó una proclama en la que se declaró ilícita cualquier reunión en sitios públicos y se ordenó la entrega de todas las armas, blancas o de fuego. Militares españoles colaboraron con Grouchy en la comisión militar. En estos primeros momentos, las clases pudientes parecieron preferir el triunfo de las armas de Murat antes que el de los patriotas, compuestos únicamente de las clases populares.

En el Salón del Prado y en los campos de La Moncloa se fusiló a centenares de patriotas. Quizá unos mil españoles perdieron la vida en aquel levantamiento y los fusilamientos subsiguientes.

Imagen
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Jue Sep 20, 2012 12:44 pm


Imagen

Contienda de Valdepeñas

La contienda de Valdepeñas fue una sublevación del pueblo homónimo contra las tropas francesas que tuvo lugar el 6 de junio de 1808.

El 2 de mayo de 1808 se proclama la Guerra de España contra Napoleón con el levantamiento popular de Madrid. Desde ese momento, las tropas francesas comienzan un proceso de ocupación en toda la Península Ibérica. Como objetivo principal tienen el bloqueo de Cádiz y el sometimiento de Andalucía y Portugal para cortar el comercio a Inglaterra.

En 1808 cuenta Valdepeñas con 3000 vecinos (8000 habitantes). Es una de las villas más prósperas de Castilla la Nueva, por ser el principal productor y exportador de vino de España. Se encuentra situada a medio camino entre Madrid y Andalucía, en el Camino Real.

En mayo de 1808, el General Dupont ordena instalar un parque de Intendencia en Santa Cruz de Mudela, al Sur de Valdepeñas. Ante el temor de Valdepeñas, se hace trasladar a la patrona, la Virgen de Consolación, a la Iglesia Principal, desde la ermita donde se encontraba en campo abierto el día 31 de mayo. Ese día, desde el púlpito de la Iglesia, Don Juan Antonio León Vezares, conocido como el Cura «Calao», alarma a la población del peligro de ocupación y se organiza una Junta de Defensa, compuesta por diez vecinos, entre los que se encontraban, los dos alcaldes, el citado cura, un contrabandista, un abogado y un mercader.

El día 5 de junio el pueblo de Santa Cruz de Mudela se alza en armas y ataca el contingente francés afincado en la villa, dando muerte a multitud de soldados. Muchos logran huir hacia el Norte, dirección Valdepeñas, y consiguen rendirse a medio camino. Llegando a Valdepeñas de noche, el pueblo y la Junta de Defensa logran impedirles el paso y deben continuar campo a través hasta Manzanares, donde se unen a la tropa del General Roize. Ante lo sucedido en Santa Cruz, Roize hace llamar a las tropas del General Ligier-Belair, que tenía guarniciones en Madridejos de 500 dragones. Las tropas de ambos Generales y el convoy de Santa Cruz acordaron unificarse en el cerro de las Aguzaderas, a 2 km. al Norte de Valdepeñas.

La Junta de Defensa de Valdepeñas solicita a Don Pedro Alesón, comandante de una patrulla de reclutamiento del Ejército Español, que se encontraba reclutando en la villa a hombres, que se una a la defensa. Este, ante el peligro, escapa de la villa con muchos de los hombres útiles y toda su tropa. También se solicitó ayuda a todas las ciudades y villas cercanas.

Al amanecer del día 6 de junio, La Junta de Defensa dispuso ocultar a mujeres, niños y enfermos en las bodegas, y mandó armar a todos los hombres que quedaban con sus útiles de labranza. Por otro lado, ante la falta de hombres suficientes, las mujeres formaron un grupo de defensa, tomando las ventanas, armadas con útiles de cocina y agua hirviendo.

El Cura «Calao» y el contrabandista se entrevistaron en el cerro con el General Ligier-Belair, que se negó a rodear la villa, y mostró su intención de cruzarla por su calle principal por ser ésta el Camino Real o Carretera a Andalucía. Ante la disconformidad de la diplomacia, el pueblo parapetó las calles con carros y cuerdas y enterró clavos en la tierra para dañar las caballerías.

Las tropas francesas contaban con: 500 cazadores; 250 dragones y 60 infantes al mando del capitán Bouzat; los 300 que han sobrevivido al alzamiento de Santa Cruz de Mudela y los convalecientes. A las 8 y media de la mañana comienza la marcha francesa hasta la entrada de la villa, a toque de tambor y corneta. Valdepeñas por su parte hace sonar todas sus campanas. Al entrar los soldados, comienza el levantamiento y la lucha en la calle principal.

Destaca aquí la figura de Juana «La Galana», que luchó en la entrada de la villa cuerpo a cuerpo y armada con una porra. Esta mujer de 20 años fue proclamada posteriormente heroína local. También destacó en la lucha Francisco Abad Moreno «Chaleco» que tras perder a su madre y a su hermano en la contienda, organizó una guerrilla que llegó a tener hasta 400 hombres. Posteriormente fue nombrado Brigadier y Comandante.

De este primer ataque solo pudo escapar un niño educando de la banda de cornetas y pífanos franceses, que alertó al General Ligier-Belair de lo sucedido.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Jue Sep 20, 2012 12:48 pm



8000 productos al mejor precio
desenfunda.com
Imagen

Batalla del Bruch

La Batalla del Bruch es el nombre de dos enfrentamientos que tuvieron lugar entre tropas españolas y francesas en las inmediaciones de la localidad barcelonesa del Bruch durante la Guerra de la Independencia Española.

El 4 de junio de 1808 una columna francesa comandada por Schwartz salió de Barcelona en dirección a Lérida y Zaragoza. También tenía la orden de pasar por Manresa e Igualada. Los efectivos de la columna francesa sumaban 3.800 hombres. Para llegar a Manresa, debían forzar el paso del Bruch.

El mismo día 4 un gran aguacero sorprendió a la columna francesa, que se refugia en Martorell. Esta situación permitió organizar la acción del Bruc, que tuvo lugar el 6 de junio de 1808. Las fuerzas que se enfrentaron a los franceses estaban encabezadas por soldados del Regimiento de Soldados Suizos número 1 de Wimpffen y soldados desertores valones escapados de la guarnición de Barcelona. Los voluntarios y somatenes catalanes que se incorporaron a la batalla provenían de Manresa y su corregimiento, así como de Igualada y sus pueblos vecinos. Fueron encabezados por el igualadino D. Antonio Franch y Estalella (cf.D. Antonio Franch y Estalella. Héroe del Bruc y primer caudillo catalán en la guerra de Independencia. Galería de Hombres Ilustres. 1903).

En total llegaban a unos 2.000 hombres. El resultado de la emboscada estratégica fue la retirada de la columna francesa, con 300 hombres muertos y uno de los cañones perdido al hundirse el puente de Abrera, cuando se retiraban en dirección a Barcelona.

El 14 de junio de 1808 tuvo lugar el segundo enfrentamiento. Los franceses llegaron al Bruch con dos columnas de ejército, una que avanzaba por Collbató y una segunda que seguía por la carretera. Sin embargo, los defensores, que habían tenido tiempo de fortificarse, les recibieron con un nutrido fuego artillero. Los franceses, tras el enfrentamiento, retrocedieron de nuevo, dejando tras de sí nuevos saqueos y edificios incendiados en el Bruch.

Aquí es donde surge la historia del Niño del Tambor. Esta historia cuenta el episodio del joven pastorcillo que pone en fuga a las tropas napoleónicas con la colaboración del eco de las montañas de Montserrat. Isidre Lluçà i Casanoves, el niño de la historia, no podía combatir por su edad, pero quiere ayudar a su pueblo contra los franceses, así que toma su tambor y se pone a tocar. El eco de las montañas hace que dé la impresión que son miles de tamborileros, por lo que el ejército francés se bate en retirada.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Dom Sep 30, 2012 8:45 am


Gafas Balisticas Wiley-X

Oferta 99 euros
uspsuministros.com
Imagen

Primera batalla de Valencia

La Primera Batalla de Valencia fue un enfrentamiento armado de la Guerra de la Independencia Española que tuvo lugar en la ciudad de Valencia el 28 de junio de 1808.

En la Europa de principios del siglo XIX, donde apenas diecisiete ciudades superaban los 100.000 habitantes, la tercera ciudad de España era Valencia con 80.000 habitantes. Su economía estaba basada en la producción de tejidos de seda y de cerámica además de la producción agrícola de la huerta que la rodea. Tiene puerto, universidad y una guarnición de un millar de soldados del Real Ejército. La crisis europea de finales del siglo XVIII ha generado una masa desempleada que en Valencia ya se demostró incontrolable en los disturbios por el reclutamiento de 1801.

El 28 de octubre de 1807 por el tratado de Fontainebleau se autoriza a que un cuerpo de ejército francés atraviese el territorio español para invadir Portugal. Pero en febrero y marzo de 1808 otros cuatro cuerpos de ejército entran en España sin autorización ocupando Pamplona, Barcelona, San Sebastián y el castillo de Figueras. Cunde la alarma en la población y la corte españolas, produciéndose el 19 de marzo de 1808 el Motín de Aranjuez en el que cae Godoy y el rey Carlos IV abdica. El 23 de marzo de 1808 el mariscal del Imperio Joaquín Murat entra en Madrid con los cuerpos de ejército de Dupont y Moncey. Con el ejército español desplegado en las costas frente al enemigo británico y los teóricos aliados franceses rodeando la capital, el joven rey Fernando VII no tiene más salida que ir a Bayona a negociar. Pero Napoleón le exige la corona y el 2 de mayo de 1808 Murat aplasta la revuelta de la población madrileña. El día 6 de mayo Fernando VII devuelve la corona a su padre Carlos IV, que la entrega a Napoleón y éste la cede a su hermano como José I Bonaparte rey de España.

En el diario La Gazeta de Madrid del 20 de mayo de 1808 se anuncian las abdicaciones de Bayona, y a medida que va llegando a las distintas capitales empiezan las sublevaciones en nombre de Fernando VII: el 22 se subleva Cartagena y en Valencia el 23 de mayo de 1808 el “crit del Palleter” declara la guerra a Napoleón, el padre Rico y los financieros Beltrán de Lis junto al capitán González Moreno del regimiento Saboya apoyan la agitación callejera, y el Real Acuerdo reunido por el capitán general conde de la Conquista llama al alistamiento general para formar un ejército que dirigirá el popular conde de Cervellón antiguo coronel del regimiento de infantería de línea “Corona”. El 25 de mayo se forma la Junta Suprema de Valencia, encabezada por el conde de la Conquista, y por medio del cónsul de Dinamarca el británico don Pedro Tupper se envían cartas a Gibraltar informando de la situación y estableciendo la paz con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda.

El Camino Real principal que une Valencia con Madrid está pavimentado desde 1761, y discurre desde Valencia cruzando el río Júcar por Alcira de camino hacia Játiva y el puerto de Almansa antes de marchar hacia Albacete y Madrid. El conde de Cervellón ha cortado el camino principal en el puente de Alcira sobre el río Júcar a 45 km al sur de Valencia con 10.000 voluntarios de la milicia y seis cañones, y 14 km río arriba otros 5.000 al mando del general Roca cubren el otro posible punto de paso secundario en el Azud de Antella donde comienza la Acequia Real del Júcar.

El mariscal Moncey en la población de Silla se aparta del Camino Real tomando otro en desuso que sigue la Acequia Real desembocando desde la población de Alberique en el Azud de Antella el 1 de julio de 1808: lanza a todas sus fuerzas sobre los voluntarios de la milicia de Roca a los que arrolla y cierra las compuertas de la Casa del Rey provocando el desbordamiento del río Júcar para impedir que Cervellón pueda alcanzarlo. Esa misma tarde el general Llamas por el Camino Real llega al puente de Alcira donde se encuentra con el conde de Cervellón: el mariscal Moncey ha logrado escapar y sigue marchando hacia Almansa y Madrid.

En Valencia el 3 de julio de 1808 el criminal Baltasar Calvo es juzgado y ejecutado, ese mismo día desde Valencia el general Saint March parte hacia Cuenca y Zaragoza, y en Alcira el general Llamas ha reorganizado sus fuerzas y el 5 de julio continúa su persecución. En Andalucía el 19 de julio el general Dupont es vencido en la batalla de Bailén por las tropas españolas del general Castaños, José I Bonaparte abandona Madrid y el 1 de agosto el mariscal Moncey ha completado la evacuación francesa de la capital. El general Llamas con el Ejército de Valencia y Murcia llega a Madrid el 13 de agosto entre aclamaciones, y el 23 de agosto llega Castaños con su Ejército de Andalucía y el recibimiento alcanza el delirio. Mientras tanto el 14 de agosto de 1808 la división valenciana del general Saint March atraviesa el cerco de Zaragoza uniéndose a Palafox, que esa misma tarde contraataca: las fuerzas francesas del general Verdier levantan esa misma noche el cerco y se retiran al amparo de la oscuridad.

El día 16 de julio de 1808 la Junta Suprema de Valencia había emitido un comunicado destinado a todas las juntas, solicitando la formación de una Junta Central que en nombre del rey Fernando VII unifique el esfuerzo común contra la invasión francesa: esa Junta Central se constituirá en Aranjuez el 25 de septiembre de 1808.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Dom Sep 30, 2012 8:48 am


Elige Modelo

13 euros la unidad
militariapiel.es
Imagen

Astorga

Los sitios de Astorga fueron dos asedios sufridos por la ciudad española de Astorga (León, Castilla y León) durante la Guerra de la Independencia, que enfrentó a los ejércitos de ocupación del Primer Imperio francés de Napoleón Bonaparte y a las fuerzas españolas leales a la dinastía Borbón.

El 21 de marzo de 1810 se apostaban en los alrededores de Astorga las primeras tropas francesas, bajo el mando del general Bertrand Clauzel, con el objetivo de asediar la ciudad, y durante los días siguientes fueron situando alguna de las baterías y ocupando los pueblos del entorno, con la intención de impedir la llegada de ayuda a la plaza fuerte. Los habitantes de ésta se habían preparado para el sitio evacuando a mujeres, ancianos y niños. El invierno previo había sido duro y muy pronto faltaron suministros de leña, víveres y agua, teniendo que limpiar los pozos para abastecerse de ésta.

Tras el reconocimiento del cerco amurallado, en el que la parte más débil era el arrabal de Rectivía, el jefe de ingenieros pidió a Junot la aprobación para llevar a cabo su plan de asedio. Mientras tanto, se fueron produciendo algunas escaramuzas, en las que los sitiados trataban de entorpecer las labores de asedio, siendo la del día 26 la primera en la que surgieron los primeros heridos.[2] En vista de los escasos medios con los que contaban los franceses, el día 27 el general Clauzel ordenó el cese de los trabajos en los pueblos de alrededor para centrarse en el asedio a la ciudad.

La noche del 1 al 2 de abril el comandante Valazé realizó una primera incursión al convento de Santa Clara, siendo rechazado, y se tomó Fuente Encalada, manantial de agua que surtía a la ciudad, obligando desde ese momento a los astorganos a abastecerse por medio de los pozos. El día 2 los franceses se apoderaron del convento de Santo Domingo y la guarnición que protegía el convento de Santa Clara se retiró a la ciudad después de incendiarlo. La noche siguiente los astorganos recibieron noticias a través de tres soldados que habían enviado varios días atrás; éstos informaron del número de tropas francesas (unas 16.000 en ese momento) y del acercamiento a Villafranca del Bierzo del general español Mahy, con quien Santocildes intercambió varios mensajes dando a conocer la situación del asedio.

Durante los días sucesivos las tropas napoleónicas iniciaron la excavación de un camino cubierto desde Puerta de Rey para ir acercándose a la muralla y, ya de día, hostigaban a los defensores desde las casas más cercanas al muro. Éstos últimos continuaron trabajando en las defensas del arrabal de Rectivía puesto que pensaban que los sitiadores pretendían entrar por él. La noche del 5 al 6 de abril, los franceses ocuparon el convento de Santa Clara, que ya había terminado de arder, y lo fortificaron. Las noches siguientes el frente francés avanzó y comenzaron la ocupación del barrio de San Andrés, muy cerca de la muralla, siendo contestados por los españoles, que les hicieron retroceder e incendiaron algunas de las casas, resultando muertos en la acción tres de los sitiados. Entre el 8 y el 9 de abril, los franceses comenzaron una trinchera entre Santa Clara y San Andrés y continuaron los trabajos en el entorno de Rectivía con el fin de oponerse a las posibles salidas que hicieran los españoles por esa zona. Al mismo tiempo, Mahy, a través de un mensaje, invitaba a Santocildes a que abandonase la ciudad.

El 17 de abril llegaron a Astorga Junot, con el resto del 8º cuerpo del ejército e instalándose en Castrillo de los Polvazares, y el general Foucher, jefe de artillería, con tres compañías y las piezas destinadas al sitio.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Mar Oct 23, 2012 4:13 pm


Curso Online ascenso a Oficial

joyfepolferes.es
Imagen

Batalla de Valmaseda

La batalla de Valmaseda tuvo lugar el 6 de noviembre de 1808 en la localidad vizcaína homónima, tras la ocupación definitiva de Bilbao por el mariscal Lefebvre el 2 de noviembre y en el curso de las primeras operaciones dirigidas personalmente por Napoleón al frente de la Grande Armée. El general Joaquín Blake, rechazado en Zornotza por Lefebvre, detuvo su retirada y realizó una operación de repliegue enfrentándose al ejército francés conducido por el mariscal Victor que lo perseguía. Blake logró así una pequeña vitoría táctica, la última de las victorias españolas en esta fase de la guerra.

Tras la ocupación de Bilbao el mariscal Lefebvre lanzó una precipitada ofensiva en Zornotza sobre las fuerzas de Blake que se dirigían de Reinosa al País Vasco. Aunque derrotado, Blake pudo replegarse sin graves pérdidas. Napoleón, que se encontraba preparando su inminente entrada en la península, mostró su enojo con Lefebvre y confió la persecución al mariscal Victor para que, con el refuerzo del Segundo Cuerpo de Ejército de Bessières por retaguardia, detuviese el repliegue de Blake dejando libre el flanco occidental en su avance hacia Burgos.

Frenando de improviso lo que había sido una rápida retirada a la que ni Lefebvre ni Victor había podido dar alcance, Blake se replegó sobre sí mismo y al amanecer del 6 de noviembre cayó sobre la división del general Vilatte, que formaba la vanguardia de las tropas galas. En total, los franceses sufrieron unas 400 bajas y perdieron numerosos fusiles y una pieza de artillería.

La victoria no tuvo otro efecto práctico que provocar el enfurecimiento de Napoleón, decepcionado por la derrota de sus mariscales ante lo que consideraba un ejército de bandidos liderados por monjes. A las pocas horas Victor obligó a Blake a un nuevo repliegue y el 11 de noviembre le causó una severa derrota en Espinosa de los Monteros.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

Re: Grandes batallas de la historia

Notapor Juanete » Dom Dic 30, 2012 2:49 pm


CNP Modelo Squad

gafaspolicia.com
Imagen

Batalla de Gamonal

La Batalla de Gamonal (también conocida como Batalla de Burgos) fue una batalla librada en el pueblo de Gamonal, actual barrio de Burgos, el 10 de noviembre de 1808 entre las tropas de Napoleón y las españolas al mando del Conde de Belveder, saldándose con la derrota para las tropas españolas y dando paso al expolio de la ciudad de Burgos.

A Burgos llegó el general Murat el 13 de marzo de 1808 tratando de buscar la adhesión del vecindario. No lo consiguió y a finales de año hubo alborotos, bajo pretexto de la detención de un correo, y el intendente, marqués de la Granja, estuvo a punto de perecer a manos del pueblo amotinado.

El mariscal Bessières, que tenía asentado su cuartel general en Burgos, mandó salir, el 2 de junio de 1808, al general Merle con 6 batallones y 200 caballos para apaciguar la insurrección de Santander. Merlé hubo de regresar para unirse al general Lassalle, que había partido de Burgos el 5 de junio de 1808, con 4 batallones y 700 caballos, hacia Valladolid. Al quedar desguarnecida la ciudad llega el ejército de Extremadura, compuesto por 18.000 hombres, distribuidos en 3 divisiones, al mando del joven conde de Belveder, nombrado por la Junta Central para reemplazar a José Galluzo.

El mariscal Soult toma el mando del II cuerpo francés, tras el cese de Bessières, que pasa al mando de la caballería y sale al encuentro de Napoleón en el recorrido de Vitoria a Madrid. Desde el 7 de noviembre de 1808 viene la 1ª división, la tarde del 9 llega la 2ª, quedando en Lerma la 3ª. En la ciudad y cercanías había 12.000 hombres, de los cuales 1200 eran de caballería. Fiado Belveder en algunas favorables y leves escaramuzas, recomienda descanso a los oficiales de la 2ª división, considerando suficiente la 1ª para rechazar a los franceses, en caso de que atacaran. Ignoraba tanto la superioridad de sus adversarios como la endeblez de sus tropas.

A las 6 de la mañana del 10 de noviembre de 1808, el general Lasalle, con la caballería francesa, llegó a Villafría, a tres cuartos de legua de Gamonal, donde esperaba la 1ª división de Belveder, mandada por Fernando María de Alós. Como los franceses no disponían de infantería, retrocedieron hasta Rubena provocando la acción de la 1ª, que fue rechazada por Lasalle, obligando al repliegue hacia Gamonal. El resto del ejército español acude y es derrotado, entrando mezclados los vencedores con los vencidos en la ciudad de Burgos. La caballería pesada de Bessières acuchilla a los soldados fugitivos y se apodera de la artillería. Si las pérdidas españolas fueron considerables, la dispersión y el desorden fueron las características más importantes.

Los vencedores entraron en la ciudad, se dedicaron al pillaje y se apoderaron de 2000 sacas de lana fina. Napoleón sentó en Burgos su cuartel general y el 12 de noviembre, revistadas las tropas, concede perdón general y amnistía a todos los españoles que en el plazo de un mes, a contar desde su entrada en Madrid, depusieran las armas y renunciasen a toda alianza y comunicación con los ingleses. Napoleón parte hacia Madrid, dejando a su hermano José en la ciudad.
Juanete
MODERADOR GLOBAL
MODERADOR GLOBAL
 
Mensajes: 23970
Registrado: Jue Abr 24, 2008 4:52 pm

AnteriorSiguiente

Volver a Fuerzas Armadas Profesionales

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 0 invitados