Cartera porta placa CNP |
fabricado en piel de vacuno |
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Este relato me ha hecho recordar...
Era una noche de verano, unos 6 años atrás, que volvíamos de pasar unos días en el Valle de Arán. A la altura de Benabarre encontramos la carretera cortada por la Guardia Civil.
Nos hicieron parar y un guardia nos preguntó de dónde veníamos y a dónde íbamos... y mientras nos preguntaba, con su mirada inspeccionó discretamente todos los rincones del interior del coche. Interiormente me pregunté si eso lo hacía ya de modo inconsciente y habitual o es que había pasado algo que justificara ese estado de alerta...
Tras responder que regresábamos a Barcelona, nos informó que la carretera estaba cortada y nos indicó el camino alternativo: teníamos que llegar hasta Monzón y de allí retroceder hasta Lleida. Una vuelta enorme! Preguntamos si había pasado algo y amablemente nos respondió que no nos preocupáramos, que era un tema rutinario... Estaba claro que no era verdad, pero respetamos su discreción.
A medio camino entre Benabarre y Monzón, en una carretera oscura y solitaria, la cría (que entonces tenía pocos meses) cogió un berrinche de tal dimensión que nos obligó a parar en el arcén... quien tenga hijos sabrá lo que es ese "ruido" que te taladra los tímpanos y que no te deja ni pensar con claridad. Y con la única iluminación de los faros del coche, nos sentamos en la fría y metálica barrera que protegía el arcén de un terraplén, con la esperanza de que la peque se distrajera con la multitud de estrellas que se veían en el cielo, y nos dejara continuar el viaje.
Como era de esperar, a los pocos minutos apareció otro coche de la Guardia Civil, que se paró unos metros detrás del nuestro. Uno de los guardias se bajó y, con precaución (se notaba) se acercó a ver qué pasaba. Cuando vió el panorama (la niña llorando a pleno pulmón y nosotros con cara de resignación), esbozó una media sonrisa de comprensión, y supongo que también de alivio (ahora lo sé), y nos preguntó si podía ayudarnos en algo. Le respondimos que podía quedarse con la niña y así nosotros podíamos llegar a casa en paz, tras lo cual ya nos reímos todos abiertamente. Se despidió de nosotros y continuaron su camino.
Al día siguiente nos enteramos por las noticias, que el motivo del corte de la carretera era un coche cargado de explosivos que unos etarras habían abandonado cuando se vieron sorprendidos en un control de carretera. Dijeron que eran explosivos destinados a utilizar en atentados en Barcelona... Pocas horas después de haber pasado nosotros hicieron explosionar el coche y así se pudo abrir de nuevo la carretera al tráfico.
Este hecho, me impresionó y me hizo pensar que gracias a la labor de todos estos Guardias Civiles nosotros podíamos estar más seguros y que igual hasta nos habían librado de sufrir directamente los efectos de un atentado.
De nuevo,
GRACIAS!
Un beso,
Olivia