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El día 18 de enero de 1912, las Fuerzas Regulares participan en el combate para la ocupación de Monte Arruit (trágico nombre que nueve años mas tarde iba a llenar de luto y de dolor los corazones españoles), por cuyo brillante resultado, su jefe, el teniente coronel Berenguer, fue felicitado telegráficamente por S.M. El Rey Don Alfonso XIII y por el Ministro de la Guerra: D. Agustín Luque y Coca, con orden expresa de trasmitir esta felicitación a las fuerzas a sus órdenes. Durante todo ese año 1912, participan en diversas operaciones de campaña en el territorio de Melilla, pasando en junio de 1913 a guarnecer la plaza de Tetuán, en la zona occidental de nuestro Protectorado, adonde llegan el día 12 del citado mes y entrando seguidamente en combate, destacando su actuación en las acciones de Samsa, Ben Karrick, Beni Madan y Loma Amarilla; así como en tantas otras posiciones y destacamentos, mudos testigos de la valerosa actuación de estas Fuerzas Regulares Indígenas, que no titubeaban en derramar su sangre por España, cuando su compromiso del honor así se lo exigía. Durante los años 1914 y 1915, sigue brillantísima la labor del Grupo en cuantas operaciones tomó parte y en cuantas misiones de campaña se le encomendaron.
El día 29 de junio de 1916, una columna de estas Fuerzas Indígenas marcha desplegada hacia las estribaciones de Cudia-Federico (Ceuta), recibiendo seguidamente la orden de adelantarse por el camino que lleva hacia El Biut, al objeto de ocupar la loma de las Trincheras. Avanza la caballería que es sorprendida y deshecha en una cruel emboscada de la harka enemiga. De inmediato, el jefe del Tabor, comandante Muñoz Güi, ordena que salga en su protección una compañía de Infantería del mismo, que es igualmente batida, causando la muerte de su capitán, de dos de sus oficiales y de 60 de sus hombres. Ante la gravedad de la situación (los efectivos del enemigo son muy superiores al de nuestros soldados) acuden en su auxilio las dos restantes Compañías del Tabor al mando de su Jefe, el comandante Muñoz Gúi, el cual es herido gravemente falleciendo ese mismo día. El combate se torna fortísimo, en su trascurso, y dando un extraordinario ejemplo de valor al frente de sus Regulares, resulta herido “muy grave” de un balazo en el vientre, el joven capitán que manda la 3ª Compañía DON FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, que al final, y tras una operación muy delicada, logra salvar la vida y el Rey Don Alfonso XIII lo asciende a Comandante con tan sólo 23 años.
Y llegados a este punto, forzoso me es detener mi pluma y abreviar en lo posible el grosor del “Diario de Operaciones” del Grupo de “TETUÁN”, pues serían muchas las páginas necesarias para reflejar las innumerables acciones y relevantes hechos de armas en que tomó parte activa. Resumiendo al máximo diré, que por Real Orden Circular de 3 de julio de 1922, y como recompensa de los muchos y muy distinguidos servicios prestador por el Grupo a lo largo de sus once años de lucha ininterrumpida en las Campañas de Marruecos, así como de la lealtad de que dio pruebas y por su valor y disciplina, le fue concedida la Bandera de España, igual en todo a la que corresponde a los distintos Regimientos españoles de Infantería. Gloriosa bandera que durante mis cinco años destinado como Teniente en el Grupo, tuve el honor de llevar en varias ocasiones, adornada con las corbatas de “Tres Cruces Laureadas de San Fernando y Doce Medallas Militares”, además de la Medalla Oro de la Imperial Ciudad de Toledo. Con la pacificación del Protectorado, el Grupo de Regulares Indígenas de “Tetuán” Nº 1, lleno de fe y curtido en cien combates, enterró a sus muertos, plegó sus guiones y replegó sus “tabores” hasta su viejo acuartelamiento de Tetuán (al que dio el nombre de uno de sus mas ilustres jefes: el coronel FISCER), y allí quedaría de guarnición hasta la Independencia de Marruecos en que pasa a guarnecer la plaza de Ceuta. Y hasta Marruecos llegan los ecos adelantados del Alzamiento Nacional en aquel trágico mes de Julio de 1936. La guarnición de Tetuán se suma al Alzamiento y en la mañana del 19 de Julio, el Grupo de Regulares que lleva su nombre, rinde honores a su antiguo capitán, aquel que veinte años atrás resultara gravemente herido en el combate de “El Biut”, convertido ya en general de división: el Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde, que ha llegado a dicha plaza en las primeras horas de la mañana, en un vuelo comprometido desde Canarias, para tomar el mando del Ejército de África. Sus 12 “Tabores”, escriben durante la fratricida campaña civil nuevas páginas gloriosas, rubricadas con sangre española e indígena íntimamente mezcladas, sobre los campos y tierras de España. Soldados moros de “Regulares de Tetuán”, cruzan por aire el Estrecho – en el que ha sido llamado el primer “puente aéreo” de la historia- y llegan a Sevilla donde el general Gonzalo Queipo de Llano los pasea en camiones por las calles de la ciudad para elevar la moral de la población.