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Aurken Sola Campillo, alias “Xube”, y Xabier Rey Urmeneta, apodado “Txahala”, los dos presuntos etarras detenidos en 2008 cuando estaban listos para comenzar a atentar en Navarra, tenían entre sus objetivos al jefe de la Policía Municipal de Pamplona, Simón Santamaría, y pretendían explosionar una pancarta trampa con metralla contra agentes locales. Tras su arresto admitieron un “especial interés” por la figura de Santamaría, ex militar, hombre de confianza de la presidenta de UPN y alcaldesa de la capital navarra, Yolanda Barcina, y abanderado de la lucha antiterrorista.

EFE
Xabier Rey y Aurken Sola, Araitz Amatria Jiménez (i) y Sergio Boada Espoz (2d)
Según consta en la documentación recabada por la Audiencia Nacional, a la que tuvo acceso ABC, Sola y Rey reconocieron en aquel momento que el jefe de los comandos de ETA, Mikel Garikoitz Aspiazu, más conocido como “Txeroki”, les dio luz verde para actuar “si lo veían factible” tras haberlos adiestrado en Hendaya (Francia). Una mujer conocida como “Jare” y un tercer etarra completaron su entrenamiento.
Durante el juicio contra ambos, que comenzó ayer, el fiscal solicitó 39 años de prisión para cada uno de ellos por pertenencia a organización terrorista, tenencia y depósito de armas y explosivos -se les intervinieron unos cien kilogramos de materiales para fabricar artefactos- y conspiración para la comisión de delitos terroristas. Y exigió que se les aplique la prohibición de residir en la capital navarra durante diez años tras cumplir la pena.
En la lista de los dos procesados, que formaban un ‘talde’ o pequeño comando llamado ‘Hego Haizea’ (‘Viento del sur’), también figuraban dos concejales del PSN de Burlada y la hija de uno de ellos, además de un escolta de otro edil socialista; un concejal de UPN, a quien vigilaron muchos de sus movimientos cotidianos; un guardia civil; y un policía nacional de la misma localidad. Asimismo, aparecían el monumento a los Caídos de la capital navarra, el edificio del Corte Inglés, las sedes oficiales del Ministerio de Hacienda y el de Trabajo y la Delegación de Tráfico.
NaBai pedirá el cese de Santamaría
Curiosamente, el grupo municipal de Nafarroa Bai (NaBai) presentará en el próximo pleno del Ayuntamiento de Pamplona una moción en la que insta a Barcina a que cese de su cargo al jefe de la Policía Municipal, a quien desde la izquierda abertzale se ha criticado de manera constante en los últimos años. La situación interna que vive el Cuerpo “es muy complicada, viene de lejos y está generando un ambiente de tensión”, resaltó recientemente el edil de la coalición Aritz Romeo.
“Txeroki” les explicó cómo asesinó a dos guardias civiles
En el sumario de la Audiencia Nacional también se detalla que durante su estancia en una casa de Hendaya (Francia) y a raíz de una conversación sobre la película “Tiro en la nunca”, “Txeroki” relató a Aurken Sola y a Xabier Rey cómo “abrió fuego” contra los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, que perdieron la vida en Capbretón (Francia) en diciembre de 2007.
El jefe de los comandos de ETA en dichas fechas les dijo que se encontraba junto a la barra de una cafetería situada en un centro comercial de la firma L’Eclerc cuando detectó la llegada de dos personas. Le pareció “sospechoso” que ambos se sentaran detrás de él y sus acompañantes -no preciso quiénes estaban con él ni cuántos eran-. Así que a través de un espejo controló sus movimientos y, cuando vio que se levantaban y se iban, los siguieron hasta que los guardias civiles se metieron en un coche. Entonces, “Txeroki” paró el vehículo y les preguntó si eran “txakurras”, a lo que ellos respondieron que no, que simplemente se encontraban allí como “turistas”.
Pero entonces se dio cuenta de que la matrícula era francesa y encontró las placas identificativas y la radio, así que “abrió fuego” contra ellos. Todos se marcharon corriendo por temor a toparse con más efectivos y se llevaron una bolsa de deportes en cuyo interior había una cámara. El mismo “Txeroki” admitió que las Fuerzas de Seguridad “sabían de sobra” quiénes habían sido porque habían huido “a la carrera” y habían dejado “numerosas huellas” en el lugar.