«Por un momento pensamos que lo perdíamos». Ayer se cruzaron dos ángeles en el camino de un vecino de San Sebastián. Sordomudo de 70 años , este donostiarra sufrió un desvanecimiento cuando disfrutaba de un baño cerca de la zona del Náutico. La suerte quiso que dos ertzainas de paisano que en ese momento estaban por allí se percataran de la situación. Sin perder un segundo, uno de ellos se lanzó al agua sin quitarse la ropa y rescató al hombre. Ya en tierra firme, lograron reanimar al accidentado, que fue trasladado al Hospital Donostia.
Eran las alrededor de las once de la de la mañana en el solarium cercano al Club Náutico de San Sebastián. Una pareja de ertzainas del cuerpo de los Berrozi se encontraba en la zona vestido de paisano. «Estábamos realizando labores de vigilancia a compañeros y a personas que protegemos», explican los ertzainas.
Uno de los agentes, de 50 años y vecino de Sukarrieta, fijó la mirada «por casualidad» en un bañista que se encontraba en ese momento entre el mirador y las escaleras del Náutico. «Nadaba tranquilamente. No había ni corriente ni nada», recuerda.
La calma duró poco tiempo. «Dejé de mirar unos segundos y, cuando volví la cabeza, le vi flotando boca abajo». Enseguida, el er-tzaina avisó a su compañero, vecino de Lemoa, que se encontraba unos metros más allá. «Le grité alertándole de lo que ocurría. Eché a correr, le entregué el arma y los teléfonos móviles a mi compañero y me lancé al agua sin quitarme la ropa», cuenta. No había que perder tiempo. «Soy de costa y sé que en un ahogamiento, en cuanto el cerebro está sin oxígeno unos minutos, se acabó», añade.
En poco tiempo, el ertzaina logró llegar a la altura del ahogado. «Le puse boca arriba y en seguida vi que estaba mal». El agente llevó el cuerpo a la escalera del Club Náutico, donde su compañero y otro ciudadano le ayudaron a sacar el cuerpo del bañista del agua.
Sin perder tiempo, le hicieron la reanimación en el descansillo de la escalera, ante la mirada de decenas de curiosos que a esa hora paseaban por el lugar. «Le hicimos un masaje cardíaco. Insistimos e insistimos durante alrededor de diez minutos. Por un momento pensamos que le habíamos perdido, pero recuperó el pulso. Echó agua y vómitos y empezó a respirar».
Posteriormente, los agentes colocaron al donostiarra accidentado de lado y siguieron con el masaje para ayudarle a respirar. Enseguida llegó una ambulancia medicalizada y trasladó al bañista al Hospital Donostia. «Por la tarde, un superior llamó al centro hospitalario para preguntar por su estado. Le dijeron que había salido adelante, pero que todavía no se encontraba bien», explica.
El bañista no llegó a comunicarse con la pareja de ertzainas que le habían rescatado. «Un guardia municipal nos dijo que era una persona sordomuda», recalcan. Tampoco saben a ciencia cierta qué le ocurrió a este donostiarra en el agua. «El hombre debió sufrir algún tipo de desvanecimiento o lipotimia», sostienen.
«Fue una casualidad»
Una vez evacuado el bañista, los agentes recibieron la felicitación de muchos ciudadanos que en ese momento se encontraban en la zona del Náutico. «Se acercaron varias personas. Es algo que se agradece», reconoce uno de ellos.
En opinión del agente que se lanzó al mar, su actuación «fue una casualidad. Lo más importante es que hemos actuado rápido». No es la primera vez que este ertzaina vecino de Sukarrieta protagoniza un rescate. «Me ha tocado hacer alguno más. Soy costero y siempre estoy metido en el agua», asegura.
Según explica, en la unidad de los Berrozi a la que pertenecen reciben una formación especial. «Nos hacen cursillos de reanimación, pero no somos médicos. Eso sí, los ertzainas de por sí reaccionamos antes que los demás. Somos decididos», asegura.
http://www.diariovasco.com/v/20110921/a ... 10921.html