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Un agente de la Ertzaintza ha sido condenado a un año y medio de cárcel por propinar, de una forma «innecesaria» y «desproporcionada», dos porrazos a un hombre durante un incidente que tuvo lugar en la báscula de pesaje de vehículos situada en el puerto de Etxegarate. La resolución aclara que, en el juicio, celebrado el pasado mes de junio, no quedó acreditado que el perjudicado «agrediera previamente ni intentara agredir» al policía.
Los hechos sucedieron sobre las 23.30 horas del 26 de septiembre de 2008, cuando el agente ahora condenado y su compañero de patrulla descubrieron a un vehículo grúa que parecía circular por la N-I con un peso superior al permitido, por lo que requirieron a su conductor para que se dirigiera a la báscula. Durante el trayecto hacia Etxegarate, el conductor llamó por teléfono al encargado de su empresa, que estaba cenando con una amiga, con el administrador de la compañía y con el hijo de éste. Estos tres hombres se dirigieron entonces en un vehículo conducido por la mujer a la báscula, donde el administrador reprochó a los agentes que hubieran trasladado hasta allí a la grúa, habiendo otras instalaciones de pesado más cercanas al lugar donde había sido interceptada. Además, dijo a los ertzainas que eran «unos perfectos sinvergüenzas» y les reprochó que se emplearan «con saña» contra su empresa, al tiempo que les dijo estar «hasta los coj****» y le preguntó a uno de los policías si «estaban bien de la cabeza», sin hacer caso de las peticiones de los agentes para que abandonara el recinto.
Heridas en la cabeza
En este contexto, el ertzaina acusado se apartó del lugar mientras su compañero se quedó con el encargado de la empresa de grúas, el administrador de la compañía y el hijo de éste, «alguno» de los cuales empujó a este policía contra una verja. Al presenciar esta agresión, el agente procesado regresó y golpeó con su porra en dos ocasiones al hijo del administrador, provocándole una herida en la oreja izquierda, golpe que también le afectó a la mandíbula y otra herida en la cabeza.
La sentencia considera ahora al agente responsable de un delito de lesiones, con la eximente incompleta de ejercicio legítimo de un cargo, a un año y medio de cárcel y a indemnizar a los herederos de la víctima -que ha fallecido por motivos ajenos a este procedimiento- con 5.540 euros más los intereses correspondientes. La resolución declara responsable civil subsidiario a la viceconsejería de Seguridad.
La misma resolución impone al padre del fallecido una multa de 600 euros por una falta de respeto y consideración a agentes de la autoridad en el ejercicio de sus funciones.