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http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20111 ... 11031.html
El Departamento de Interior renuncia a la compra de nuevos vehículos blindados para la Ertzaintza. La decisión de aparcar la adquisición de este tipo de unidades acorazadas se sustenta en diferentes motivos, entre los cuales destaca la necesidad de dar prioridad a la renovación de la flota de coches patrulla normales, la crisis económica y las dificultades técnicas que entraña encontrar un modelo «acorde a las necesidades» de la Policía autonómica.
Sin embargo, el elemento clave que ha acelerado la medida es la desaparición de la actividad terrorista, confirmada el pasado día 20 por la propia ETA en un comunicado donde pone fin a su violencia, que permite prescindir de unos vehículos de enorme importancia hasta ahora para la prevención de atentados y la seguridad de los agentes. El Gobierno vasco prefiere centrar sus esfuerzos inversores en modernizar el parque móvil de la Ertzaintza, compuesto por casi 2.300 vehículos con una edad media de 8 años y muchos miles de kilómetros en sus motores.
Los planes respecto a la flota de blindados, compuesta en la actualidad por unos 176 vehículos, han sufrido importantes variaciones en los últimos años. El anterior consejero de Interior, Javier Balza, ya presupuestó en 2009 la compra de 200 automóviles de estas características, pero el concurso quedó desierto. Los sindicatos alertaron entonces de que los agentes se quedaban de esa forma «desprotegidos» ante la ofensiva de ETA. Su sucesor en el cargo, Rodolfo Ares, anunció la adquisición en 2010 de 300 blindados para mejorar la seguridad de los ertzainas.
Aquella decisión, sin embargo, se modificó hace unos meses después de mantener una serie de «reuniónes con los jefes de división de la Ertzaintza». Según explican portavoces del Departamento de Interior, en aquel momento, en plena tregua terrorista, los mandos del Cuerpo manifestaron la conveniencia de priorizar la renovación del «envejecido» parque móvil normal -más de la mitad de los coches se encuentra por encima de su «vida útil teórica»- frente a los acorazados.
El Gobierno vasco recogió el guante y apostó por reducir en parte la compra de blindados: de hecho, de las 25 unidades cuya compra estaba prevista para este año se pasó a una decena. De forma paralela, la consejería dio orden de sustituir el 59% de sus coches patrulla ordinarios, ya que la edad media de esta flota, compuesta por 243 unidades, roza los 14 años. Según las fuentes consultadas, en los próximos meses se incorporarán 145 unidades modelo Seat Altea nuevos. Treinta de ellos estarán en servicio a finales de noviembre. Cada una de estas unidades costará más de 33.000 euros, con todos sus equipamientos incluidos.
Problemas técnicos
Ahora, finalmente el Departamento de Interior ha optado por renunciar a la compra de todos los blindados previstos, según ha podido saber EL CORREO. Los portavoces de la consejería recalcan que esta última medida se adoptó «antes» de que ETA anunciase el «cese definitivo» de su actividad terrorista, aunque ya se encontraba en tregua y la kale borroka prácticamente extinguida. Aparte de la influencia del descenso de la violencia, el Gobierno también reconoce que el cambio en las prioridades de inversión reside en los problemas «técnicos» para «ajustar las características» de los modelos blindados probados -entre ellos el Volkswagen Jetta y alguno de Mercedes- a las «necesidades de la Ertzaintza».
En un periodo de drásticos recortes en los departamentos del Ejecutivo, el económico ha sido un factor clave para renunciar a unidades que, por su naturaleza y su capacidad para resistir atentados, tienen un coste muy elevado. A cambio, Interior se decantará por realizar labores de mantenimiento de la flota actual de acorazados. Se trataría, en términos generales, de ir sustituyendo de forma progresiva los motores de aquellos vehículos que arrastren demasiados kilómetros, lo que permite aprovechar las carrocerías reforzadas. Según explican, el coste de un blindado nuevo, cuya vida óptima ronda los cinco años, puede rondar los 90.000 euros. En cambio, sustituir el motor supone unos 6.000 euros.
Esta práctica no es nueva en la Policía vasca. El pasado año se cambiaron cinco motores y durante este ejercicio, según los mismos medios, se han sustituido otros seis. En cambio, no se han comprado vehículos acorazados desde el año 2003.