El fundador de la organización armada Iparretarrak cree que hoy la violencia "no es necesaria"FILIPE BIDART
DICE QUE "LA LUCHA SIGUE DE OTRA MANERA CON LOS MISMOS OBJETIVOS"La banda nació en 1972 con el objetivo de operar en Iparralde y el Estado francés
DEIA - Domingo, 22 de Noviembre de 2009 - Actualizado a las 08:37h.
BILBAO. El fundador y ex dirigente de la organización armada de Iparralde Iparretarrak, Filipe Bidart, ha hecho balance de los treinta años de acción del grupo y ha extraído una conclusión clara: "hoy en día, la utilización de la lucha armada no es necesaria". De esa forma se expresaba en una entrevista en vídeo para la revista Argia donde, no obstante, su valoración general sobre la actividad de la organización es "positiva", en tanto en cuanto habría "aportado algo a Euskal Herria", en lo concerniente a "herramientas con las que ahora continúa la lucha", según opina.
A pesar de esa estimación, considera que el recurso a la lucha armada no sería necesario en la actualidad. "Seguimos la lucha de otra manera sobre los mismos objetivos", precisa. En una dirección similar, si cabe más crítica, se expresa al hacer referencia a Irrin-tzi, otro grupo que ha operado mediante artefactos caseros, principalmente contra intereses inmobiliarios. "Su camino no es el más adecuado hoy en día", estima Bidart, si bien muestra su "respeto" hacia la organización, del mismo modo en que rehúsa condenarlos al considerarlos "militantes sinceros". Según valora, la estrategia de Irrintzi se basaría en acciones que pueden ser violentas, pero que carecerían de la estrategia que, a su juicio, debería caracterizar a una organización armada.
De esa forma se posiciona Filipe Bidart a favor del abandono de la vía armada, al mismo tiempo en que las voces que abogan por la confrontación política adquieren mayor vuelo desde las posiciones de la izquierda abertzale oficial. De hecho, en Hegoalde, la sensibilidad política ha exteriorizado durante las pasadas jornadas su voluntad de sumirse en una confrontación política en claves democráticas con el Estado, opinando que ese sería el flanco más débil de las instituciones españolas. Según vaticinan, la mejor baza de cara a una negociación política la tendría la izquierda ilegalizada, frente a unas autoridades estatales que tendrían todas las de perder.
Iparretarrak Bidart, por su parte, fue condenado a dos cadenas perpetuas por acabar con la vida de tres miembros de la Policía francesa. En el año 2000, volvió a ser sentenciado, en esa ocasión a 20 años de cárcel, por haber participado en un tiroteo en las Landas en 1983, que se habría saldado con la muerte de un agente galo. El ex activista se encuentra en la actualidad en libertad vigilada. Una situación que se prolongará hasta el año 2014.
El activista militó en Iparretarrak, organización armada que opera en Iparralde y el Estado francés. La banda nació en 1972, y llevó a cabo acciones, fundamentalmente, contra intereses turísticos e inmobiliarios, así como contra dependencias de las autoridades galas. Sus acciones más relevantes habrían tenido lugar en las zonas turísticas de Biarritz y Garazi, siendo 1982 su año de mayor actividad, con una treintena de atentados.
Poco a poco la organización fue adquiriendo mayor notoriedad, lo que atrajo la mirada de las Gendarmería. Entre sus episodios más conocidos se sitúan el juicio a Jean Claude Marguirault Xan en 1980, la muerte de dos de sus activistas al explotarles un artefacto que trataban de adosar al coche de la mujer del subprefecto departamental o el asesinato por parte de Iparretarrak de un policía francés en 1982, que desató la orden de búsqueda y captura contra Bidart.
La organización, que había sido declarada ilegal en 1978, se acogió a la tregua decretada por ETA en 1998, hasta que redactó su último comunicado en el año 2000. Hasta ese momento había llevado a cabo su actividad en Iparralde y el estado francés con diversas acciones entre las que destacó la llevada a cabo a modo de rechazo por las actuaciones del presidente galo François Mitterrand.
La organización atentó en contra el aeropuerto de Biarritz en vísperas de la visita del mandatario francés a la localidad de Lapurdi, argumentando que Iparretarrak no estaba encontrando satisfacción a sus reivindicaciones acerca de los derechos nacionales del pueblo vasco. Sin embargo, ha transcurrido casi una década desde que cometiera su último atentado, a pesar de que no haya anunciado oficialmente su disolución definitiva como banda armada.