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Policía Foral
Morrás defiende a los agentes en la marcha "Rodea el Congreso"
El consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de Navarra, Javier Morrás, defendió que la Policía Foral actuó de manera "adecuada y equilibrada" en la concentración convocada el pasado 21 de febrero en la que algunos asistentes terminaron rodeando el Parlamento foral, una protesta que había sido prohibida previamente por la Delegación del Gobierno en Navarra.
En comisión parlamentaria, a petición del PPN, Morrás recordó que en esas fechas se desarrollaron diversas iniciativas en distintos puntos del país como la denominada 'Rodea el Congreso', unas movilizaciones en las que enmarcó la desarrollada el pasado 21 de febrero en la capital navarra.
Recordó el consejero que en un principio fueron convocadas cuatro movilizaciones para ese día coincidiendo con la celebración del pleno monográfico sobre el desempleo en la Cámara. Según precisó, dos fueron desconvocadas por los propios convocantes, otra fue la que pretendía rodear el Parlamento y que fue prohibida por la Delegación del Gobierno, y la cuarta, que fue autorizaba, consistía en una concentración de 9 a 9.30 frente a la sede del Legislativo.
Varias decenas de personas secundaron la protesta y se concentraron ese día frente al Parlamento foral. Un grupo de manifestantes protagonizó una sentada e impidió la circulación del tráfico. Posteriormente, se levantaron y dieron un par de vueltas a la Cámara para concentrarse nuevamente frente al Legislativo, hasta que dieron por finalizada la movilización.
El consejero de Presidencia, Justicia e Interior detalló que la supervisión y custodia de esta protesta "fue asignada a la Policía Foral" y que ese día en los alrededores de la Cámara foral "se encontraban dotaciones tanto de este cuerpo policial como de la Policía Nacional".
En opinión del consejero navarro, la Policía Foral "actuó bien ante el desarrollo de los acontecimientos" y calificó su actuación como "equilibrada y adecuada". Según manifestó, mientras que los agentes estaban en el lugar de los hechos "en cumplimiento de su tarea" ciertos ciudadanos decidieron rodear el Parlamento "sin impedir con ello el normal desarrollo de la sesión parlamentaria".
A este respecto, precisó que los agentes "intentaron disuadir a los manifestantes y al no cesar, antes de usar la fuerza y teniendo en cuenta el tránsito de los usuarios de las vías públicas, el tráfico, y la posibilidad de un efecto dominó trataron de negociar con los manifestantes una salida".
Tras ello, continuó Morrás, "las personas que iniciaron el recorrido en el Parlamento realizaron una sentada y en el transcurso de la misma hubo algunos incidentes por lo que la Policía Foral tuvo que hacer actuaciones de defensa".
"No se consideró necesaria una disolución violenta más allá de la citada autoprotección", señaló, para remarcar que la protesta no fue "pacífica" y que algunos agentes "fueron acorralados, insultados y hubo forcejeos".
LA DISOLUCIÓN, LA ÚLTIMA OPCIÓN
En su exposición, el consejero opinó que las actuaciones policiales "deben regirse por el principio de proporcionalidad" y sostuvo que "la última opción debe ser la disolución de la manifestación, con los medios menos lesivos y siempre agotados otros mecanismos de mediación".
"Son muchas las manifestaciones no autorizadas y concentraciones que son toleradas en determinadas condiciones por todos los Cuerpos policiales", destacó Morrás, para poner como ejemplo "las acampadas del 15M y posteriores manifestaciones".
En cualquier caso, el consejero avanzó que los participantes de la marcha que decidieron rodear la Cámara podrían "tener consecuencias jurídicas", ya que "se identificó a los organizadores, se denunció y se remitió las denuncias a la Delegación del Gobierno para que se interpongan las acciones y sanciones que se consideren oportunas".
CRÍTICAS DEL PPN
En el turno de los grupos parlamentarios, el 'popular' Eloy Villanueva manifestó que "no comparte" algunas de las explicaciones dadas por el consejero y consideró que "no se tomaron las decisiones adecuadas". Opinó que "se incumplió la orden de la Delegación del Gobierno y que la Policía Foral no hizo nada para que se cumpliera esa orden".
Por parte de UPN, Javier Caballero se mostró "satisfecho" por las declaraciones del consejero, unas palabras que "le han tranquilizado" porque "no somos amigos del uso de la fuerza, un elemento legítimo que puede usar el estado de derecho pero que se debe usar desde el principio que es un último recurso". Además, aseguró que "no existió riesgo para las personas ni bienes" y que no se alteró la sesión plenaria.
En representación del PSN, Juan José Lizarbe dijo que "en principio" no le parecieron mal los argumentos dados por el consejero, si bien consideró que "la orden de la Delegación del Gobierno está para que se cumpla". En su opinión, "cuando se va a custodiar el entorno de una asamblea legislativa tienen que ir sabiendo a que van".
Desde las filas de Bildu, Víctor Rubio consideró que de las palabras del representante 'popular' se evidencia "ciertos celos entre cuerpos policiales" y defendió que "cualquier actuación policial debe minimizar los daños que se puedan producir". "Todos sabemos cuál es el modelo del PP, Villanueva hubiese deseado que la situación hubiese empeorado y hubiera acabado en destrozos", agregó.
En esta línea, el parlamentario de Aralar-NaBai Txentxo Jiménez destacó que se "alegra" de que estuviera Morrás como consejero el día de esta el protesta y no el parlamentario del PPN porque "si no se hubieran formados unos nuevos Sanfermines del 78", ya que, según dijo, Villanueva "tiene más peligro" que el líder del Corea del Norte. Valoró que el comportamiento de la Policía Foral ese día "ayudó a que todo transcurriese sin ningún tipo de consecuencia".
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