Ahora que parece que el actual Gobierno Vasco no repite ni con un milagro, los jefes muestran su malestar por la polémica de la Vuelta ciclista y amenazan con dimitir...
en competencias exclusivas
Los cinco jefes de la Ertzaintza denuncian la creciente invasión competencial de las FSE
Informaron del problema a Ares un mes antes del pacto con el Ministerio del Interior sobre la Vuelta
Carlos C. Borra- Sábado, 30 de Junio de 2012 - Actualizado a las 05:38h
Bilbao. Los cinco jefes de División de la Ertzaintza confirmaron ayer su plante y calificaron de "inasumible" el dispositivo de seguridad planteado para las dos etapas de la Vuelta que discurrirán este año por el País Vasco, que concede un papel preponderante a la Guardia Civil en detrimento de la Policía vasca, pese a que ésta tiene la competencia en materia de tráfico. Agregaron que dicho plan, fruto del "principio de acuerdo" al que llegaron el Ministerio y la Consejería de Interior en una reunión celebrada el día 5 en Madrid -tal y como aseguró el jueves el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa-, "supone una vulneración de los acuerdos alcanzados el año anterior, que respetaban las competencias de los cuerpos de seguridad implicados".
No solo eso: los nagusis de las divisiones de Tráfico, Seguridad Ciudadana, Antiterrorista, de lo Criminal y Disciplinaria revelan que, mucho antes del encuentro mantenido entre las cúpulas española y vasca de Interior, advirtieron al Departamento que dirige Rodolfo Ares de que se estaban produciendo una serie de "problemas de competencias" entre las Fuerzas de Seguridad del Estado y la Ertzaintza. De hecho, explican que el pasado 9 de mayo remitieron un informe al consejero en el que "se enumeraba el incremento que se había registrado en los últimos meses de las disfunciones" en esta materia, con "interferencias en las atribuciones que la Policía vasca tiene asignadas de manera exclusiva en el ordenamiento jurídico".
En una carta abierta hecha pública a través del servicio de prensa del propio Departamento de Interior, y que está firmada por "los jefes de División de la Ertzaintza", éstos manifiestan, por tanto, su preocupación por el hecho de que la Policía española y la Guardia Civil le estén comiendo terreno a la Ertzaintza en el ámbito de sus competencias. Una circunstancia que se ha agravado en los últimos meses, coincidiendo prácticamente con la llegada del PP a La Moncloa, y que se ha traducido en una multiplicación de controles, por ejemplo por parte de la Policía española en materia de seguridad ciudadana. Unas actuaciones que "hacía muchos años que no se producían" y que no proceden porque "la competencia de orden público es de la Ertzaintza", según fuentes conocedoras de la situación.
Tanto es así que, tal y como afirman los jefes de División en su misiva, la controversia surgida en torno al dispositivo de seguridad de la Vuelta ha supuesto la puntilla a una problemática que venía de tiempo atrás, y de la que habían advertido de forma explícita a la cúpula de Interior. Un portavoz del sindicato mayoritario ErNE expresó a DEIA su "extrañeza y preocupación" por el hecho de que, pese a la advertencia de los nagusis de la Policía vasca respecto a la invasión de competencias, poco más de un mes después se alcanzara un acuerdo que mermaba las capacidades de la Ertzaintza en la Vuelta.
Tal y como adelantó DEIA ayer, este malestar de los jefes de División, que ha tenido su punto culminante con el dispositivo establecido para la Vuelta, desembocó en un plante ante el consejero Ares y en un amago de dimisión en bloque. Según fuentes consultadas en Interior, habrían amenazado a su vez con recurrir a la Justicia si no se reconducía la situación, lo que situó a la cúpula del Departamento al borde de una crisis sin precedentes. En su carta de ayer, pese a calificar de "supuesta" esta amenaza de dimisión, los nagusis no la desmintieron en ningún momento.
La Consejería de Interior difundió ayer otro comunicado para "desmentir rotundamente" que los jefes de División amenazaran con dejar su puesto. Asimismo, respondió al secretario de Estado de Seguridad, que hace dos días confirmó el "principio de acuerdo" alcanzado sobre el control de la Vuelta en tierras vascas. Así, el Departamento de Ares calificó de "rotundamente falso que cerrara un acuerdo con el Ministerio para subordinar el papel de nuestra policía a la dirección de la Guardia Civil".
De este modo, expresó su "firme propósito de no hacer dejación alguna, en esta y en otras materias, de las competencias que tiene atribuidas la Ertzaintza como policía integral" y defendió la validez del acuerdo de coordinación alcanzado con el Ministerio del Interior el año pasado, cuando la Vuelta a España regresó al País Vasco tras décadas de ausencia. En su carta abierta, los jefes de División aseguraron que, tras trasladar al Departamento las "discrepancias técnicas" detectadas sobre el plan establecido para el desarrollo de la prueba ciclista, "el consejero nos manifestó su preocupación por este asunto y nos trasladó que en modo alguno aceptaría una vulneración de las competencias de la Ertzaintza".
Respuesta tardía Pese a la rotundidad de estas afirmaciones, lo cierto es que la reacción de la Consejería tardó en llegar. Y es que, tras el entendimiento al que llegó el 5 de junio con los representantes del Ministerio del Interior, no fue hasta el pasado día 22 cuando dio por rotos los acuerdos alcanzados y convocó la Junta de Seguridad para tratar de reconducir la situación. Así lo relató el jueves en la comisión de Interior del Congreso Ignacio Ulloa, quien no ocultó su sorpresa ante este volantazo y especuló incluso con la posibilidad de que se debiera al clima de "precampaña" que preside la política vasca.
En ese lapso de tiempo se produjo el amago de rebelión de los jefes de División tras tener conocimiento de lo que consideraban poco menos que un oprobio para la Ertzaintza. Este malestar llegó, a través de diversas fuentes, a oídos del sindicato ErNE. Según un portavoz de la central, tras realizar sus propias indagaciones, optaron por "denunciarlo rápidamente para que se recondujera la situación y la Ertzaintza tuviera el lugar que le corresponde, ellos su trabajo y nosotros el nuestro".
Se da la circunstancia de que dicha denuncia se produjo el día 22, el mismo en que la Consejería de Interior rompió la baraja mediante el envío de una carta al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y justo un día antes de que la noticia saltara a la luz pública a través de los medios de comunicación, con Ares ya erigido como defensor del carácter integral de la Policía vasca. Fuentes del sindicato confirmaron a su vez que la queja de los jefes de División por este asunto se produjo efectivamente y que "no hubo reacción del Departamento, o si tuvo lugar, fue muy tibia".
Este portavoz recordó que, durante el regreso de la Vuelta a la CAV en 2011, "todo transcurrió con normalidad, no hubo ningún problema y la propia organización de la prueba nos felicitó". Por ello, se preguntó "a qué acuerdo se llegó con el Ministerio del Interior el 5 de junio", así como "cuáles son esas invasiones de competencias que han hecho que este dispositivo sea solo la gota que colma el vaso".
Las posiciones están muy encontradas y el tiempo corre hacia finales de agosto, cuando se disputarán las dos pruebas -Oion-Eibar y Barakaldo-Valdezcaray-. El Ministerio y la Consejería de Interior están abocados a reunirse en la Junta de Seguridad para abordar esta cuestión, y el Cuerpo de la Ertzaintza en general sigue a la espera del resultado de estas negociaciones.
http://www.deia.com/2012/06/30/politica/euskadi/los-cinco-jefes-de-la-ertzaintza-denuncian-la-creciente-invasion-competencial-de-las-fse... pena que nadie se crea esta amenaza a estas alturas.
Los cinco jefes de la Ertzaintza amenazan con dimitir y dejan a Interior al borde del caos
La rebelión viene motivada por la decisión de ceder el control de la Vuelta a España a la Guardia Civil
I. Camaño/C. C. Borra- Viernes, 29 de Junio de 2012 - Actualizado a las 07:31h
bilbao. El Departamento de Interior atraviesa una de sus peores crisis desde que Rodolfo Ares y el PSE se hicieran con el control político de la Ertzaintza. La decisión de ceder a la Guardia Civil el control de la Vuelta a España a su paso por Euskadi pese a que esta potestad es exclusiva de la Policía vasca ha abierto una gravísima crisis incluso entre los jefes afines a Ares. Tal es así que los cinco jefes de División de la Ertzaintza amenazaron al consejero con presentar su dimisión y recurrir el mando de la Guardia Civil ante los tribunales. La habilidad del dirigente socialista ha evitado el motín por ahora, pero las fuentes consultadas en Interior aseguran que los ánimos están más caldeados que nunca y que con la cercanía de las elecciones puede suceder cualquier cosa.
La decisión manifestada en los medios de comunicación en los últimos días por Rodolfo Ares, y refrendada por Patxi López, de defender las competencias de la Ertzaintza frente a la decisión del Gobierno de Madrid de que la Guardia Civil proteja las etapas de la Vuelta a España 2012 que pasan por Euskadi, incluso la tercera etapa, entre Oion y Eibar, que comienza y termina dentro de territorio vasco, no responde, tal y como ha sido presentada en algunos foros, a una indignación provocada por una invasión de las competencias de la Ertzaintza.
Tanto la carta que remitió el consejero a su homólogo español para quejarse de las injerencias de Policía Nacional y Guardia Civil como las palabras del lehendakari de que defenderá con uñas y dientes el autogobierno y las competencias vascas responden en realidad a algo muy distinto, según confirman a DEIA fuentes bien informadas.
Y es que los jefes de División de la Ertzaintza han montado una auténtica revuelta interna, basándose en el desprestigio que supondría para este cuerpo que otra policía, que no tiene competencias en la materia (la competencia de tráfico es exclusiva de la Ertzaintza desde la creación de la misma), le suplantase en un evento deportivo de repercusión internacional, estableciendo una suerte de tutela inaceptable. Según fuentes conocedoras de la situación, los cinco jefes de División presentaron su dimisión de manera conjunta y amenazaron al consejero con acudir a los tribunales para dilucidar a qué cuerpo policial le correspondería la custodia de la carrera en su discurrir por carreteras vascas en caso de que Ares no diese marcha atrás en la decisión tomada de que fuese la Guardia Civil quien desarrollase esa tarea.
La decisión de que una representación simbólica de la Benemérita acompañase el discurrir de la Vuelta por carreteras vascas ya generó una notable polémica en la edición del año pasado, la primera que tocaba territorio vasco en más de 30 años. Sin embargo, en la planificación de este año se había dado un paso más. En la reunión celebrada con responsables del Ministerio del Interior en la que participó, además de Rodolfo Ares, el propio Jefe Operativo de la Ertzaintza, José Antonio Varela, se decidió que toda la custodia correspondiese a la Guardia Civil, si bien los responsables del Departamento de Interior se escudan ahora en que se trató de una mera reunión informativa.
Los jefes de División de la Ertzaintza, los más altos responsables después del Jefe Operativo, habrían mostrado mediante su dimisión el enfado que han provocado algunas de las decisiones que los responsables políticos han impuesto a los responsables policiales. Entre estas decisiones están la creación y potenciación de la Brigada de Refuerzo, la aglutinación de las distintas unidades de rescate en una sola (helicópteros, marina y de montaña) y la separación del personal de las comisarías en dos divisiones distintas, lo que ha afectado enormemente a la atención de denuncias y atestados y a la atención a las mujeres afectadas por violencia machista.
Las razones de unos y otros Frente a esta forma casi romántica de ver la realidad como un sacrificio de los más altos mandos preocupados por la deriva de la Ertzaintza, lo cierto es que a ninguno de ellos, hasta ahora, se les había oído levantar la voz. Por esta y otras razones, hay quien opina dentro del Cuerpo que esta toma de posición tan clara, que ha colocado a Ares en una delicada situación, se debe más a los intereses particulares de unos y otros.
"Resulta altamente sospechoso el momento escogido por estos responsables policiales para presentar su órdago, precisamente cuando la legislatura agoniza y las encuestas presentan como prácticamente imposible una reedición del pacto que llevó a López a la Lehendakaritza", opina un perfecto conocedor de la Ertzaintza. La legalización de Sortu no ha hecho sino poner una losa sobre las remotas posibilidades de que Ares o López continúen en sus puestos tras las elecciones. La dimisión de los jefes de División no sería más que una toma de posición frente al inminente cambio de color del Gobierno, según estas fuentes.
Otro factor que apoyaría esta tesis es que los cinco implicados ya han conseguido el principal objetivo que se fijaron al inicio de su mandato, que no es otro que les nombrasen intendentes. El pasado año se celebró el primer curso de Intendentes de la historia de la Ertzaintza y en él obtuvieron la ansiada plaza diez mandos, entre ellos los conocidos en Interior como "Los siete magníficos": los cinco jefes de División, el jefe y el subjefe de la Ertzaintza.
Ares, tras un primer intento de reconducir la situación mediante amenazas ejecutadas por el viceconsejero Miguel Buen, que no obtuvieron resultado debido a la determinación de los dimisionarios, ha rechazado el órdago. Dada la situación y la presencia inminente de elecciones, el consejero no se podía permitir tener a su cúpula dimitida. Haciendo de la necesidad virtud, ha aprovechado para marcar diferencias con el PP que aupó al gobierno a López, a través de su enfrentamiento con el titular de Interior.
La situación de la cúpula de responsables de Interior ha quedado trastocada. "La Jefatura de la Ertzaintza continúa con su papel de florero, más cerca de las tesis que marca el consejero que de sus compañeros de promoción de intendentes, a quienes achacan una postura demasiado radical", analizan las mismas fuentes. Los cinco dimisionarios han dado marcha atrás, pero parecen estar esperando la menor oportunidad para abandonar. Especialmente compleja es la situación de Bernardo Blasco, jefe de Tráfico, y de Gorka Azarloza, jefe de Seguridad Ciudadana. Se han posicionado de manera muy firme, lo que les ha costado la pérdida de confianza.
El resto de jefes, aunque habrían apoyado a sus dos compañeros, no se habría postulado tan claramente, permaneciendo a la expectativa de futuros movimientos. Para ellos, esta toma de postura habría sido más un intento de medir la fortaleza de Ares respecto a sus pretensiones.
Gabinete de concentración Dada la crítica situación, Ares habría amenazado con crear una suerte de gabinete de concentración, aglutinando las cinco actuales Divisiones en solo dos responsables. Toda vez que Jorge Aldekoa está instalado en la comisaría de Bilbao en un puesto de la más alta categoría pero lejos de los centros de poder, solo quedarían Antonio Fontaina y Julio Arévalo, con los que se completa el número de diez intendentes. Estos dos mandos habrían pasado a contar con el favor de Varela y de Ares, quienes habrían estudiado una completa reorganización que les dejaría al mando de todas las divisiones.
Antonio Fontaina fue durante muchos años el segundo de a bordo en la División de Asuntos Internos, en tiempos del último Gobierno Ibarretxe. Su intento de esquivar una multa de tráfico mediante la falsa declaración como conductor de un africano residente en Senegal que fue denunciado por la entonces directora de Tráfico supuso su pérdida de confianza y su cese fulminante. Tras la llegada del PSE a Ajuria Enea fue rehabilitado a puestos de confianza, siempre en un segundo plano.
El caso de Julio Arévalo es diferente. Siempre enfrentado a los diferentes gobiernos jeltzales, en el pasado participó en la creación de ErNE, por lo que fue expedientado. Ha desarrollado su carrera profesional en Gipuzkoa, en la comisaría de Bergara, donde ha cultivado su fama de persona hosca y de trato difícil. Su promoción a intendente supuso una cierta sorpresa ya que, pese a su declarada adscripción política, no contaba en las quinielas dado su carácter y su hoja de servicios.
Según fuentes conocedoras de la situación, Ares, por boca del viceconsejero Buen, habría amenazado con aglutinar la jefatura de las cinco divisiones actuales en estas dos personas, únicos intendentes que les quedan fieles o que, al menos, aún no se han posicionado. Uno de ellos asumiría las divisiones de Tráfico y de Seguridad Ciudadana y el otro el resto, unidas por el factor común de que se corresponden con ámbitos de investigación: Antiterrorista, de lo Criminal y Disciplinaria.
http://www.deia.com/2012/06/29/politica/euskadi/los-cinco-jefes-de-la-ertzaintza-amenazan-con-dimitir-y-dejan-a-interior-al-borde-del-caos