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Mikel Oroz Torrea, alias «Peru», y Alejandro Zobarán Arriola, «Xarla», son dos de los etarras que han asumido la responsabilidad de la reorganización de la banda, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas. Ambos cuentan con experiencia, ya que, en su momento, estuvieron al frente de la «logística militar» y eran los encargados de todo lo relativo a la fabricación de explosivos.

La detención de los dos últimos jefes del llamado «aparato militar», Ibon Gogeascoechea, «Emile» (y la huida de hermano Eneko a América) y Mikel Karrera Sarobe, «Ata», que fue capturado con sus dos «lugartenientes», ha hecho que estos individuos, que, a primeros de año estaban en un segundo escalón, se hayan encaramado a la «dirección» etarra.

Falsas treguas
La banda utiliza las treguas o, como la ha llamado ahora, «suspensión de las acciones ofensivas», para tratar de reorganizarse. Los parones, que los pistoleros «venden» como ofertas de paz y pruebas de buena voluntad, han coincidido siempre con situaciones de debilidad operativa, como ocurre en la actualidad.

«Xarla» y «Peru», de los que informó LA RAZÓN en su edición del pasado 25 de febrero, pretenden, según las citadas fuentes, montar una mínima estructura, a la que quieren dotar de la máxima clandestinidad posible. Por ello, cualquier etarra que, según los nuevos responsables, pueda estar «contaminado» por las últimas operaciones policiales, desarrolladas en Francia o España (y haya logrado huir a territorio galo), es descartado inmediatamente.

Esta situación ha provocado que muchos miembros de la banda y de las organizaciones del entramado, en especial de Segi (juventudes), que han pasado la frontera para eludir la acción policial , se encuentren literalmente «colgados» en Francia. Sus familiares y amigos son los que tienen que sufragar los gastos para que puedan subsistir. La desconfianza y la inseguridad han calado en ETA y los nuevos responsables no quieren arriesgarse a incorporar a los «aparatos» a algún individuo que pueda estar vigilado por las Fuerzas de Seguridad. De esta manera, los pistoleros de que dispone ETA se reducen a unas pocas decenas (el conjunto de la «organización» no sobrepasa los 150 individuos), aunque, advierten las mismas fuentes, son suficientes para cometer atentados cuando logren, si es que lo consiguen, esa reorganización.

La detención, el pasado mes de febrero, de Faustino Marcos, que acababa de atravesar la frontera por Portbou, para montar una fábrica de explosivos en Cataluña, permitió saber que «Xarla» y «Peru» tenían ya importantes responsabilidades en ETA.

Mikel Oroz, (Pamplona, 18 de abril de 1979) y Alejandro Zobarán, (Gorliz, Vizcaya, 18 de marzo de 1981), eran los que habían mandado a España a Marcos. Desde entonces, no se han obtenido nuevos datos sobre sus actividades, pero los expertos les sitúan al frente de la reorganización.

A la experiencia de «Peru» en todo lo relativo a la «logística» y los explosivos, se une la de «Xarla» en lo relativo a los «comandos». Logró huir a Francia tras la desarticulación del «Urederra», que operaba en Guipúzcoa. Junto a José Ángel Lerín, se ocupaba de «dinamizar» la célula etarra, que fue formada por orden de Garikoitz Azpiazu, «Txeroki».

Dos mujeres
En la «dirección» de la banda está también, al frente del «aparato político», Iratxe Sorzábal, a la que se le atribuye la redacción de los últimos comunicados. Esta sección etarra cobra una gran importancia en periodos como el actual, en el que todo el entramado participa en el intento de que Batasuna, con el nombre que sea o en coalición con Eusko Alkartasuna, participe en las elecciones municipalesdel año que viene. Izaskun Lesaca podría, en función de las detenciones de cabecillas de este año, haber «ascendido» y formar parte ahora del «comité ejecutivo». Como la composición de este órgano ha sido de cinco miembros en los últimos tiempos, faltaría por conocer un nombre.

Cartera porta placa CNP

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De hecho, les sustituyeron en algunas de las funciones que desarrollaban y «heredaron» el control de varios pistoleros. Cuentan, por lo tanto, con una experiencia suficiente, han participado en el transporte de explosivos y el envío a España de etarras, misión reservada para los cabecillas.

Fábrica de pentrita
De algunas de sus actividades se sabe gracias a las declaraciones prestadas ante la Policía por Faustino Marcos, el presunto terrorista que intentó montar, en febrero de este año, una fábrica de pentrita en Cataluña y fue detenido.

En agosto de 2008, dos meses después de la detención de López y Ozaeta, Marcos, que había dependido hasta entonces de «Thierry», recibió la visita de «Xarla» y «Peru». Era este últimos el que actuaba de jefe y quien les ordenó montar, en un piso de la localidad francesa de Bussy, un taller de fabricación de pentrita. Para alquilar la vivienda, facilitaron una nómina falsificada de una empresa de grúas. Los pagos los hacía «Xarla» en metálico, en la cuenta del propietario, con el dinero que le daba Mikel Oroz.

Para transportar el explosivo (llegaron a fabricar 150 kilos de pentrita), sustrajeron un Citroën C5 gris azulado en las inmediaciones de la localidad de Clermont-Ferrand. También trabajaban con nitrato de amonio, que trituraban, secaban y embalaban en bidones. Los etarras, para no dejar pistas, sustraían el material en granjas y campos agrícolas de Francia.
«Peru» era el encargado de recoger el explosivo, en unas citas que se establecían cada mes, en las que les entregaba dinero y las sustancias necesarias para hacer la pentrita. El laboratorio estuvo operativo hasta agosto de 2009, momento en el que Oroz les trasladó a otra vivienda. Allí, asignó a Faustino Marcos dos juegos de documentaciones francesas y tres españolas falsificadas.

En noviembre de ese año, le dio instrucciones para pasase a España como «liberado» a fin de establecer otro laboratorio para hacer pentrita en un entorno tranquilo de Cataluña, evitando de esa manera los pasos de frontera.
Le hizo entrega de 6.000 euros y un revólver Smith & Wesson con su correspondiente munición.