cronología armas cortas de servicio USA.

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cronología armas cortas de servicio USA.

Notapor visveriveni » Mar Ene 14, 2014 9:27 pm


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La proteccion ideal
materialpolicial.com
Os pongo un tema que he subido también a la página de armas.es. Espero que algún forero, más experto que yo en el tema, me corrija los posibles errores.

Hace unos días estaba reflexionando sobre la evolución que ha tenido el empleo de las armas cortas por parte de la policía de USA, y se me ocurrió organizar esta pequeña cronología (que posiblemente tenga bastantes errores), destacando algunos eventos que me parecen significativos:

1-La dotación de armas cortas a grandes departamentos de policía y la difusión del .38 spl
Aunque ahora parezca casi ciencia-ficción, en la frontera entre el siglo XIX y el XX todavía existían grandes ciudades en los EEUU donde los policías no portaban armas de fuego. Concretamente, los agentes del departamento de policía más grande en esa nación en la actualidad (el de la ciudad de Nueva York), sólo llevaban una defensa de madera (aunque por entonces se denominaba “bastón”), hasta que en 1896 el posteriormente presidente de la nación, y por entonces comisionado del departamento, Theodore Roosevelt, los dotó de su primera arma corta de servicio, el Colt New Police, en el calibre .32 S&W long (también denominado .32 long colt), que actualmente sólo se considera adecuado para el tiro de precisión (aunque en algunos países como Portugal, en el que los calibres superiores están muy restringidos, todavía se usa con fines de defensa). En 1905 se adoptó el Colt Police Positive en el también muy poco potente .38 S&W, y en 1926 se adoptó el .38 special, que se usaría durante los siguientes 70 años.
Más recientemente, los agentes del FBI no fueron autorizados a portar armas hasta la década de los años 30 del siglo XX. Sus primeras armas de servicio fueron revólveres Colt y S&W del .38 special, armas y calibre que dominaron abrumadoramente en los departamentos policiales americanos hasta la aparición del .357 magnum.

2- El moderado éxito del .357 magnum.
La aparición del calibre .357 magnum en los años 30 del siglo XX supuso su incorporación gradual a las fuerzas policiales. Aunque el modelo 27 (en denominación moderna) de S&W, con cañón de 3 pulgadas, tuvo una cierta difusión inicial entre los agentes del FBI y, sin duda, en otros cuerpos policiales, el hecho de que la munición de la época no montase proyectiles expansivos y tuviese problemas de sobre-penetración influyó en que el arma no fuese demasiado apreciada por los jefes de los departamentos de policía locales, en especial a partir de los años 60, cuando comenzó el fenómeno de los pleitos a departamentos policiales. Sin embargo, el arma fue bien recibida por los agentes que prestaban servicio en zonas rurales, donde el riesgo de sobre-penetración y rebotes era bajo, y en cambio resultaba muy interesante que el arma fuera efectiva contra sujetos que se encontrasen en el interior de vehículos. Así, en 1976 aproximadamente el 55% de las agencias de policía estatal empleaba o autorizaba a título particular el empleo de revólveres de este calibre. Smith and Wesson consiguió un cierto éxito con su modelo “Highway Patrolman” de armazón grande (“N”) (posteriormente denominado modelo 28), pero la aparición del modelo “combat magnum” (posteriormente: modelo 19) en armazón mediano (“K”) fue un éxito aun mayor. El especialista y miembro de la “Border Patrol” (agencia federal que custodia las fronteras de USA) Bill Jordan tuvo influencia en el desarrollo del modelo, que fue rápidamente adoptado por su agencia. Otras agencias federales adoptaron modelos del .357, como el FBI (modelo 13 de cañón de 3 pulgadas) y el Servicio Secreto, encargado de la protección del Presidente (modelo 19 con cañón de 2,5 pulgadas), aunque empleaban en ellos munición de alta potencia del .38 spl (158 grains semi-wadcutter de plomo y punta hueca +P, y 110 grains semiblindado de punta hueca +P+, respectivamente).

3-El fracaso del “arma policial ideal” (.41 magnum).
La munición del .357 magnum no expansiva es aceptable para la caza, pero nunca consiguió resultados en “poder de parada” en su empleo policial acordes con su potencia, debido a su tendencia a sobre-penetrar, con lo que parte de la energía del proyectil se desperdiciaba. En el año 1964 se desarrolló un cartucho intermedio entre el .357 magnum y el .44 magnum, el .41 magnum, que aspiraba a convertirse en el calibre ideal para los agentes de la ley. En su desarrollo tuvieron posiblemente influencia estudiosos de las armas como Elmer Keith. Smith and Wesson desarrolló dos revólveres: el modelo 57, muy parecido al modelo 29 (del .44 magnum, popularizado por Clint Eastwood como “Harry el Sucio”) y el modelo 58, un revólver de miras fijas muy parecido al modelo 10 o “military and police” de la misma marca, aunque con armazón grande (“N”), del que se esperaba un gran éxito. El cartucho se desarrolló en 2 versiones, uno de alta potencia, adecuado para la caza mayor, y otro de potencia reducida, pensado para su uso policial. Según los estudiosos del tema, cuatro factores se asociaron para el fracaso del arma: (1) muchos departamentos policiales evaluaron la versión de alta potencia del cartucho, en vez de la de potencia intermedia, y encontraron que el retroceso del arma era excesivo, sin que llegasen nunca a probar la versión policial; (2) a finales de los años 60 los movimientos en pro de los derechos civiles estaban muy sensibilizados en contra del uso de la fuerza por la policía, y los administradores policiales eran muy renuentes a adoptar un arma con el nombre “magnum”; (3) las mujeres comenzaron a trabajar en los cuerpos de policía, y un revólver de armazón “N” era demasiado grande para su manejo por personas de manos pequeñas y (4) el desarrollo de municiones expansivas hizo mucho más eficaces los calibres menores, y convirtió en innecesarias las armas de calibre superior al .40. Aunque el modelo 58 fue adoptado temporalmente por algunos departamentos policiales como el de Amarillo (Texas), y se convirtió en el favorito de especialistas como el policía de Detroit y escritor sobre armas Evan Marshall, pronto cayó en desuso.

4-El desarrollo de proyectiles expansivos. Lee Jurras y Super-Vel.
Lee Jurras fundó en 1963 la compañía Super-Vel y comenzó a comercializar munición policial que empleaba proyectiles más ligeros de lo habitual, con punta hueca, que alcanzaban altas velocidades. Este tipo de munición se reveló muy eficaz, y su empleo se extendió rápidamente en las agencias policiales, aunque no de forma universal. Algunos departamentos, como el de la policía de Nueva York (NYPD) y de Los Angeles (LAPD) tienen mucho interés en las relaciones públicas, y son muy sensibles a los grupos de presión externos que abogan por limitar el uso de la fuerza por la policía, y a finales de los años 80 todavía usaban proyectiles no expansivos en sus revólveres del .38 spl (Nueva York usaba una bala de plomo semi-wadcutter de 158 grains, y Los Angeles una semiblindada de 125 grains). Sin embargo, en el resto del país la munición expansiva se impuso, incluyendo las principales agencias federales (como comento más arriba). Hoy en día, también el NYPD y el LAPD usan municiones de punta hueca en sus semiautomáticas.

5-La implantación de las pistolas semiautomáticas.
Las agencias policiales estadounidenses, de forma tradicional, han sido relativamente conservadoras a la hora de cambiar de equipamiento. Además, debido a que en su país los enfrentamientos armados no son raros, para que los policías se dotasen de pistolas semiautomáticas era preciso que éstas estuvieran disponibles para hacer fuego nada más desenfundar, y no contemplaban la posibilidad de portarlas con la recámara vacía, como en muchos países de Europa. Por ello, aunque algunos pequeños departamentos y cuerpos policiales (habría que mencionar especialmente a los Texas Rangers) emplearon de forma limitada la Colt 1911 en “condición uno” (montada y asegurada), las semiautomáticas no comenzaron a implantarse hasta que Smith and Wesson desarrolló su modelo 39 de doble acción. La policía del estado de Illinois fue el primer gran departamento en adoptar una semiautomática de 9 mm parabellum, la mencionada S&W 39, en 1972. Su principal motivación era unificar el variado armamento que usaban los agentes, y dotarlos con un arma propiedad del departamento, que pudieran usar tanto durante el trabajo como fuera de servicio. Sin embargo, el arma todavía no estaba totalmente desarrollada, y las municiones de la época no tenían la calidad de las actuales. Por ello, según una encuesta que llevó a cabo el especialista en armas Massad Ayoob algún tiempo después de adoptarse la pistola, reveló que más de la mitad de los agentes estaban insatisfechos con su elección, aunque nuevas versiones del arma y municiones perfeccionadas mejoraron la situación en unos pocos años. Las pistolas de Smith and Wesson de segunda generación mejoraron en calidad, y encontraron amplia difusión entre los policías de USA. La importación de excelentes modelos europeos de Heckler y Koch, Sig-Sauer y Beretta aumentó la implantación de las semiautomáticas en el país. La Beretta 92 alcanzó un gran éxito tras la publicidad que le reportó su adopción por las fuerzas armadas de la nación, y durante unos años pareció destinada a ser la principal pistola policial y militar del mundo, aunque pronto sería destronada por una pistola venida de Austria. En los años 80, el LAPD, un departamento con gran prestigio en USA, y cuyas decisiones tienen gran influencia, autorizó a los agentes que se cualificasen a portar pistolas Beretta y S&W de segunda generación, y pronto quedó claro que el reinado del revólver como arma policial había terminado.

6-El reinado de las Glock.
Las poco agraciadas estéticamente pistolas Glock no tuvieron un éxito inmediato en los departamentos policiales, posiblemente desconfiados en un principio por su armazón sintético y su poco convencional mecanismo de disparo. Cuando hizo su aparición, el mercado era dominado por Beretta, Smith and Wesson y Sig-Sauer, aunque esta última marca tenía una implantación más limitada debido a su mayor precio. Aún así, durante unos años la Sig-Sauer p-228 fue el arma más difundida en las agencias federales. El FBI la empleó temporalmente, sustituyendo a la S&W 1076 (como comentaré más adelante). La DEA la autorizaba a mediados de los 90 junto a las Smith and Wesson de 9 mm parabellum y .45 ACP, las Beretta y (de forma todavía limitada) a las Glock, y los agentes optaban mayoritariamente por las Sig-Sauer. El Servicio Secreto la utilizó antes de pasarse al modelo p-229 de la misma marca en el potente calibre .357 SIG, etc. Si no estoy equivocado, uno de los primeros grandes departamentos en adoptar de forma generalizada la Glock 17 fue la policía metropolitana de Miami. En los años 80, existía en el estado de Florida un nivel muy alto de violencia en relación con el narcotráfico (¿alguien recuerda “Corrupción en Miami”?). Los agentes policiales demandaban la adopción de una semiautomática, pero los mandos policiales se mostraban poco dispuestos a abandonar los revólveres de doble acción total que empleaban. Según parece, los responsables determinaron como requisito indispensable que una pistola, para ser adoptada, debía disparar con mecanismo “DAO” (double-action only; doble acción total). En aquella época, ninguna marca fabricaba sus modelos con este mecanismo, pero la agencia reguladora de la importación de las armas de fuego en USA clasificó el mecanismo de “aguja lanzada” de las pistolas Glock como de “doble acción total”. Con ello, los sindicatos policiales lograron que la Glock 17 fuese adoptada, y los excelentes resultados que consiguieron con el arma contribuyeron posiblemente a su difusión entre otros departamentos. Otras marcas se vieron forzadas a presentar sus propias versiones del mecanismo de doble acción total (modelos prácticamente desconocidos en Europa). Hoy en día, Glock es la marca más extendida en USA ( y probablemente en el mundo); es la única autorizada actualmente por el FBI para sus agentes, y ha conseguido imponerse por muchas razones, destacando su fiabilidad y una excelente política comercial de los representantes de la marca. Sólo recientemente Smith and Wesson parece estar recuperando el terreno perdido gracias a una pistola con armazón de polímero, la “Military and Police” mucho más exitosa que proyectos fallidos como la Sigma o la S&W 99 (en colaboración con Walther), y también gracias a una agresiva política comercial.

7-La ascensión del .40 S&W
La aparición del calibre .40 S&W fue motivada fundamentalmente por un hecho luctuoso sobre el que se ha escrito muchísimo: el famosísimo tiroteo de Miami de 1986, en el que varios agentes del FBI se enfrentaron a dos criminales fuertemente armados, con el resultado de dos agentes (y los dos delincuentes) fallecidos, y otros 5 agentes gravemente heridos. Parece claro que en el incidente se cometieron varios errores tácticos, pero uno de los aspectos que destacaron fue el hecho de que uno de los delincuentes causó numerosas bajas tras haber recibido un disparo en el torso con un proyectil de 9 mm parabellum Silvertip +P de punta hueca, disparado por la S&W 459 de uno de los agentes. Este hecho llevó al FBI a proponer como cartucho ideal uno de diámetro intermedio entre el 9mm y el .45: el 10 mm auto, en una versión de potencia reducida. Se adoptó este calibre en la pistola S&W 1076, que hubo de retirarse del servicio al poco tiempo por problemas en su diseño (lo que llevó a adquirir temporalmente pistolas Sig-Sauer de 9 mm parabellum). En poco tiempo, los diseñadores de munición comprendieron que los mismos resultados balísticos del proyectil de 10 mm atenuado podrían obtenerse con un cartucho del mismo diámetro pero menor longitud, apto para pistolas de menor tamaño y/o para cargadores de doble hilera, y así nació el .40 S&W. Aunque la pistola 4006 de Smith and Wesson –la primera que disparó el cartucho- tuvo bastante éxito inicialmente (siendo adoptada, entre otros, por la policía del estado de California), fue la Glock 22 la que verdaderamente capitalizó el éxito de la munición, y esta combinación arma-cartucho es en la actualidad el arma más extendida en las agencias policiales de USA.

8-¿Vuelta al 9 mm parabellum?
En los foros especializados se está discutiendo insistentemente una información según la cual el FBI está considerando volver a adoptar el calibre 9 mm parabellum como munición de servicio. Varias serían las razones: Se acepta que las municiones actuales son mucho más avanzadas que las que existían 10 años atrás, y que la efectividad del cartucho ha aumentado hasta el punto de que no hay una gran diferencia con el calibre .40 S&W. Hay algunas ventajas teóricas del 9 mm parabellum: una mayor facilidad para entrenar a los agentes, por el menor retroceso, una reducción del desgaste de las armas y –algo no despreciable en la crisis económica global- un menor precio de la munición.
Veremos qué es lo que nos depara el futuro. Por ahora, estos son los momentos que me parecen fundamentales en la evolución de las armas cortas policiales en USA, aunque seguro que habré omitido detalles y cometido errores, que espero que me corrijáis.
"...aunque ya no tenemos la fuerza que un día doblegó el cielo y la tierra, aun seguimos siendo quienes somos" Alfred Lord Tennyson; "Ulises"
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Re: cronología armas cortas de servicio USA.

Notapor SEBASTIÁN » Jue Ene 30, 2014 2:00 am



intervencionpolicial.com
Resumiendo : después de mucho experimentar y muchos tiros ahora se llevan las pistolas ( los revólveres ya son prehistoria ) con las menos palancas y botones posibles , en doble acción , para evitar "gatillos fáciles "( incluso sin seguro exterior como las Glock de serie ) que se portan en fundas antihurto nivel II y con munición del 9 parabellum ( barata , para entrenar y poco retroceso y muchas variedades ) con punta semiblindada o hueca ( mayor poder de parada , menos penetración y rebote )

( afortunadamente hace 12 años acerté en la elección de mi Glock 19-C , con munición especial y funda antihurto )
PASO CORTO , VISTA LARGA Y MUCHA MUCHA MALA IDEA.
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