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TE DUCK QUEEN escribió:SARGENTO DE LA ERTZAINTZA D. JOSE ANTONIO GOIKOETXEA ASLA

Una persona se había acercado a pie hasta su automóvil y le había disparado dos tiros a bocajarro en la cabeza y en el cuerpo cuando se encontraba parado ante un semáforo en la calle de Tívoli, cerca del ayuntamiento de la capital vizcaína. Testigos presenciales han descrito al etarra como un joven moreno, con barba y vestido con pantalones vaqueros y chubasquero azul.

Goikoetxea se disponía a llevar a la ikastola a uno de sus hijos, de 17 años. El joven pudo salir ileso del coche tras esquivar uno de los proyectiles. Uno de los testigos avisó a la policía e inmediatamente una ambulancia municipal trasladó al agente al centro sanitario. Durante el trayecto, el ertzaina sufrió una parada cardiorrespiratoria. Su mujer, al tener conocimiento del atentado, tuvo una fuerte crisis nerviosa.

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A las siete y cuarto de la tarde del viernes 23 de noviembre de
2001, ETA asesinaba a tiros a los agentes de la Ertzaintza, Javier Mijangos Martínez de Bujo y María Isabel Arostegi Legarreta, cuando regulaban el tráfico en un cruce de la carretera N-I a su paso por la localidad guipuzcoana de Beasain.

Alas siete y cuarto de la tarde del viernes 23 de noviembre de 2001, ETA asesinaba a tiros a los agentes de la Ertzaintza, Javier Mijangos y María Isabel Arostegi Legarreta, cuando regulaban el tráfico en un cruce de la carretera N-I a su paso por la localidad guipuzcoana de Beasain.
El atentado se produjo cuando dos terroristas, que se acercaron a los agentes a pie, acribillaron a balazos a la pareja de policías, según informó el alcalde de la localidad, Jon Jauregi, del PNV.

A consecuencia del tiroteo, la agente, María Isabel Arostegi Legarreta, de 34 años y madre de tres hijos, falleció prácticamente en el acto. Su compañero, Javier Mijangos, con una bala alojada en el cuello sin orificio de salida y en estado muy grave, fue trasladado en una ambulancia medicalizada a un centro sanitario de Tolosa, donde falleció hacia las 21.00 horas.

Un testigo presencial de los hechos aseguró que escuchó varios disparos cuando se encontraba junto a su casa, por lo que acudió corriendo al ambulatorio,
que se encuentra en el mismo cruce de Zaldizurreta, para avisar a un médico. «Enseguida salieron varios médicos » de este centro que atendieron en un primer momento a los agentes hasta que llegaron las ambulancias, añadió el testigo.
Un facultativo confirmó el fallecimiento de la mujer, cuyo cadáver quedó tendido en el suelo cubierto por una sábana, mientras que Mijangos fue introducido en una ambulancia y, tras practicarle durante unos minutos maniobras de reanimación, fue conducido a la clínica La Asunción de Tolosa. Se trató de la primera mujer perteneciente a la Ertzaintza que fallece en un atentado de ETA. María Isabel Arostegi, natural de Mungía (Bizkaia), estaba casada con un
agente de la policía autonómica, era afiliada del sindicato ErNE y formaba parte de la decimotercera promoción de este cuerpo.

El otro policía asesinado es Javier Miganjos Martínez de Bujo, de 32 años, casado asimismo y natural de Vitoria. Estaba afiliado al sindicato UGT-Ertzaintza y pertenecía a la misma promoción que su compañera, la decimotercera de la Academia de Arkaute.
María Isabel Arostegi murió de manera casi instantánea al recibir un disparo en la cabeza y su cuerpo permaneció sobre el asfalto hasta pasadas las nueve de la noche, cuando acudió el juez de guardia, que ordenó el levantamiento del cadáver. A continuación, el cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense del cementerio de Polloe de San Sebastián, donde al día siguiente, sábado 24 de noviembre, se le practicó la autopsia.

Su compañero recibió el impacto de bala en la nuca. El proyectil quedó alojado en la zona frontal de la cabeza. El ertzaina falleció a las 21:15 horas en la Clínica de la Asunción de Tolosa, a causa de un impacto de bala en la cabeza, según el parte médico facilitado a las diez y media de la noche.
El policía vasco ingresó en situación de coma, con disociación electromecánica. Durante 45 minutos se le practicaron maniobras de reanimación, con lo cual
recuperó pulso, pero nada más pudieron hacer los facultativos, y falleció a las nueve y cuarto.
El cadáver presentaba orificio de entrada de bala en la parte occipital, aproximadamente de siete milímetros de diámetro, sin orificio de salida.

Los dos ertzainas, que estaban adscritos a la unidad de Seguridad Ciudadana de la comisaría de Beasain, muy próxima al lugar del atentado, habían relevado sólo unos minutos antes a otra pareja de la Ertzaintza para regular el tráfico, una labor que se realiza a diario en el cruce de Zaldizurrieta de la localidad guipuzcoana.Se trata de un nudo viario que da acceso a la localidad y que a esa hora se encuentra siempre muy transitado.

Sin protección
Ninguno de ellos solía portar protección alguna, «ni tan siquiera chalecos antibalas», según fuentes de la Policía autonómica vasca, para realizar su labor diaria.
Fuentes de la Ertzaintza aseguraron que los autores del crimen fueron un hombre y una mujer, que viajaban en un turismo. Cada uno de ellos disparó a uno de los agentes. El varón llevaba un gorro de color verde y los ojos ocultos tras unas gafas. El vehículo que utilizaron en su huida, en el que posiblemente les había estado esperando un tercer terrorista, fue posteriormente localizado en las afueras de Beasain.

Es posible que los terroristas pertenecieran a un comando asentado en la provincia guipuzcoana, según aseguró el consejero de Interior, Javier Balza.
Horas después del atentado, la Ertzaintza mantuvo el cordón policial para prolongar la exploración ocular con el fin de detectar posibles pistas que den con la identidad de los terroristas.

Mensaje al PNV
Según los analistas, a través de este doble asesinato ETA enviaba un claro mensaje de advertencia al Gobierno vasco, después del intento de asesinato de otros dos ertzainas el martes 20 de noviembre, cuando la banda terrorista colocó un artefacto explosivo con dos kilos de dinamita junto a una pancarta en la
que se podía leer: «Policía asesina.ETA mátalos».

La explosión, en el parque Etxebarria de Bilbao, causó heridas a dos agentes, uno de los cuales aún permanece ingresado en el hospital de Basurto de la capital vizcaína.
Como puede verse los seres humanos siempre han sido una marioneta para la banda terrorista, una forma de presionar e intentar hacer valer sus objetivos de la forma más macabra que existe, a través del más absoluto desprecio por los derechos humanos.

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A las once y media de la noche del día 23 de noviembre de 1984, ETA (m) asesinaba al policía nacional Mohamed Hamed Abderrahaman, y hería a otros dos de distinta consideración en un atentado terrorista perpetrado en la localidad guipuzcoana de Irun.

El atentado se produjo cuando tres policías nacionales se encontraban de servicio en las proximidades del peaje de la autopista Bilbao-Behobia y fueron alcanzados desde uno de los puentes por una ráfaga de disparos y una granada lanzados por desconocidos.

Según algunas fuentes, fueron dos los autores del atentado contra la patrulla de la Policía Nacional que vigila habitualmente el peaje para proteger a los camioneros franceses de posibles altercados.

Los tres policías fueron trasladados inmediatamente a la residencia sanitaria de San Sebastián, si bien uno de ellos, Mohamed Ahmed Abderraman, falleció durante el trayecto.
Tenía la espalda prácticamente destrozada, ya que, al parecer, recibió de lleno el impacto de la granada de carga hueca. Mohamed, de 33 años, era natural
de Ceuta, estaba casado y tenía tres hijos. Su mujer está embarazada. Uno de los heridos es Carlos Mota Organero de 30 años, natural de Villafranca de la Torre (Badajoz).

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TALOS escribió:A las once y media de la noche del día 23 de noviembre de 1984, ETA (m) asesinaba al policía nacional Mohamed Hamed Abderrahaman, y hería a otros dos de distinta consideración en un atentado terrorista perpetrado en la localidad guipuzcoana de Irun.

El atentado se produjo cuando tres policías nacionales se encontraban de servicio en las proximidades del peaje de la autopista Bilbao-Behobia y fueron alcanzados desde uno de los puentes por una ráfaga de disparos y una granada lanzados por desconocidos.

Según algunas fuentes, fueron dos los autores del atentado contra la patrulla de la Policía Nacional que vigila habitualmente el peaje para proteger a los camioneros franceses de posibles altercados.

Los tres policías fueron trasladados inmediatamente a la residencia sanitaria de San Sebastián, si bien uno de ellos, Mohamed Ahmed Abderraman, falleció durante el trayecto.
Tenía la espalda prácticamente destrozada, ya que, al parecer, recibió de lleno el impacto de la granada de carga hueca. Mohamed, de 33 años, era natural
de Ceuta, estaba casado y tenía tres hijos. Su mujer está embarazada. Uno de los heridos es Carlos Mota Organero de 30 años, natural de Villafranca de la Torre (Badajoz).


Descansen los tres en paz