Escuela de Especialidades Antonio de Escaño El 22 de mayo de 1850 la Reina Isabel II decretó la creación de la Escuela de Maquinistas de la Armada, que se ubicó en el Arsenal de Ferrol.
A lo largo de sus más de 150 años de historia, la Escuela ha sufrido innumerables avatares, incluyendo cierres y cambios de denominación (Escuela de Maquinistas, Escuela de Mecánicos, Escuela de Máquinas, etc.).
En el año 1989 se decidió el traslado de la Escuela de máquinas a su actual emplazamiento en la zona de Ferrol-Caranza.
Ese mismo año se transfirieron a la Escuela de Máquinas las enseñanzas de Electricidad, que se impartían en la Escuela de Transmisiones y Electricidad de la Armada de Vigo (ETEA), y, como consecuencia de ello, pasó a denominarse Escuela de Energía y Propulsión de la Armada (ESEPA).
El proceso de construcción de la ESEPA, finalizó el 17 de octubre de 1994 con la inauguración por S.M. El Rey D. Juan Carlos I.
En junio el año 2001 la ESEPA pasó a denominarse Escuela de Especialidades "Antonio de Escaño”, de acuerdo con el Plan de Reestructuración de Centros Docentes y, en septiembre de ese mismo año, se integró en ella, como Departamento de Idiomas, la Escuela de Idiomas de la Zona Marítima del Cantábrico.
En enero de 2002 se transfirieron a esta Escuela las enseñanzas de la Especialidad de Sistemas Tácticos, y en septiembre de este mismo año, las de Electrónica y Comunicaciones que se impartían en la Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada de Vigo (ETEA).
La escuela recibe su nombre en memoria del ilustre marino Antonio de Escaño y García de Cáceres, Teniente General de la Real Armada. Nacido en Cartagena en 1752, participó en el sitio de Tolón y en los combates navales de Espartel, Finisterre, San Vicente y Trafalgar.Falleció en Cádiz el 11-7-1814.
Sentó plaza de G.M. en 1767 en la compañía de Cádiz, navegando durante sus primeros años entre otras unidades en los famosos jabeques, que Barceló hizo celebres en el Mediterráneo.
En 1778 pasó a la escuadra de Luis de Córdova, embarcando en el “Fénix”, “Santísima Trinidad” y “San Nicolás”, en cuyo detall se distinguió en su armamento. Sirvió entre otros destacados mandos, con José de Mazarredo, que pronto conoció su capacidad, y entre ambos se propusieron formar la mejor escuadra de su época, lo que así reconocieron los franceses e ingleses durante la acción del cabo Espartel.
En 1783 fue destinado al arsenal de Cartagena, con lo que aumentó su conocimiento de construcción de buques y carenas, así como de armamentos y administración de los almacenes generales y de excluidos.
Después de otro mando en la división de jabeques, realizó un estudio comparativo de las construcciones inglesa y francesa.
Ayudó a Mazarredo en la reforma de las ordenanzas y permaneciendo por ello en la corte, allí frecuentó los centros de cultura más importantes, cursando estudios de historia antigua y moderna, química y botánica, en sus ratos libres. Estas ordenanzas fueron terminadas en 1793.
En guerra con Francia, mandó el “San Fulgencio”. En él implantó las nuevas ordenanzas, con óptimo fruto y allí utilizó sus estudios de química, luchando contra las calenturas pútridas, azote de aquella campaña, en la que luchó y cruzó el Golfo de León. Más tarde, postergando por sus justas quejas acerca del servicio pidió licencia y en 1796 terminó, junto con Churruca un “Diccionario de Marina”.
Asistió al combate del cabo S. Vicente y más tarde reorganizó la escuadra y la famosa fuerza sutil con que Mazarredo defendió Cádiz, y que, con 14 navíos neutralizó a los 23 ingleses que bloqueaban el puerto, y rechazando sus ataques, hundió 3 buques forzando a veces el bloqueo.
Después de la paz de Amiens, y depuesto Mazarredo, se relegó a Escaño al Departamento de Cádiz hasta que, a merced a la intercesión de Gravina ante el Rey, fue promovido a jefe de Escuadra y en 1803 aEl Ferrol de Comandante General de Tercios Navales. Formó parte de la escuadra conjunta con Villenueve, con la que fueron a la Martinica y volvieron a Europa, luchando en Finisterra contra Calder. Luchó a bordo del Príncipe de Asturias al lado de Gravina, en la desgraciada acción del 21 de octubre, en la que ambos fueron heridos. Después del desastre organizó la retirada de los buques que se salvaron. Aquel mismo año(1805) fue ascendido a Teniente General.
En Cádiz, de resultas del combate, moría Gravina en sus brazos legándole su bastón de mando.
En 1806 fue nombrado ministro del Almirantazgo, y en 1807 era recibido académico de la Historia.
Al estallar la Independencia de 1808, rechazó el mando de escuadra que le ofreció el gobierno intruso. Derrotados los franceses, la Junta Central lo nombró ministro de Marina, puesto en el que dio la talla de su valía. Aseguró puertos y costas, abrió los arsenales para socorrer a los ejércitos, organizó convoyes que trajeran los caudales de América y organizó aquellos famosos batallones y brigadas de marina, al mando de oficiales del Cuerpo General, y que tan brillantes y abundantes lauros alcanzaron en los campos de batalla.
En 1810 fue nombrado miembro de la Junta de Regencia, pero desterrados los regentes continuó Escaño en Cádiz hasta su muerte por apoplejía dejando tras de sí una vida de marino, político y patriota intachable.