Acceso al cuerpo de policía autonómica del País Vasco |
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Manifestaciones de GORKA LUPIAÑEZ MINTEGI.
En Soto del Real, el día 19.12.07.
Estas manifestaciones están completadas con la
entrevista mantenida en la misma prisión el 17.12.07.
Para esta entrevista le obligaron a Gorka a entrar en unos
determinados locutorios, por lo que es posible que la
misma haya sido grabada.
………………………..
- Me detuvieron el día 6 de diciembre hacía las 6 o 6:30
horas, de la tarde. Iba caminando por la carretera
cerca de Berriz, y pararon dos Patrol de la Guardia
Civil, que me pidieron la documentación y después de
hacer comprobaciones durante cerca de una hora y al
revisar la riñonera que llevaba, me detuvieron.
- Me tiraron al suelo, y me quitaron los pantalones,
dejándome con la malla que llevaba debajo. Me ataron
las manos a la espalda. Me dieron patadas, muchas
patadas. Uno decía a los otros que me soltasen, para
que huyera y poder hacer dos a uno, con referencia a
Capbretón. Al final me metieron en el Patrol, me
pusieron con la cara pegada al cristal y con un Cetme
apoyado en la sien, y así me condujeron, según
dijeron, a La Salve en Bilbao. Me prohibieron abrir los
ojos
- En La Salve me bajaron a la carrera del vehículo, y me
metieron en un cuarto. Me pusieron una capucha más
o menos hasta el labio superior, y pude ver algo y oír
las voces de los que estaban allí. Había cuatro
personas, dos de paisano y dos de uniforme. Me
dieron una paliza. Sobre todo golpes en los testículos.
Me empezaron a hacer preguntas sobre muchos
temas, queriendo que diese nombres. Entre continuos
gritos y golpes, uno de ellos montó la pistola, y me la
puso en la cabeza. Me llevaron a otro cuarto, y me
comunicaron que estaba incomunicado.
- Me sacaron de allí corriendo y me metieron a un
coche. Al de unas tres horas, salimos hacia Madrid. Lo
dijeron ellos. Me dijeron que allí, en Madrid, me iba a
enterar. En el coche iban dos delante, y dos a mi lado
detrás. El de mi izquierda me chillaba y golpeaba con
la mano abierta. El de la derecha me puso una bolsa
de plástico en la cabeza. Cada rato, la cerraba con las
manos en el cuello, y me provocaba asfixia.
- Pararon el coche al pasar un peaje, porque uno de
ellos, que había estado celebrando el día de la
constitución, había bebido estando de juerga, y estaba
borracho y necesitaba orinar. Ese Guardia Civil me dijo
que nadie sabía que estaba detenido, y que me podía
pegar un tiro. Me dijo que ellos sólo se dedicaban a
torturar e interrogar, que tenían turnos de cuatro
meses, y que por eso tenía que estar allí, aunque no
estaba bien. Hasta llegar a Madrid, continuaron los
golpes y la colocación de la bolsa en la cabeza.
Cuando llegamos a Madrid, me dijeron que estabamos
en la Dirección General o algo similar.
- En cuanto entré en un edificio, me llevaron a un
cuarto, me desnudaron y me pusieron un antifaz, con
el que estuve hasta ser trasladado al Juzgado. Me
mandaron hacer flexiones. Me pincharon tres veces en
el cuello, en la columna, entre los omoplatos o un
poco más arriba. El tercer pinchazo me provocó un
dolor muy fuerte, que me bajó por toda la columna.
Esto se lo conté a la que se presentó como Médico
Forense, y ella me dijo que tenía unos puntitos rojos
en esa zona. No sé lo que pondría en sus informes.
También me tocaron con algo, que me pareció un
papel. Dijeron que era todo ello para calcular cómo
podían ponerme los electrodos.
- Por lo que me manifestó la Médico Forense, sobre la
hora de la primera visita que me hizo, creo que puedo
afirmar que me visitó todos los días. El primer día me
dijo que era viernes a la una del mediodía. Yo pensaba
para ese momento que llevaba ya días detenido.
- En día y medio me habían obligado a realizar miles de
flexiones. A la vez me golpeaban en la cabeza, a los
lados y arriba, con algo que podría ser como un listín,
o con una porra de algún material como goma. Con
los golpes con ese “listín”, veía como luces. Me ponían
una bolsa en la cabeza, y me metían dentro de ella
humo de tabaco. Me la cerraban hasta provocarme
asfixia.
- Los interrogatorios eran continuos. Casi no pisé el
calabozo el tiempo que estuve allí. Salvo unas horas el
último día. Constantemente me estaban preguntando
cosas. Los interrogadores se cansaban y, cada cierto
tiempo, podría ser una hora, se cambiaban por otros.
Los distinguía por las voces. Ellos dijeron que
cambiaban cada hora. Eran habitualmente cuatro, en
cada grupo, por las voces.
- Había momentos en los que contestaba a las
preguntas con cosas incoherentes, y no sabía razonar
ni terminar las frases. Pienso que era por la falta de
aire. Cuando desvariaba mucho, me dejaban descansar
un poco.
- Me ponían una manta doblada sobre el cuerpo, y me
daban puñetazos a través de ella.
- A partir de lo que considero un día y medio desde la
detención, me empezaron a hacer la bañera además
de las cosas que ya me venían haciendo. Me ataron en
un colchón de espuma, y me metieron la cabeza en
agua helada.
- Luego empezaron a hacerme lo que ellos llamaban
“aguapark”. Decían que se lo habían enseñado los
israelitas. El “aguapark”, consistía en que me
tumbaban en un colchón, me sujetaban los pies, los
brazos y la cabeza, y me echaban agua con una
manguera, en la boca y en la nariz. Cuando ya no
podía aguantar, tenía que respirar. En ese momento,
me tiraban un balde de agua a la cara, y me ahogaba.
En algún momento y en esa situación debí de arañar a
alguien al revolverme. A partir de ese momento me
ataban con “celo” en los tobillos, y en las muñecas me
ponían unas protecciones y me ataban también con
“celo”.
- Estando desnudo me obligaban a ponerme con los
brazos abiertos. Me tiraban baldes de agua muy fría
por encima. Como temblaba, decían que era el “ángel
nervioso”.
- Aproximadamente cuando sería el segundo día y
medio, entre hacerme el “aguapark” y el “ángel
nervioso”, me pusieron a cuatro patas en el suelo, y
trataron de meterme un palo por el culo. Como no
pudieron hacerlo, me tumbaron en el suelo boca
arriba, me sujetaron, me levantaron las piernas, y en
esa posición me metieron el palo por el culo.
- En algún momento me pusieron atado en un colchón,
me sujetaban un cable en el dedo gordo del pie
izquierdo, y otro en la mano derecha atado con “celo”.
Oía el ruido de descargas eléctricas, pero no sentía
nada.
- La Médico me veía todos los días, pero cuando me
preguntó por el trato recibido y por como estaba, no le
conté nada. Tenía miedo a lo que pudiera ocurrir. Le
dije que se lo diría en la Audiencia Nacional. Me
mandó dormir, pero le dije que no me dejaban. Para ir
ante la Médico, me ponían unas mallas y una camiseta.
Me conducían ante la puerta de una habitación, me
quitaban el antifaz y me miraban los ojos, al parecer
porque llevaba mucho tiempo con ellos tapados.
Cuando salía de la habitación, de nuevo me ponían el
antifaz y me desnudaban. Me preguntaban qué había
dicho a la Médico, mientas me daban porrazos.
- En los días que estuve detenido, me pudieron hacer
más de 50 sesiones con la bolsa por día. Hice más de
10.000 flexiones. Dos (2) veces me hicieron lo de la
bañera. Muchas veces lo de la manguera. Lo de la
simulación de electrodos lo hicieron dos (2) veces.
Porrazos y golpes sin límite.
- Como no quería comer, en una ocasión me metieron
un sobado en la boca a la fuerza. Echaron “colacao” al
suelo, y me obligaron a chuparlo en el suelo.
- Me tiraron numerosas veces del pelo. Tanto de la
cabeza como del pubis. Me arrancaron mucho pelo del
lado izquierdo de la cabeza.
- Los interrogatorios fueron permanentes y los gritos
constantes. Me dijeron que iban a actuar contra mi
padre. Que mi madre había muerto de un infarto. Que
estaban detenidos mi hermano y su mujer. Y que a mi
sobrino, al hijo de ellos, le habían violado con un palo.
- Hice tres declaraciones ante la Guardia Civil. Estaban
preparadas. Me dijeron que no tuviera problemas. Que
si se me olvidaba algo, el instructor de la declaración
me lo recordaría. Y así lo hizo en todas las
declaraciones. Me decía lo que se me estaba
olvidando, de lo que estaba preparado. Me dijeron que
iba a tener un Abogado, pero que no le podía mirar.
No sé si estuvo presente algún Abogado en esas
declaraciones. Las declaraciones creo que las hice el
sábado, el domingo y el lunes. Era a la noche en todos
los casos, y ellos decían la hora al iniciarse la
declaración.
- Cuando termino la tercera de las declaraciones, me
llevaron al calabozo, y me dijeron que me iban a dejar
descansar. No habían pasado ni unos quince minutos,
un tiempo corto, me llevaron de nuevo a un cuarto
donde estaba alguien que no había intervenido en los
interrogatorios de los días anteriores. Lo noté por su
voz. Me dijo que él tenía una función. Que era sacarme
algo que no hubiera dicho con anterioridad. Me
empezó a dar bofetadas en la cara, en los dos lados, y
me provocó muchas llagas en el interior de la boca. Me
ató los testículos y el pene con una cuerda, y se puso a
estirar. También me estiraba con la mano. En un
momento empecé a sangrar del pene.
- A la forense se lo dije esto y tomó nota. Le dije que
tenía los testículos morados y lo vio. Todo esto fue
poco antes de ir a la Audiencia. Cuando me iban a
llevar a la Audiencia, el Instructor de las diligencias
policiales me dijo que tenía que decir al Juez lo mismo
que había dicho allí. Que de lo contrario me iba a
enterar. Me limpiaron, sobre todo la cabeza, y me
vistieron para ir ante el Juez.
- Cuando llegué a la Audiencia me hicieron declarar con
Abogado de Oficio. Me negué a declarar ante el Juez,
y sí le conté los malos tratos recibidos.
- Cuando me llevaron a la prisión, le dije al médico de la
cárcel que tenía varias lesiones en la boca. Me dijo que
estaba bien. Le dije que cómo podía decir esto sin
mirarme. Y me contestó que estaba bien y que no iba
a mirar nada.. No sé lo que habrá puesto en los
informes pero no me miró.
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Notas.- Estando incomunicado Gorka Lupiañez, y
fechado el día 12 de diciembre se remitió un escrito al
Juzgado, en el que se le requería para que, en el plazo de
24 horas, se hicieran análisis de sangre y de orina a
Gorka. Dado que la causa está secreta, desconocemos en
este momento si se dio curso al escrito. Gorka ha
manifestado que no se le ha realizado ninguna de esas
pruebas.
Permaneció incomunicado hasta el viernes día 14 en la
prisión en la que se encuentra en este momento.
Es su voluntad presentar una denuncia por lo ocurrido.