Acceso al cuerpo de policía autonómica del País Vasco |
|
nola2hurtu.eus |
Leyendo segun que comentarios se han puesto referentes a la carta del post, yo alucino de que las palabras de esta chica me lleguen más al alma a mi, con mis 54 tacos, que a algunos compañeros más jovenes y que, en principio, tendrian que comprender mejor lo que ella quiere expresar.
Porque sí es cierto que nuestro trabajo nos cambia el caracter. Puede que otros tambien lo hagan pero yo me referiré al mio:
Normalmente cuando uno se hace policia por vocación lo hace, al menos en mi caso, pensando en que los policias son los buenos y los delincuentes son los malos. Lo tenía claro: ó blanco ó negro. Cuando salí de la academia y comenzé a trabajar me fuí dando cuenta de que la cosa no era tan simple como yo pensaba. Que entre el blanco y el negro existe una gran variedad de grises, tanto en el lado de los buenos como en el de los malos.Primer desencanto mio.
Luego,a lo largo de los años he hecho algunas cosas de las que no me siento particularmente orgulloso y tambien he podido comprobar que hasta el mayor delincuente puede tener actos de honradez y hombria.
Con el tiempo uno se va encerrando mas en si mismo y cuando llega a casa ni ganas de hablar se tiene muchas veces. ¿Para que explicarle la mi mujer la buena intervención que he tenido si no la va a comprender? ¿Para que contarle una intervención chunga que haya tenido ese dia si lo unico que voy a conseguir es preocuparla?
Mi mujer en una oficina pegada 8 horas 5 dias a la semana a un ordenador y yo 8 horas por la ciudad de un lado para otro , si no es metido en una movida metido en otra. Y el fin de semana, si me coincide fiesta, el conflicto está montado: Yo sin ganas de querer salir deseando solo descansar y relajarme y la mujer deseando salir a pasear y quitarse de encima el agobio de estar toda la semana anclada a una mesa.
Por no hablar de las veces que uno llega a casa de mala leche debido a cualquier intervención en la que ha tenido que aguantar que un h. de p. le llamase de todo y le vacilase lo que quiso y mas. Y uno a tragarse los sapos y aguantarse las ganas de partirle la cara al tipo aquel. Se traga la bilis, llega a casa sin ganas ni de decir buenas noches y resulta que la mujer sí tiene ganas de contarle sus cosas. Intento poner cara de atención y contesto con monosilabos rezando interiormente que la conversación- casi monologo- acabe pronto y me dejen tranquilo.
Yo si que creo que comprendo a esa chica. Ella habrá sufrido los daños colaterales de estar al lado de su novio cuando estudiaba, cuando él estaba de mal humor, cuando el se iba dando cuenta de los tonos grises que había en su trabajo y cuando llegaba a casa sin ganas de hablar.
Si, creo que ha tenido que pasar bastantes momentos dificiles. Lo hacía por amor, la relación terminó y es normal que quiera desahogarse de esta manera. Muchas veces, casi siempre, los finales felices que a todos nos gustarian, solo pasan en las peliculas.
Y que no me venga nadie a intentar convencerme de que esto no es de tematica policial. Esto es la vida, dia a dia, de muchos policias.
Un saludo a todos.