por Lugano » Sab Ene 31, 2009 12:08 pm
[quote="polacaenamorada"]La policía.
"Foreros y Foreras, no dejeis que jamas os cambie lo que haceis."
Es un buen consejo que comparto, y siento sincéramente que tu pareja no lo entendiera así. Al hilo de tu exposición, he de decir que el problema, en mi opinión, radica en que tod@s nos metemos en esto con más o menos vocación e ilusión porque se vean cumplidas nuestras legítimas espectativas, pero no siempre es así. Una vez dentro nos encontramos con la realidad, y en la medida en que podamos canalizar la frustración que generen todas y cada una de las adversidades con las que nos vayamos encontrando, nos iremos adaptando a lo que será de por vida, nuestra profesión. Con el tiempo se aprende a convertir de un modo u otro, en positivo, incluso lo que a priori no lo es. Pero debemos ser pacientes. Y si pasado el periodo de adaptación, no somos capaces de desconectar al término de la jornada laboral y nos llevamos a casa nuestros problemas para "compartirlos" con la familia, deberíamos aplicar a la situación un tratamiento de choque. Una opción a tener en cuenta sería la solicitud de una excedencia y cambiar durante ese plazo la seguridad por la albañilería. Tuve oportunidad de segur la evolución de un campañero al que las circunstancias laborales y las suyas propias, muy similares a las descritas por ti, le cambiaron el carácter, y la terapia en cuestión, fué mano de santo. Tras la experiencia, ya no percibe la sensación de "salir a jugarse la vida", expresión más propia, según apunta ahora, de los toreros, como tampoco hace ya mella en su estado anímico, la ocasional falta de respaldo por parte de su jefe, en aquellas actuaciones en que él considera debería haberse dado. Por otro lado, lo que ahora "ve" en el ejercicio de su profesión, solo le afecta en su justa medida. Por último, decir que su pareja está encantada.
Yo que viví la historia de cerca, que no propia, llegué al convencimiento de que ni la profesión y el entorno de esta, tienen nada que ver con nuestros posibles cambios de carácter, y sin embargo, mucho, la madurez personal de cada cual, por lo que concluyo que no nos cambia lo que hacemos, sino lo que somos.
Saludos.
La guerra es el arte de destruir a los hombres, la política es el arte de engañarlos. Autor: Parménides De Elea