Lago KronerBahía de forma aproximadamente circular que se encuentra situada al norte de punta “Penfold” e inmediato a bahía “Balleneros”. En la erupción de febrero de 1969 se unió al mar por la parte sureste del lago para dejar de serlo. Sin embargo, la denominación de lago ha permanecido. El nombre original fue “Tokroningen”, que quiere decir pieza de dos coronas. No es descabellado suponer que en la época en que así lo llamaban los balleneros, en el primer tercio del pasado siglo, el lago estuviera dividido en dos más pequeños o que su forma recordara la de un ocho.
Cuando Penfold, en 1948-49, realizó un nuevo levantamiento de la isla, le cambió el nombre a Kroner, corona, que es el que la cartografía española, sin traducir, adoptó. En 1829 el lago no existía, como podemos comprobar si observamos el mapa de Kendall que publicamos el 20 de enero. “Laguna Verde” lo llamaron en Argentina y, en efecto, con mareas bajas y aguas tranquilas, los musgos y líquenes que abundan en sus sulfurosas aguas le dan ese colorido.
También descriptivo es el menos común de “Lago Sulfuroso”. ‘Lago Pennilea” es otro de sus nombres, y parece ser que es en reconocimiento por los servicios de un escocés integrante de alguna expedición, al ser ése un lago de su tierra natal. En Chile fue llamado “Laguna Galvarino” por el cacique mapuche del mismo nombre.
En la batalla de Lagunillas, mediado el siglo XVI, fue capturado por las tropas españolas del Gobernador García Hurtado de Mendoza y condenado a la amputación de ambas manos. Nos cuenta Ercilla, en su épica obra “La Araucana” que, después de la mutilación, ofreció orgullosamente el cuello a sus verdugos para que le quitaran la vida. Posiblemente, Hurtado de Mendoza se arrepintió más tarde de no haberlo ejecutado y dejarlo en libertad para que su suplicio sirviera de escarmiento. Galvarino, sin manos, con unos cuchillos que se acopló a los muñones siguió combatiendo a las tropas españolas hasta que fue nuevamente capturado en Millarapue, el 30 de noviembre de 1557. Esta vez fue ahorcado.