El nombre de "Auxiliar de Seguridad" en Seguridad Privada es una patraña, no así en la función pública. Ninguna empresa va a hacer un contrato en el que figure tal expresión.
Me suena raro que algunos compañeros digan que este nombre se use para engañar a los clientes. Los clientes no son idiotas: si un vigilante cuesta -pongamos- 5000 euros al mes y un auxiliar 3000, por algo será... pero no lo piensa a fondo porque en el mercado lo que manda es el bolsillo.
Que el contratado sea engañado o se deje engañar, pues es posible, pero el engaño dura poco y si es honesto no lo permitirá mucho más tiempo, entre otras cosas porque el principal perjudicado es él mismo.
También es cierto que hay gente muy rallada a la que sólo les falta que les den un uniforme y les digan que tienen autoridad, aunque no sea cierto. Lamentablemente esto no es algo exclusivo de las empresas de servicios.
Sin embargo, rechazo -por machacón y tópico- el insistente binomio "auxiliar=intruso", en la mayoría de casos un intruso es un individuo que viste
uniforme de vigilante sin serlo y que incluso llega a portar defensa y grilletes. Y sé lo que me digo.
Aunque no se necesite hacer un curso ni pasar unas pruebas de selección ni una habilitación del MIR, o como dice Policanario -a quien agradezco su acalaración anterior- que un auxiliar es un profesional sin profesión (ahora que entiendo sus palabras no me parecen ofensivas ni discriminatorias, pero la redacción no era afortunada, compañero
) ser auxiliar es tan honroso como ser taxista, camionero o catedrático de física cuántica. Yo he sido auxiliar ocho años, primero como sobresueldo, después como dedicación absoluta.
Mucho de vosotros, compañeros de foro, preguntáis -supongo que retóricamente- por qué los intrusos no se meten a taxistas piratas u otras profesiones... La explicación es muy sencilla: nada tan fácil como entrar de hoy a mañana a trabajar -legal o ilegalmente- en el mundillo de la seguridad cuando la necesidad apremia. Y las empresas lo saben y sacan tajada de ello.
Comencé siendo un intruso -con todo lo que la palabra implica- hasta que un Guardia Civil me puso las pilas. No os penséis, no me denunció: cuando acabó su turno vino a mi servicio por propia iniciativa a hablar conmigo y me explicó los riesgos de la profesión, el peligro que representaba para mí y para los demás trabajar sin estar preparado, las multas a las que me exponía, etc... Eso me bastó.
A partir de ahí mi vida profesional cambió de rumbo, por cambiar hasta cambié de uniforme, de servicio, de funciones... Cambié de profesión sin cambiar de contrato ni de empresa. Lo que más me impactó en aquel momento fue la media sonrisa del jefe se servicios.
Reconozco que me engañaron y que yo también me dejé engañar, pero a partir de ahí fui descubriendo otra profesión que también me resultaba interesante e incluso bonita.
A lo largo de estos ocho años he pasado por varias empresas y he tenido que cerrar y abrir muchas puertas, bajar barreras, abortar decenas de conatos de incendio, asistir mientras llegaban los sanitarios a jovencit@s descontrolad@s que acaban tirad@s en el suelo por el calor, el alcohol y otras cosas... Pero también he cerrado bolsas en supermercados y he controlado válvulas de presión. Y tantas y tantas cosas... Y me siento muy orgulloso de ello.
He trabajado codo con codo con VS, ellos en su sitio y yo en el mío, ellos haciendo su trabajo y yo el mío, sin interferencias, con los roces que tiene esto de la convivencia, pero nada más.
En esto como en todo, hay malos y buenos profesionales. Un intruso con contrato de auxiliar no es un auxiliar: es un mal profesional que ni cumple con los deberes de su profesión ni permite que otros profesionales diferentes cumplan con los suyos.
A ver si empezamos a llamar las cosas por su nombre.