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Exviceconsejero de Interior

Buen se sintió «engañado» por la Ertzaintza tras la muerte de Cabacas

Los mandos del centro bilbaíno «no reconocieron» en un principio que se hubiesen utilizado pelotas de goma, y sólo lo admitieron cuando ya habían transcurrido tres días desde el suceso que acabó con la vida del joven

03.08.13 - 00:39 -
E. C. | BILBAO.

El exviceconsejero socialista de Interior, Miguel Buen, ha señalado que tanto él como el exjefe de la Ertzaintza, José Antonio Varela, se sintieron «engañados» por los responsables de la comisaría de la Policía vasca en Deusto tras la muerte de Iñigo Cabacas. Según explica, los mandos del centro bilbaíno «no reconocieron» en un principio que se hubiesen utilizado pelotas de goma, y sólo lo admitieron cuando ya habían transcurrido tres días desde el suceso que acabó con la vida del joven.

El exviceconsejero ha revelado, además, que tanto él como Varela -la familia de 'Pitu' pide que se impute a ambos, junto a casi 40 agentes- presentaron su dimisión al entonces consejero de Interior, Rodolfo Ares, pero que éste las rechazó alegando que sería él mismo quien hiciese frente a toda la «responsabilidad política».

Tras conocer estas declaraciones, el parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga aseguró ayer que son los responsables políticos los que «lanzan las pelotas de goma» utilizadas por la Policía porque «son ellos los que permiten que se utilice ese material letal, los que redactan los protocolos de utilización y los que, a la postre, emiten las órdenes para que se utilice».

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Sociedad
Caso Cabacas

Imputados cuatro ertzainas por la muerte de Iñigo Cabacas

09/11/2013

Al parecer, se trata de los tres agentes que declararon haber disparado pelotas de goma el 5 de abril de 2012 en el callejón de la calle María Díaz de Haro de Bilbao y el suboficial de la operacion.

La titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Bilbao, Ana Torres, ha decidido imputar a cuatro ertzainas por la muerte de Iñigo Cabacas, según ha podido confirmar EiTB. En el auto, la jueza no descarta que en la medida en la que avancen las diligencias puedan fijarse nuevas imputaciones

Al parecer, se trataría de los tres agentes que declararon haber disparado pelotas de goma el 5 de abril de 2012 en el callejón de la calle María Díaz de Haro de Bilbao, aunque según se desprende de la investigación no fueron los únicos. El cuarto ertzaina imputado sería el mando de la furgoneta antidisturbios, el suboficial responsable del operativo que dio la orden directa de disparar.

Los cuatro agentes de la Policía autonómica ya habían declarado, pero sólo en calidad de testigos. Todos ellos fueron apartados de la comisaría de Bilbao en la que estaban destinados y en la actualidad se dedican a labores administrativas.

La abogada de la familia del joven fallecido, Jone Goirizelaia, pidió la imputación de todos los ertzainas que aparecían en las actuaciones y que llevaban escopetas, además de los dos responsables policiales, entre ellos el jefe de operaciones, que daba las órdenes desde comisaría.

Asimismo, reclamaba que se depuraran responsabilidades políticas con la imputación del entonces viceconsejero de Interior, Miguel Buen, y del exdirector de la Ertzaintza José Antonio Varela.

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Truman escribió:Hoy el panfleto Gara publica con número profesional, nombre y dos apellidos, las identidades de los dos mandos responsables del dispositivo del fatídico día, ¿no sé hasta que punto se puede permitir eso?, pero los dos compañeros ya han quedado señalados para toda la berrea. Y encima dicen que los datos han sido obtenidos de documentación oficial.

foropolicia.es

Mahonei escribió:Pues lo de aquel juez de traca... en cualquier caso, una cosa es que el juez lo solicite y facilite a las partes, otra muy distinta, que alguna de esa partes difunda alegremente una información tan personal como sensible. Este es un país serio en el que no se puede citar la nacionalidad de un delincuente habitual y sin embargo se filtra los datos personales de un agente de policía que está siendo juzgado sin el menor miramiento. La justicia necesita urgentemente un trasplante de córneas.

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SEGURIDAD Una testigo: '¡No disparéis, no disparéis!'

Cabacas murió tras una carga con pelotas que duró unos tres minutos

Los tres ertzainas imputados, que vestían de rojo, vieron agentes de azul con escopetas

IKER RIOJA ANDUEZA Vitoria
Actualizado: 01/12/2013 11:52 horas

Iñigo Cabacas falleció tras una prolongada carga con pelotas de goma de la Ertzaintza que duró un mínimo de tres minutos y en la que, según la reconstrucción de los hechos que hacen investigadores, ertzainas y testigos, dispararon más agentes que los tres que, junto al suboficial que les dirigía, han sido imputados por haber admitido haber lanzado más de una decena de pelotazos. La víctima, que aquel 5 de abril de 2012 contaba 28 años, recibió en la cabeza el fuerte impacto "de un proyectil esférico de unos 55 milímetros" -las bolas tienen 54- y cayó desplomada al suelo. Murió a los pocos días en el hospital de Basurto, suceso que ha marcado un antes y un después en la historia de la Policía vasca.

Aquella noche de la Semana Santa del año pasado jugó el Athletic de Bilbao en el viejo San Mamés contra el Schalke 04 alemán. Como en el anterior choque europeo había habido graves altercados, el partido fue declarado de "alto riesgo" y la Ertzaintza diseñó un operativo especial. Al acabar el partido con victoria rojiblanca, cientos de seguidores fueron a celebrarlo por las calles aledañas. Una de las zonas de bares más concurridas fue, como siempre, la de María Díaz de Haro, una calle paralela a San Mamés y perpendicular a la Gran Vía. Entre las viviendas de esta calle hay una pequeña plazoleta con jardineras que termina en un callejón que comunica con Licenciado Poza. Allí se ubica la herriko taberna, en cuyo exterior se hallaba Cabacas con sus amigos aquella noche.

Es a las 23.25 horas cuando la Ertzaintza recibe el primer aviso de que hay incidentes en la zona de María Díaz de Haro. Varias llamadas alertan al 112 de una "pelea", de una "batalla campal» e incluso de un grupo de "15 ó 20 cabezas rapadas encapuchados", de los que luego no hay más reseñas. El jefe de operaciones de la comisaría de Deusto, el agente 33XX [el código de los ertzainas se oculta parcialmente por motivos de seguridad] conocido en el argot como ugarteko, empieza a enviar francias ('furgonetas') al lugar de los hechos. Las lecheras 1 y 6 llegan las primeras e intervienen no en el callejón, sino en su acceso derecho, junto a un local de Compro Oro. Detienen, dirigidos por el jefe de patrullas a bordo del coche con el número 32, a un joven que había arrojado objetos contundentes contra los policías y que les había increpado.

Nunca se sabrá a qué potencia se intervino

Pero la Ertzaintza no dio por sofocado el incidente. Tenían noticia de la existencia de un herido sangrando dentro del callejón y había que despejar la zona para que accediera la ambulancia. Uno de los sanitarios confirma en su declaración que "a las 23.30 horas recibieron un aviso para que se dirigiesen [...] al callejón existente entre las calles Licenciado Pozas y María Díaz de Haro". Describe este testigo de los hechos que, al llegar, allí "se amontaba una gran cantidad de gente que lanzaba objetos" a los policías desplegados y que él no pudo estacionar la ambulancia. Aparecen entonces las francias 12, 13 y 14, que jugarán un papel fundamental en los hechos.

La misma lluvia de objetos hacia los antidisturbios describen ante los investigadores de la Ertzaintza y ante la juez que investiga el caso, Ana Torres, todos y cada uno de los agentes que fueron enviados al callejón. De hecho, el responsable de la furgoneta 14 (suboficial 5XX1) informó por radio al ugarteko de que era imprescindible "limpiar" la zona. Desde comisaría, le responden así a las 23.37 horas: "Bien, hágalo usted [...]Salgan de las furgonetas y despliéguense en la Herriko".

A partir de ahí el suboficial al cargo transmite la orden a los tres escopeteros de su unidad de seis agentes, que son los únicos que visten de rojo en el lugar, un elemento de gran relevancia. Los antidisturbios trabajan en binomios, uno porta la escopeta y el otro le cubre con un escudo. Primero disparan una salva -ruidosa pero inofensiva- y luego emplean pelotas de goma, un proyectil que ahora se ha demostrado letal.

El mando declaró a los investigadores que aquella carga duró "tres minutos". El agente 1XXX6 asume que disparó "unos cuatro disparos de disuasión con pelota". Su compañero 1XXX8 realizó otros cuatro "a 35 metros". El tercero de los imputados dijo no haber disparado en ese momento, sino en la carga posterior. Las distancias mínimas de seguridad en aquella época -tras la muerte de Cabacas se han elevado- eran las siguientes: 25 metros en posición suave, 35 a intensidad media y 50 en modo fuerte. Nunca se sabrá a qué potencia se intervino.

Los testigos sitúan a esos agentes de rojo detrás de los coches aparcados. Desde donde cayó abatido Cabacas al final de la acera hay 22,8 metros, más los tres metros aproximados del parking en batería arrojarían una distancia cercana a los 25 metros, la misma que fija el Cuerpo Nacional de Policía como probable en el informe pericial que hizo a instancias de la juez Torres.

'¡No disparéis, no disparéis!'

La joven malagueña que se encontraba cerca de Cabacas y que posteriormente le taponó las hemorragias en cabeza y oídos explica que "un hombre de rojo" disparó "todo el rato" en línea recta hacia donde se encontraba la víctima, que estaba en el lado izquierdo del callejón. Algunos agentes matizan que se disparó hacia la derecha y destacan que tiraron en "parábola". Varios impactos recogidos en los primeros pisos de las viviendas de alrededor demostrarían, según la Ertzaintza, que así fue.

La testigo explica que, cuando se iniciaron los disparos, se acercó con las manos en alto a los ertzainas y les gritó: "¡No disparéis, no disparéis!". Otras personas hicieron lo mismo. No les hicieron caso aunque los agentes la vieron y la escucharon -la ertzaina 1XXX7 explica, por ejemplo, que "unas jóvenes subidas en unas jardineras levantaban las manos y gritaban que parasen los disparos"-. Al poco tiempo, las agentes desplegados ya sabían de viva voz que había un herido tendido en el suelo. Alguien, además, avisó al 112 a las 23.40.31.

En paralelo, el suboficial 1XX3 había ordenado: "¡Que no dispare nadie más y todo el mundo detrás de las furgonetas!". Este policía declaró que miembros de "varias furgonetas" estaban disparando al callejón cuando gritó. Los agentes de rojo también lo creen, aunque los aludidos lo hayan negado. "Vi a otro agente portando arma larga y que vestía buzo azul. Por delante, colocado junto a la esquina izquierda del callejón, había otro binomio. Seguido, había otros cinco o seis ertzainas vistiendo buzo azul", afirmó 1XXX8.

Varios ertzainas de rojo y un mando de azul se acercaron hasta el lugar en el que había sido abatido Cabacas. La joven malagueña afirmó ante la juez que aporrearon o zarandearon a quienes le ayudaban. A ella, asegura, le agarraron del brazo con el que apretaba la herida del herido. Dice que insultó por instinto a los funcionarios. En el callejón se escucharon muchos más improperios. Por la radio, desde comisaría descartaron la tesis de que hubiera sido herido:"Se habrá desmayado".

El subjefe de la comisaría, presente de paisano en el lugar, ordenó replegar la fuerzar y formar un cordón en la entrada del callejón. Pero, como continuaban lanzando objetos a los agentes desde el fondo de la plazoleta, el ugarteko dio la polémica orden de "entrar con todo" a las 23.40.26. Ahí empezó una segunda carga muy intensa. Muchos presentes indicaron a la juez que en aquel momento el callejón estaba mucho más oscuro que al principio.

Los agentes dispararon detrás de donde estaba tentido Cabacas y quienes le auxiliaban recuerdan el sonido de las detonaciones. Los de rojo dispararon de nuevo, pero también un miembro de la furgoneta 22 -cinco veces- y otro de la Brigada de Refuerzo, que habían llegado de apoyo, usaron pelotas de goma. Las antidisturbios persiguieron a los alboratadores que querían neutralizar por el callejón hasta Licenciado Poza. Allí continuaron los incidentes e incluso está registrada la quema de contenedores. Tras la refriega hallaron una porra extensible y la Policía llegó a manejar como hipótesis que fuera eso y no un pelotazo lo que mató a Cabacas.

Entretanto, a las 23.58, aproximadamente, una ambulancia trasladó ya al joven gravemente herido al hospital de Basurto, donde moriría cuatro días después. A la semana de ocurrir los hechos, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, pidió perdón a la familia.

el 'caso cabacas' »

Aldekoa admitió que el operativo de Cabacas fue “francamente mejorable”

El jefe de la Ertzaintza dice que lo conoció, pero no participó “en su ejecución”

Juan Mari Gastaca Bilbao 30 NOV 2013 - 09:35 CET

Un día después de su muerte y cinco desde que Iñigo Cabacas fuera alcanzado por una pelota de goma que le disparó un agente de la Ertzaintza adscrito a la comisaría de Bilbao, el entonces máximo responsable de estas dependencias y hoy jefe de la Policía vasca, Jorge Aldekoa, admitió ante responsables del Departamento de Interior que el dispositivo dispuesto para sofocar estos incidentes tras un partido europeo del Athletic “era francamente mejorable”.

Los altos cargos socialistas apenas pudieron contener su perplejidad al escuchar esta valoración, hasta el punto de que uno de ellos planteó directamente al entonces consejero de Interior, Rodolfo Ares, que propusiera la presencia de Aldekoa en la lista de comparecientes ante el Parlamento vasco para explicar los pormenores de este suceso. Ares no lo consideró conveniente y acudió en solitario como máximo responsable de la cartera.

Aldekoa ha reconocido, según han trasladado a este periódico fuentes muy próximas a él, que en su condición de responsable de la comisaría de Bilbao “conoció” la planificación del operativo del denominado caso Cabacas, pero “no participó en su ejecución”. Además, añaden que Aldekoa, una vez “descartado” que sea la voz del jefe —Ugarteko— que dirigió las operaciones aquella infausta noche del 5 de abril de 2012, “no está imputado ni ha sido llamado a declarar ni a testificar por ninguna de las partes personadas en la investigación judicial, ni siquiera por la acusación particular”.

Fuentes próximas a la investigación recuerdan cómo el desencadenante de la actuación policial fue la existencia de “un herido” durante los incidentes posteriores al partido de Europa League entre Athletic y Schalke 04. Sin embargo, la Ertzaintza no identificó al herido hasta que, en la madrugada del jueves al viernes, Interior conoció casualmente que en el hospital de Basurto había sido ingresada una persona en estado grave, quien resultó ser Iñigo Cabacas.

Ningún cargo de la comisaría informó a Interior del uso de pelotas de goma

Mientras, ningún cargo policial había informado a la consejería del resultado del operativo, hasta el punto de que el propio Aldekoa, quien había acudido a presenciar en directo el partido en San Mamés, aseguró un día después que no se habían empleado pelotas de goma. En plenas vacaciones de Semana Santa, los mandos superiores y la dirección política de la consejería solo disponían de la primera versión facilitada por Aldekoa.

No obstante, todo quedó aclarado al día siguiente. Transcurridas 37 horas de la carga policial, tres agentes y el jefe de una furgoneta de la Ertzaintza, que ahora están imputados, confirmaron los disparos y el empleo también de pelotas de goma, un material que en ese tipo de zonas está prohibido. Hasta entonces, Interior era incapaz de hilvanar una secuencia acorde con la realidad de los hechos por la ausencia de datos oficiales de la propia comisaría, mientras crecía la indignación social y política por el mortal desenlace.

A su vez, la ausencia de información fehaciente multiplicó las conjeturas y lógicamente centró las responsabilidades políticas en los responsables de Interior. En el entorno de Interior se planteó incluso destituir a Aldekoa, un profesional a quien Ares siempre ha tenido en alta estima. Sin embargo, la proximidad del final del mandato del Gobierno López ahuyentó cualquier sanción contra el responsable de la comisaría de Bilbao, “porque se hubiera entendido como una vendetta contra un nacionalista”, reconocen hoy quienes siguieron de cerca este proceso.

En paralelo, EH Bildu, coalición soberanista que ha visto en esta actuación policial un claro banderín de enganche político, ha registrado sendas iniciativas en el Parlamento para aclarar el grado de responsabilidad del jefe de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa, en el operativo policial del caso Cabacas, según informó ayer por medio de un comunicado. Así, el parlamentario abertzale Julen Arzuaaga cree necesario la comparecencia de Aldekoa y de la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia.

arremeten contra jorge aldekoa

Familiares y amigos de Cabacas piden la suspensión temporal del nuevo jefe de la Ertzaintza

Han iniciado una recogida de firmas para que "no se premie" a los supuestos responsables
05.12.13 - 14:00 - EFE | BILBAO


Amigos y familiares de Iñigo Cabacas, entre ellos sus padres, han firmado hoy un escrito en el que solicitan al Departamento vasco de Seguridad que suspenda temporalmente el nombramiento del nuevo jefe de la Ertzaintza, Jorge Aldekoa, y también que se aparte a los responsables de la operación en la que murió el joven. La recogida de firmas ha comenzado esta mañana y finalizará a últimos de diciembre, con la previsión de sumar hasta 10.000 rúbricas, que se entregarán a la consejería de Seguridad.

En nombre de la plataforma de amigos de Cabacas, Vania San Martín ha informado de esta iniciativa en un acto celebrado en Bilbao en el que han estado presentes los padres del joven fallecido, Manuel Cabacas y Fina Liceranzu. En el texto que han leído, se indica que los firmantes "no consentirán" que la muerte de Cabacas quede impune, ni que se "premie" a los supuestos responsables, por lo que reclaman que se suspenda el nombramiento del nuevo jefe y se aparte del servicio a los responsables del operativo hasta que se esclarezca lo sucedido.

Jorge Aldekoa era el responsable de la comisaría de la Ertzaintza en Bilbao la noche en la que Cabacas recibió en la capital vizcaína el impacto de una pelota de goma, que le causó la muerte cuatro días después. Por estos hechos, que ocurrieron en abril de 2012, están imputados cuatro agentes; tres de ellos por cargar en la calle donde estaba Cabacas y el cuarto, el suboficial que les dio la orden.

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JUICIO POR LA MUERTE DEL AFICIONADO DEL ATHLETIC

El mando imputado de la Ertzaintza reconoce que ordenó cargar la noche que murió Cabacas

En una declaración ante la juez de más de cuatro horas, el suboficial se reafirmó en su primer testimonio, ofrecido en comisaría

13.02.14 - 00:14 - D. S. OLABARRI | BILBAO.

La juez debe decidir ahora los siguientes pasos; por ejemplo si pide más imputaciones

El suboficial de la Ertzaintza imputado por la muerte de Iñigo Cabacas reconoció ayer en sede judicial que ordenó cargar con pelotas de goma a los agentes que estaban a su cargo, pero también afirmó que recibió indicaciones desde la comisaría de Deusto para que desplegase a sus ertzainas en el callejón de María Díaz de Haro porque habían recibido el aviso de que había una persona herida en esa zona. La declaración de este mando, que se prolongó durante más de cuatro horas y que volvió a estar salpicada de problemas técnicos, cerró ayer las comparecencias de los cuatro ertzainas que han sido imputados por el Juzgado de Instrucción número 10 de Bilbao.

Las imputaciones de los tres ertzainas de base y el suboficial a cargo de la furgoneta a la que estaban asignados se basan, en gran medida, en las declaraciones que realizaron en comisaría días después de que Cabacas recibiese el impacto mortal de una pelota de goma en la cabeza. De hecho, como ya adelantó EL CORREO, estos 'escopeteros', que vestían de rojo, son los únicos que reconocieron haber apretado el gatillo aquel 5 de abril de 2012 ante los instructores que dirigieron la investigación interna. Sin embargo, varios testigos han afirmado que aquella noche se lanzaron más proyectiles de goma.

La declaración del suboficial de la Ertzaintza, que fue aplazada hace dos semanas, había generado grandes expectativas en la acusación particular, que representa la familia del joven hincha del Athletic. La letrada Jone Goirizelaia esperaba que su testimonio permita a la juez Ana Torres ampliar las imputaciones a otros mandos de la Ertzaintza. De hecho, todavía está pendiente de que se resuelva el recurso presentado por esta parte para que se amplíen la investigación hacia uno cuarenta ertzainas que participaron en el operativo de aquella noche desplegado tras el partido de Europa League entre el Athletic y el Schalke 04 alemán.

Según las fuentes consultadas por este periódico, la acusación particular ha realizado un gran número de preguntas al suboficial durante una vista en la que, a petición de Goirizelaia, se han escuchado las grabaciones de las comunicaciones internas. La juez también ha cuestionado al ertzaina por todos los asuntos relacionados con la carga. La defensa del mando, ejercida por el penalista Félix Rojo, ha insistido por su parte en el argumento de que la actuación de la Policía vasca fue correcta.

El suboficial ha defendido la misma versión que ofreció en comisaría. En este sentido, recalcó que recibieron una lluvia de objetos cuando acudieron al callejón a atender las llamadas que demandaban asistencia. Según algunas fuentes, también dijo que cuando informó a comisaría de que era imposible acceder a la zona, el responsable del operativo -denominado entre ellos 'Ugarteko'- les ordenó que se desplegasen en las inmediaciones. Las primeras cargas que el suboficial ordenó realizar a su unidad -compuesta por seis agentes- fueron disparos sin pelota. Después, tres de sus agentes -los otros se encargaban de funciones defensivas- realizaron ya disparos con proyectiles de goma.

Según los mismos medios, la juez debe decidir ahora qué pasos da para seguir la instrucción. En este sentido, además de resolver el recurso presentado por la acusación particular, puede decidir que se practiquen más pruebas si alguna parte lo pide o ampliar el número de imputaciones.