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Cuando veo la foto, dos cosas se me pasan por la cabeza.
La primera es que tengo ganas de "vengarme" en memoria del niño, de aquellos que le hicieron llorar. Tristemente, no será el único.
La segunda, me hace pensar en ¿por qué arriesgarme a que un día mi futuro hijo sea ese niño que llora? ¿para que complicarme la vida luchando por algo que gracias a X personas cada vez parece estar más lejos de arreglarse? ¿por qué la justicia junto los políticos, no nos apoyan a que sigamos luchando (no os apoyan a que sigaís luchando, hablando correctamente) para que no llore ninguna persona más la muerte de un padre, un marido, un hijo, un hermano?
Ahora mismo no me puedo poner en vuestra situación, pero sé, que algún día estaré en vuestra piel, llorando desemparado cuando un compañero muera asesinado. Lloraré cada pérdida como si fuera la última, pero no podré engañar a mi corazón, que sabrá que no será mi última lágrima. Las personas, que toman decisiones desde un cómodo sillón, no sabrán ponerse en la piel de todos aquellos compañeros que han perdido a su fiel amigo porque un indeseado quería un País Vasco independizado.
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