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Sobre la supuesta inofensividad del término picoleto y otras memecesHola:Nunca dejará de sorprenderme el atrevimiento al que mueve la ignorancia de la gente. Leía ahora un hilo titulado:
Duda sobre una multa que dicen que me han puesto, abierto (y cerrado ya, porque como dice la paremia latina:
Asini caput ne laves nitro…) por un joven, un pollo (sí, es despectivo aunque en el diccionario solo rece:
Hombre joven, aludido o invocado por persona de mayor edad.) que estaba molesto porque ante su acción de dirigirse a unos guardiaciviles como «picoletos», uno de ellos le había propuesto para sanción.
Es cierto que determinar qué constituye o no un insulto es difícil, ya que se halla sujeto a convencionalismos sociales y culturales. Hay palabras que por sí solas lo son y otras que no aunque por la intencionalidad o por la ironía se conviertan en algo todavía más hiriente y mordaz. Pero hombre, tanto el término como el contexto son inequívocos. Es cuestión de lógica: Uno en su intimidad puede llamar «viejos» a los padres, pero ante una tribuna llena de público de todas las edades, difícilmente se referirá así a ellos. Entra dentro de lo lógico que no lo haga pues va a haber muchos ofendidos. Y con razón.
Pillado, a uno no le queda otra más que reconocer su error. O recular si no ha habido tal error, pero el sentido común, que es el que dicta estas cosas, te dice que sí. Aunque claro, hablarle del sentido común, la moral y esas cosas tan antiguas a un joven que no sabe quedarse callado cuando toca, es como pedirle peras a un olmo. Varias generaciones se han criado sin valores constitucionales ni de ningún otro tipo. En la indefinición más absoluta. Estamos ante chavales, los mal llamados «de la LOGSE», que en vez de con referentes (profesores, padres, autoridades) se han criado con Internet. Por libre. Sin ataduras. Todo monte y nada de siembra. Y eso, sin atreverme a decir que es malo, es diferente. La herramienta es buena, pero como todas: hay que saber utilizarla. Y para el poco viaje de saber si
picoleto es o no un insulto no hacen falta tantas alforjas. Lo es. Pero como la ignorancia es así de atrevida tenemos que entra en el foro a demostrar lo contrario ¡es la monda! Va y nos escribe.
Imaginemos la historia. Chaval que ve muchos guardias y, para resultar ocurrente o ingenioso, les dice a los colegas: «¡Cuántos picoletos!». En tono de voz suficientemente alto para que aquellos le oigan. Desafiante, como suelen ser. «Total, qué me pueden hacer». Guardia que, lógicamente, lo oye (que no es que lo
escuche, es que lo
oye), que recoge el guante y que, muy en su derecho, expide receta. «Son trescientos». Chaval escocido en sus adentros por lo que cree ha sido un exceso de rigor, que regresa a casa y que, tumbado en la cama de su cuarto, mientras su madre prepara la cena que tan merecida tiene, se pregunta ¿realmente en este país se puede multar a alguien por insultar? ¿Pero si aquí se insulta a todo Dios? ¿Cómo va a ser eso posible si este es un país libre y la libertad radica en eso, en decir lo que se piensa y no en pensar lo que se dice?, tiene que haber algún error. Y claro, va al manantial donde se sacia la ignorancia y se sustenta la cultura toda: el arúspice telemático. Consulta por Internet en su móvil de última generación provisto de ADSL que su padre paga, tal y como es su obligación paterna, y, tras de un rato se topa con el Código Penal y ahí se entera, ¡Oh, cielos, Leoncio!, de que no sólo no se debe sino que no se le puede faltar al respeto a un agente de la autoridad. Que esa actitud es una falta. Y sancionable. Persiste, tiene que estar mal. Habrá algún resquicio legal. Porque ¿es
picoleto un insulto como para que pueda constituir una falta de respeto, una ofensa? A lo mejor no. Entonces consulta el
DRAE, ese libro que hasta el momento nunca le había sido necesario. ¡Salvado!, viene recogido el término:
Miembro de la Guardia Civil. No dice nada de que sea un insulto, luego: no es un insulto. ¿Y esto que pone a la izquierda «jerga»? Otra consulta: El lenguaje que usan entre sí los individuos de ciertos grupos. Ah, claro, grupo, mi pandilla, el argot juvenil. Lo propio de mi edad. Por tanto lo que hablamos los chavales nunca entra en conflicto con lo que los mayores consideran despectivo o falta de respeto. Bueno, entonces esto es un problema de interpretación entre lo que yo he querido decir y lo que el otro interpreta que he dicho. A lo que hay que sumar que él, el guardia, al no haber consultado como un servidor el RAE, ha creído que estaba nada menos que insultando a la Guardia Civil entera. Mala fe, prejuicios e ignorancia, todo ello unido en un mismo paquete y bajo una sola gorra. Soy una víctima. Siguiente paso:
recurrir. Eso que tanto sale por la red que hace la gente últimamente y que por sólo hacerlo se libra uno. Que no es por faltar, aunque fuese un faltoso, es que se lo tomó a mal porque no sabe de jergas ni de argots. Ahora que recuerdo «zorra» no es un insulto si mi intención es llamar a una «lista y astuta». Da igual que sea en medio de una discusión y a gritos. No importa el contexto ni la intencionalidad. La duda sobre la interpretación queda resuelta porque hay una acepción del diccionario que así lo confirma. La duda, qué cosas, siempre me dará la absolución.
«¡Señoría, es usted un marrano! Pero claro, un marrano en su significado de converso, no se vaya a pensar usted otra cosa, por favor.»
Y para recurrir con buen tino qué mejor que consultarles a los propios policías.
Entonces, chaval que para recurrir con tino va y entra en un foro de policías donde sabe, a buen seguro, que habrá muchos otros «picoletos» como el sancionador, pero aquí no conviene pasarse, y entra, eso sí, detalle observable, respetuosamente. Nada de utilizar el «argot juvenil». Nada de maderos, guindillas ni picoletos. Que uno será joven que osa usar de sus derecho a la libre expresión (irrespetuoso) pero no gilipuertas. Y lo suelta: Ayudadme. Tuve un altercado con un guardia civil por llamarlo picoleto ¿Cómo lo puedo hacer para recurrir la multa?, ya que para mí, creo que es un castigo desmesurado.
Lógicamente no le valen de nada las lógicas respuestas que le dan empecinado en que la palabra no constituye por sí misma insulto. Tampoco, en rigor, la palabra
imbécil figura en el RAE como insulto o como despectiva. Advierte, tan solo, que puede utilizarse como sustantivo. Y creo que nadie discutiría que lo es.
Palabras. Usa el joven las palabras sin saber qué significan y pretende pontificar sobre una.
¿Altercado? Vaya palabra.
Altercado, de altercar: Disputar, porfiar. ¿Tuvo vuesa merced porfía o pendencia con el benemérito? No, no la tuvo. Tuvo más bien un
cambio de impresiones. ¿Falto usted al respeto? Sí. La pena, el castigo o penitencia es pagar para saber lo que ya sabía: No la hagas, no la temas. Sale más barato.
El significado que para un grupo profesional o social, tenga una determinada palabra se basa en cómo explican esos miembros el propio motivo: culturales, marginales, etc. Una pandilla de amigotes no conforma un grupo social ni profesional. No cabe, por tanto, apelar a la jerga. Es una chorrada. Es como si yo me dirijo a un portero de discoteca llamándolo «gorila», pero en argot profesional ¿eh? Siempre será despectivo a menos que seamos amigos y entre dentro de nuestras costumbres o manías. Por otro lado y hace tiempo las jergas solían ser el habla de los rufianes.
Que igual que para dirigirse por escrito en el foro sabe cuál es el verdadero nombre propio del instituto armado y de sus miembros, podemos colegir que también sabe el carácter despectivo que entraña usar el que usó para reírse con sus amigotes.
Que es observable y discernible que cuando osa, directa o indirectamente, llamarle «picoleto» a un guardiacivil en sus mostachos o en su nuca (por la espalda), no se hace por retórica o por utilizar un sinónimo del rico acervo lexicográfico de nuestro idioma, sino que o bien es por insultar, o bien por faltarle deliberadamente al respeto o bien por ser desconsiderado con él, o por las tres.
Y que ya no es tanto pro la persona que va dentro del uniforme sino por la autoridad que representa.
Dice más adelante: «Lo entiendo, pero me gustaría
discrepar con [sic] un par de cosas que ha dicho. Yo no me dirigí a ellos como picoletos, sino que era una conversación entre unos amigos. En serio, lo digo de verdad, para mi [sic] picoleto no es un insulto, y no solo lo digo yo, lo dice incluso un diccionario de carácter oficial como pueda ser la RAE». Pasaremos por alto que alguien tan quisquilloso con los significados debería saber que la preposición que rige el verbo
discrepar es
de, no
con. Pero vamos al tema. Su referencia al
DRAE es tan inconsistente como apelar a que en derecho uno puede decir lo que quiera si es una conversación privada entre amigos. Los diccionarios suelen advertir si una palabra da idea de menosprecio en su significación (peyorativo). No siempre, he puesto antes el ejemplo de
imbécil. No es el caso de picoleto, es cierto, de quien nada más fija su carácter jergal y propiamente español (en Hispanoamérica no sirve), si bien eso no quiere decir ni que no lo sea ni que sea inofensivo e inocuo, y que su uso no constituya una insolencia, lo cual, es evidente, salta a todas luces. Si se tienen, claro. Hace mucho tiempo que los guardias no llevan sombrero de picos, sin embargo era costumbre entre el populacho motejarlos así por su gorra característica. Motejar es costumbre muy española, para de manera encubierta ser insolente. Ser insolente lo es también, y ancestral además. Se moteja y se es insolente a un mismo tiempo, de ahí las jergas. De ahí que muchas de ellas, al pasar a la lengua, se recogieran en el diccionario.
Teniendo en cuenta que insultar es una acción mediante la cual le perdemos a alguien el respeto y con la que exteriorizamos desdén y desaprecio y que habiendo muchas otras posibilidades para referirse educadamente a un guardiacivil (agente, guardia, benemérito, etc.) sin el claro matiz insultante que porta en su ADN
picoleto, el que así se conduce en la vida no lo hace por ningún otro motivo que por faltar.
Por lo general, el
animus insultandi, o voluntad maldiciente, se saca muy bien por el contexto. Suele aparecer en aquellos ambientes poco inteligentes nada más que para hacer gracia y a fin de que todos se rían; es una de las formas más fértiles de mostrar el ingenio quien lo tuviere, y de enseñar su mala índole o mala baba quien es radicalmente malo y cruel. Desafortunadamente para el infractor a un semejante no, pero faltarle al respeto a un agente de la autoridad sí está tipificado y, por tanto, penado.
Un saludo.Ver también:
guardiacivil.