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El Islam no es una religión, ni un culto. En su totalidad es un sistema o forma de vida. El Islam tiene factores legales, sociales, económicos, educativos, culturales y religiosos que se entrelazan íntimamente unos con otros creando un todo. Y tiene un componente militar como una de las ramas que preocupan al resto de sociedades no musulmanas.
El componente religioso es el tronco de donde se ramifican el resto de componentes o ramas.
La “islamización” de un grupo humano comienza cuando hay un número suficientes de creyentes musulmanes para agitar la sopa social del grupo que hayan infiltrado.
Cuando sociedades políticamente correctas, tolerantes y abiertas, culturalmente diversas, acceden a las demandas religiosas de los musulmanes, algunos de los otros componentes de la sociedad islámica tienden a irse superponiendo también en esa sociedad.
Así funciona:
Mientras la población musulmana esté alrededor del 2% del país de acogida, se les puede considerar como una minoría pacífica y amante de la paz. Y no suponen una amenaza contra el resto de ciudadanos. Este es el caso de los siguientes países:
Estados Unidos 0.6%, Australia 1.5%, Canadá 1.9%, China 1.9%, Italia 1.5%, Noruega 1.8%.
Entre el 2 y el 5%, se comienza a captar “creyentes” desde, en principio, minorías étnicas distintas y grupos marginales, a menudo gente procedentes de bandas callejeras en incluso de ex reclusos (quienes por cierto tienen todo el derecho a apuntarse a la opción que quieran, eso está claro). Esto está ocurriendo en :
Dinamarca 2%, Alemania 3.7%, Reino Unido 2,7%, España 4%, Tailandia 4.7%.
A partir del 5%, tienen una tendencia inequívoca a querer influir excesivamente en el grupo en proporción a su número. Por ejemplo, empezarán a presionar para que se introduzca comida Halal, que es comida pura según algunos raseros y de ahí, intentando que esas cadenas de producción alimentaria sea controlada por musulmanes. Incrementarán la presión sobre cadenas de supermercados para que ofrezcan este tipo de comida en sus estanterías, incluyendo amenazas más o menos veladas por si esto no se cumplimenta. Esto ocurre en:
Francia 8%, Filipinas 5%, Suecia 5%, Suiza 4.3%, Holanda 5.5%, Trinidad y Tobago 5.8%.
En este punto comienzan a trabajar para presionar a los gobiernos para que les permitan autogobernarse en sus reductos o guetos bajo la sharia, la ley islámica. De hecho, el objetivo último de esto es establecer la sharia en todo el mundo.
Cuando se acercan al 10% de la población, tienen una tendencia inequívoca a promocionar la marginalidad ante la ley y la rebeldía, y se utiliza esto como excusa para quejarse de las condiciones en las que viven. En Paris, por ejemplo, son comunes la quema de coches aparcados. Hay una sistemática oposición a cualquier acción o legislación no musulmana se toma como una ofensa al Islam y tiene como resultado revueltas y amenazas. Cosa que ha ocurrido en Amsterdam ante la publicación de viñetas satíricas del profeta Mohamed. Y esto se ve cada día (si se presta atención a la calle, claro), con una tensión creciente entre comunidades, en países como:
Guayana 10%, India 13.4%, Israel 16%, Kenia 10%, Rusia 15%.
A partir del 20%, se pueden esperar revueltas preocupantes, formación de milicias jihadistas y la quema de templos y símbolos de otras confesiones, así como asesinatos esporádicos. Como por ejemplo en:
Etiopía 32.8%.
[b]a PARTIR DEL 40% las naciones experimentan masacres generalizadas, problemas de terrorismo generalizado y creación de milicias como en:
Bosnia 40%, Chad 53.1%, Líbano 59.7%.
A partir del 60% se produce la persecución total de otras confesiones religiosas y otros modos de vida, incluyendo musulmanes considerados laxos o contestatarios. El término “limpieza étnica” comienza a tomar sentido, uso de la sharia como un arma y un impuesto especial (lo juro!) sobre los infieles. Esto pasa en:
Albania 70%, Malasia 60.4%, Qatar 77.5%, Sudán 70%.
A partir del 80% puedes esperar jihad generalizada y violenta e intimidación a todas horas, limpieza étnica promovida por los gobiernos y genocidio (matanzas vamos, esto de genocidio es una palabra muy popular pero muy difícil de probar), con el objetivo de terminar con las minorías y llegar al 100%. Esto pasa o empieza a pasar en países como:
Bangladesh 83%, Egipto 90%, Gaza 86.1%, Indonesia 86.1%, Irán 98%, Iraq 97%, Jordania 92%, Marruecos 98.7%, Paquistán 97%, Palestina 99%, siria 90%, Tayiquistán 90%, Turquía 98%, Emiratos Arabes Unidos 96%.
Aquellos que tienen un 100% de musulmanes, gozan de paz o Dar-el-salam (la casa de la paz). Y se supone que hay paz porque todo el mundo es musulmán, las madrasas son la única escuela y el Corán la única ley multiusos. Esto pasa en:
Afganistán, arabia Saudí, Somalia y Yemen.
Desgraciadamente, nunca hay paz verdadera en estos países del 100%. Ya se encargan los radicales de difundir el odio y de matar a musulmanes moderados.
Esto está sacado de un libro de Leon Uris titulado “the Haj” (no sé la traducción al castellano) y dice:
“Antes de los nueve años aprendí los cánones básicos de la vida árabe y que era:
Estoy yo contra mi hermano
Mi hermano y yo contra nuestro padre
Mi familia contra mis primos y el clan
El clan contra la tribu
La tribu contra el mundo
Y todos nosotros contra el infiel.”
Es importantísimo darse cuenta que en países con una población musulmana bien por debajo del 100%, como es el caso de Francia, esas minorías viven en guetos, y en estos guetos la población es 100% musulmana y se rigen por la sharia. En muchas ocasiones, la policía no entra en estos guetos. No hay juzgados, escuelas, templos de otras confesiones, y en esta situación no se produce una integración de estas personas en el país de acogida. Los niños solo van a las madrasas, solo se aprende el Corán. Incluso la asociación con los infieles puede ser un crimen castigado con la muerte. En muchas de estas zonas, el Imán o los radicales tienen más influencia que los propios gobiernos y que la sensatez podría indicar.