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El día 22 de abril de 1.853 se concedió plaza en la recién creada Compañía de Guardias Jóvenes a Leandro García Fernández, ingresando en primero de junio, a la edad de ocho años, dos meses y dieciocho días. Se le adjudicó el número uno en el orden general de una relación que supera en estos momentos los veintidós mil quinientos educandos (no obstante el primer Guardia Joven que salió del Centro fue Manuel Talón Domínguez, en el año 1.855); el mismo número le fue adjudicado el día 5 de noviembre de 1.856, cuando se empezó a conceder el número de colegial, ya en la localidad de Valdemoro. En 1.878, siendo Sargento 1º, marchó a París –un adelantado, ¿no?- con cuatro meses de licencia, al objeto de estudiar en la exposición de Adelantos de la Tipografía. Fue, en el empleo de Alférez, Regente de la Imprenta del Cuerpo. La dirección del Establecimiento en su inicio estuvo a cargo del Subteniente graduado, Sargento 1º, don Tomás María Pérez y Rodríguez. Tuvo la Compañía su primera ubicación en el Cuartel de San Martín, sede del primer Tercio de la Guardia Civil en Madrid, pasando ya con doce alumnos el día 31 de julio a la localidad de Pinto y, desde ésta, a la Villa de Valdemoro, con cincuenta y cinco jóvenes, el día 26 de marzo de 1.856, a un edificio, antigua “Real Fábrica de Tapices y Paños Finos del Reino” denominada “Los Longistas”, a quienes nosotros hemos apodado y así reconocemos sin otra añadidura como “El Corralillo”, transformado actualmente en parque, conservando, eso sí, lo que podríamos considerar su antiguo perímetro, algo reducido si acaso, siendo ya definitivo el asentamiento con el trasladado a unas instalaciones construidas en el mismo término municipal, inaugurado en el curso escolar 1.972/73., siendo Director del Colegio el Coronel don Ángel Pérez Macías, y Director General del Cuerpo el Teniente General don Carlos Iniesta Cano. Si nos apuran diremos que en más de una ocasión se han oído campanas –con o sin fundamento (estamos en disposición de demostrarlo documentalmente)- del traslado del Colegio a otros lugares, sin que la iniciativa haya prosperado, e incluso de incorporar en él, que luego lo fue en Getafe, el Colegio de Oficiales del Cuerpo.
LA “RESEÑA HISTÓRICA”
No pretendemos, por la imposibilidad física que supone, reunir en unos pocos folios ciento cincuenta años de historia, corridos en paralelo con la Guardia Civil, a la que pertenecieron primero los padres de los alumnos que han desfilado por este Centro de Enseñanza, luego profesión de la mayoría de ellos, según veremos en los gráficos que acompañan a este escrito, haciendo abstracción de los episodios políticos y sociales que en los primeros años, especialmente en la segunda mitad del siglo diecinueve, obligó al Cuerpo a estar en actividad permanente, lo que supuso, entre otras consecuencias y como resultado, la creación de la Compañía de Guardias Jóvenes “... ante las bajas que se producían entre los Guardias Civiles, bien como consecuencia de heridas recibidas en acto de servicio, o por enfermedad...” Sugerimos al estudioso de sus primeros treinta años, recurra al libro titulado “Reseña Histórica y Orgánica del Colegio de Guardias Jóvenes desde su fundación en 1853 hasta fin de 1881”, disponible en la Biblioteca Nacional (signatura: 1/61664), copia en la de la Dirección General, editado en el año 1.883, del que es autor Andrés Molinero y Gómez Cornejo, quien fue Guardia Joven y luego profesor del Centro, el cual pasó largos años en Ultramar hasta el empleo de Capitán, concretamente en la Isla de Puerto Rico, de quien he hecho un largo seguimiento, hasta su fallecimiento en Valdepeñas, de donde era natural, motivado por una grave enfermedad tropical adquirida en la isla. El actual Coronel Director del Colegio, don Antonio Benítez Paniagua, se encuentra en estos momentos confeccionando una reedición del mismo, como una de las actividades de este 150ª Aniversario.
COLEGIO DE GUARDIAS JÓVENES “DUQUE DE AHUMADA”
Pero el Colegio de Guardias Jóvenes “Duque de Ahumada”, que es el nombre actual de la en principio Compañía, oficialmente desde el año 1.956, aunque el Reglamento del Colegio del año 1.934 ya le da esa denominación, sí digamos que al aumentar el número de alumnos y, por tanto, el de mandos, la dirección del Centro fue ocupada por distintos empleos hasta llegar al actual de Coronel. El Colegio ha sido Comandancia de segundo clase, cuando lo ha mandado un Comandante, y de primera cuando un Teniente Coronel. Actualmente la dirección la ejerce un Coronel –ese es el empleo de los Directores del Colegio desde el año 1901, casi sin excepción-. En su régimen interno, los alumnos del Colegio forman una Agrupación Táctica compuesta por dos Batallones, al mando de un Teniente Coronel. La uniformidad ha ido, en lo posible, a semejanza de la utilizada en el Cuerpo, con ligeras variaciones, e incluso, en ocasiones como el resto de Academias Militares. Las letras “GJ” –Guardia Joven- del emblema y chapa del cinturón, han sido y son sus distintivo característico. No entramos en otras apreciaciones porque la idea es hacer un recorrido un tanto atípico a lo largo de la existencia del Colegio. Lo cierto es que los alumnos del Colegio, una vez cumplidos los dieciséis años, son filiados, y el tiempo que permanecen desde ese momento en el Centro será considerado como de servicio activo, válido para retiro, premios de constancia y efectividad, también para el cumplimiento del servicio militar y, por Orden de 22 de abril de 1.963, en la que se dispone el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo, a instancia del señor Melero –antiguo Colegial-, sea también válido a efectos de trienios. La edad fijada en la convocatoria de acceso impide en la actualidad sacar provecho a esa circunstancia.
¿CAPITÁN GRADUADO, TENIENTE DE INFANTERÍA, ALFÉREZ DEL CUERPO?
Como curiosidad, y haciendo un inciso en el tema que nos ocupa, queremos comentar lo siguiente: “Por Real Orden de 11 de abril de 1.857 fue confirmado en el mando de esta Compañía, el Capitán graduado Teniente de Infantería, Alférez del Cuerpo, don Francisco de Paula Meler y Salazar”. Y uno se pregunta: ¿Capitán, Teniente o Alférez? Para mí, y respeto cualquier otra opinión más documentada, el señor Meler era inicialmente Teniente del Ejército. Por los méritos que fueren obtuvo la graduación de Capitán que, al ascenso, le colocaría, supongo, en la cabecera de la promoción, con un importante adelante con el resto de sus compañeros. Tendría en sus distintivos de empleo esa circunstancia (recuérdese que la divisa de Capitán era una charretera sobre cada hombrera; Teniente, charretera sobre el hombro derecho, capona -charretera sin flecos: pala y puente- sobre el izquierdo; Alférez, charretera sobre el hombro izquierdo, capona sobre el derecho. Las estrellas de ocho puntas -sí, de ocho puntas- y los galones correspondientes de Oficiales en la manga vendría en 1.858. Lo de Alférez podría ser por diversas razones, pero me apunto por la de que en el Colegio, en ese momento, quizá no hubiese otra vacante que la de Alférez, y por ese empleo obtuvo el destino. Y ahora la pregunta final: ¿de qué empleo eran sus emolumentos?
¿COLEGIO DE HUÉRFANOS?
El Colegio de Guardias Jóvenes no ha hecho este largo recorrido a través de ciento cincuenta años en solitario. No es, este Centro de Enseñanza, un Colegio de huérfanos de la Guardia Civil en la actualidad, pero sí lo ha sido durante has etapas de su existencia, digamos la última, por no dilatar el contenido de este escrito, la que señala el Reglamento del Colegio del año 1.940, cuando se reabre después del paréntesis de la Guerra Civil, exclusivamente para este Centro -siendo independiente del mismo la Sección de Huérfanos que recogían los anteriores-, en el que ya estaba integrado el extinguido Colegio de Huérfanos de Carabineros de El Escorial. El día 16 de octubre de 1.954 se ampliaron los beneficios de ingreso a los hijos no huérfanos del personal del Cuerpo en “activo servicio o retirado”, ampliado el año 1.976 a los hijos de “licenciados a petición propia”, no obstante la natural preferencia a los huérfanos en sus diversas situaciones. El último Reglamento, como tal, es de 1.982, que aquí no desarrollamos, como los otros diez anteriores, por falta de espacio, como tampoco los distintos Reglamentos Orgánicos –o no- de Huérfanos.
SECCIÓN DE JÓVENES Y SECCIÓN DE HUÉRFANOS
Pero volvamos atrás. Desde el momento en que se inician las construcciones –o los proyectos- de los Colegios “Marqués de Vallejo” e “Infanta María Teresa” (estando presente S.M. el Rey Alfonso XII en el inicio de las obras del primero, y S.M. el Rey Alfonso XIII en la inauguración del segundo), cada uno en su momento, inaugurados oficialmente en 1.885 el uno (para huérfanas), y en 1914, el otro (para huérfanos), se modifican sustancialmente los Reglamentos que resultan afectados, sean en conjunto o diferenciados. Asimismo, en el Colegio de Guardias Jóvenes se crea, con separación de profesorado, aulas, comedores, etc., una Sección de Huérfanos con alumnos menores de 16 años, que irán pasando gradualmente al de Jóvenes al cumplir la edad reglamentaria, o al de Infanta María Teresa –donde había otra Sección- , para estudiar alguna carrera si tiene disposición para ello, en cuyo Colegio se crea un Grupo de Preparación Premilitar, luego Grupo de Instrucción Premilitar, cuyos componentes pasarían al de Jóvenes al cumplir los dieciséis años. Debemos dejar constancia que los Colegios de Huérfanos han estado bajo la tutela de la Asociación Pro-Huérfanos del Cuerpo, y que han existido otros diecisiete Colegios, además de los tres reseñados, donde ha habido huérfanos de personal de la Guardia Civil, mezclados con los de otros estamentos y particulares-, que sería objeto de un detenido estudio, que ya hemos iniciado.
EL GRUPO
Sorprende, quizá por lo inusual, que la Escuadra de Gastadores del Colegio –si no decimos lo contrario nos estaremos refiriendo al de Guardias Jóvenes, si de otro se tratara lo especificaríamos expresamente-, en determinada época, eran los alumnos más pequeños. Nos recuerda el General Constantino, que ingresó en el año 1.926, donde su madre estaba empleada al quedar viuda el año anterior, cómo la habían encargado del cuidado del “Grupo”, unos once huérfanos de padre y madre –menos él que sólo era de padre-, menores de diez años, a quienes el Cabo Montblanc, encargado de la oficina de la Sección de Huérfanos, les enseñaba instrucción militar, porque en las ocasiones extraordinarias formaban una escuadra de gastadores de gran gala, uniforme azul y rojo y pantalón blanco, llegando a ir a algunas Comandancias del Cuerpo con motivo del acto de entrega de banderas al advenimiento de la Segunda República. Primitivo Moreno, también como componente de la escuadra, nos has relatado algunas anécdotas al respecto. Los mayores los utilizaban como “correo” con las huérfanas de Juncarejo, hasta cuya finca y Colegio daban largos paseos cuando el tiempo lo permitía, bajo la atenta mirada de doña Manuela.
LA PRIMERA BANDERA
Por R.O. de 8 de marzo de 1.854 se dotó al Cuerpo de Bandera que quedó a cargo del Primer Tercio para su custodia. El día 23 de enero de 1.878, la Compañía de Guardias Jóvenes, con escuadra, banda y música, tomó parte en la parada militar que se celebró en Madrid con motivo del enlace matrimonial de S.M. el Rey don Alfonso XII con S.A.R. la Infanta doña María de las Mercedes. Don Bernardo Castells, fabricante de efectos militares de Barcelona, observó que la citada Unidad no llevaba Bandera y sí la de Carabineros Jóvenes, por lo que acordó regalar una Enseña Nacional a la de Guardias Jóvenes. Su ofrecimiento fue aceptado, con la debida aprobación de S.M. el Rey, dictándose en 23 de abril de 1.878, la Real Orden. El 9 de noviembre, bajo la presidencia del Director General, tuvo lugar la recepción y bendición de la Enseña Patria, prestando seguidamente juramento de fidelidad a la Bandera, que ya lo era del Establecimiento, los Guardias Jóvenes. Acompañamos un guión dibujado por el Sr. Calvo en 1.992, remitiendo al lector a su visión directa, dejando para otra ocasión si lleva acolada la Cruz –o Aspa- de Borgoña, o de San Andrés, y porqué, en detrimento, todo se andará, de la heráldica y de la vexilología, de cuyas ciencias sentimos no poder dar conocimiento.
LA ESTATUA DEL DUQUE DE AHUMADA
Pecado imperdonable sería no hacer aunque sólo sea una ligera referencia a la estatua del fundador de la Guardia Civil y del Colegio, “el abuelo” como fue llamado cariñosamente, el Excmo. Señor don Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y Enrile, II Duque de Ahumada y 5º Marqués de las Amarillas. Abierta una inscripción para su erección en el año 1.882, se colocó precisamente en la plaza que lleva su nombre en la Villa de Valdemoro, compuesto de dos peldaños de gradería de granito, zócalo del pedestal de mármol gris de Bardillo, basamento de piedra blanca dura de Almorquí, sigue un dado de igual piedra, y unos carteles tallados en mármol blanco de Italia, con las siguientes inscripciones: “Al Excmo. Señor D. Javier Girón y Ezpeleta, Duque de Ahumada, organizador y primer Inspector General de la Guardia Civil.” “El Duque de Ahumada nació en Pamplona el 11 de marzo de 1.803. Murió en Madrid el 18 de diciembre de 1.869. Se erigió este monumento por suscripción entre las diversas clases del Instituto, en justo homenaje á la memoria de su ilustre organizador, inaugurándose en 1.892, año XLVIII de la creación del Cuerpo.” El friso cornisamento general, es también de piedra blanca, labrado con adornos. La estatua, fundida en bronce es de dos metros de altura, y se halla en traje de capote y de montar, con sombrero puesto, y mostrando en la mano derecha un pliego que representa la Real Orden de fundación del Colegio de Guardias Jóvenes. El autor del monumento es el señor Nicoli. En los lados derecho e izquierdo del dado se han colocado otros carteles: “El 10 de junio de 1.864 S.M. la Reina Isabel II nombró protector de este Colegio de Guardias Jóvenes a S.A.R. Don Alfonso de Borbón Príncipe de Asturias. En el día de hoy S.A.R. Don Felipe de Borbón Príncipe de Asturias ha presidido los actos de renovación de este Real Patronato. 27 de junio de 1.995.” “La Asociación de Antiguos Alumnos de los Colegios de la Guardia Civil como homenaje al viejo Colegio Duque de Ahumada y como tributo de gratitud al que fue semillero de formación y escuela del honor durante tantos años. 28 de marzo de 1.971.” Actualmente la estatua se encuentra instalada en el Patio de Armas del Colegio, delante del pabellón de aulas. Es el momento idóneo de colocar otro cartel, pero ¿dónde?
EL DERECHO A GALONES
Uno de los beneficios de la permanencia durante varios años en el Colegio es la de conseguir el ansiado derecho a galones, siempre que se obtenga la calificación de sobresaliente o muy bueno. Prescindiendo de los antecedentes, por lo que respecta a los elegibles, entramos de lleno en el Reglamento Orgánico del Colegio de Guardias Jóvenes de 1.912, en el que se instituye lo que será en adelante la Escuela de Cabos. El art. 92 preceptúa que “...éstos han de permanecer un año más en el Colegio y que de ser aprobados, causarán alta en el Cuerpo a los 20 años y a los dos de servicio, precisamente en Puesto, serán promovibles a Cabo”. No menos de veinte disposiciones oficiales varían a través de los años, confirmando, modificando las edades y los tiempos de permanencia en los empleos, creando exámenes de revalidación, estableciendo un porcentaje con respecto a los alumnos del Centro, matizando la nota a alcanzar en las Comandancias y un largo etcétera, un tanto desconcertante, si cabe, hasta quedar sin efecto en el Curso escolar 1.995/96.
EL COLEGIO –LOS COLEGIOS- DESDE 1.936 A 1.939.
El día dos de noviembre de mil novecientos treinta y seis –corríjannos si la fecha no es exacta-, en unos camiones Hispano Suiza, trasladaron a los alumnos que quedaban en el Colegio de Guardias Jóvenes hasta el de Infanta María Teresa de Madrid. Allí estaban los huérfanos que no habían podido ir, o habían regresado de vacaciones, a los que se unieron también las huérfanas que procedían de Juncarejo. Al día siguiente una caravana de camiones viajó durante toda la noche, superando los controles a su paso, con alumnos de los tres Colegios, hasta detenerse en el Balneario o “hervideros” de la Fuensanta, de la provincia de Ciudad Real –Ciudad Roja, entonces-, en pleno Campo de Calatrava, estableciéndose en las instalaciones del balneario; una parte noble, por llamarla de alguna manera, y unas casetas que fueron de los obreros, detrás. No digo donde fueron a dormir los Guardias Jóvenes, pero imagínenselo. Obviamos las vicisitudes por las que pasaron para ir directamente al 5 de mayo, o al 14 de junio de 1.938 (en esto no se ponen de acuerdo al recordarlo sus protagonistas), en que embarcaron de nuevo en diversos vehículos hasta una finca denominada “La Torreta”, edificio propiedad del Conde de Casa Rojas, en la localidad de Aguas de Busot de la provincia de Alicante, que había sido requisado por el Estado para satisfacer sus propias necesidades de reagrupación de efectivos pasivos no combatientes. Algunos alumnos que quisieron estudiar bachillerato se establecieron en Espinardo, localidad de la provincia de Murcia, en un grupo escolar perfectamente organizado, a unos cuatro kilómetros de la capital, hasta el 29 de marzo de 1.939 en que acabó la contienda en esa provincia, haciéndose cargo de los alumnos el Capitán don José del Valle, antiguo profesor del Colegio. El 9 de mayo de 1.939 marcharon a casa, pasándoles una pequeña pensión –unas 45 pesetas- a través de los respectivos Comandantes de Puesto, hasta la apertura de nuevo de los Colegios en el año 1.940, siéndolo en el mes de octubre la Compañía de Instrucción de Valdemoro. Durante este tiempo –1.936-1.939-, el Colegio pasó a denominarse “Colegio de Huérfanos del Cuerpo de Seguridad-Grupo Uniformado”, y al cumplir la edad de 19, 18 o, en ocasiones, 17 años, pasaron a prestar servicio en la Guardia Nacional Republicana o en el Cuerpo de Seguridad y Asalto, o a algún otro puesto de riesgo en la contienda. Los que no volvieron al Colegio después de las vacaciones de 1.936, algunos cumplieron servicios auxiliares en los Puestos, e incluso fueron Guardias Civiles Provisionales, o siguieron los avatares de la guerra, de cuya intervención tenemos documentado conocimiento por las declaraciones juradas de algunos de ellos, con posteriores depuraciones, incluso. Los Colegios de Valdemoro fueron convertidos en “Hospitales de Sangre” –1937 el de Juncarejo, 1938 el de Jóvenes-. Sor Modesta Rojo, profesora que fue de Juncarejo, estuvo en ellos como enfermera, según nos cuentan, preocupándose, en lo que pudo, de la conservación de los mismos. Valdemoro quedó inicialmente en zona republicana hasta el 31 de octubre de 1.936.
UN LISTADO GENERAL DE ALUMNOS
Con la vista fija en el año 2.003, y al 150ª Aniversario de la creación del Colegio, hemos editado un libro que bajo el título de “Vicisitudes de los alumnos del Colegio de Guardias Jóvenes, 1.853-2.003”, relaciona por orden alfabético de apellidos y nombres, los 22.234 alumnos que han pasado por sus aulas, o al menos, los que hemos conseguido localizar, además de los 251 que saldrán de Guardias en el mes de junio. De él se ha hecho una copia en soporte CDROM con el programa Adobe Acrobat. Contiene, además de cien páginas de texto sobre determinados temas del Colegio, fotografías en blanco y negro y color, y dos series de gráficos, una referida a las Comunidades de nacimiento –y dentro de ellas por provincias- y otra distribuida por Décadas, donde señalamos los que han salido de Guardias anualmente, los que han fallecido y los que han causado baja. Ni el libro ni el CDROM se encuentran a la venta, al haber sido sufragados por diversas Instituciones –Asociación Pro-Huérfanos, Colegio de Guardias Jóvenes, Asociación de Antiguos Alumnos, Iltmo. Ayuntamiento de Valdemoro, etc.-, a las cuales se han proporcionado diversos ejemplares, como a las Bibliotecas correspondientes. No obstante, si hubiese especial interés por adquirir algún CDROM, diríjanse a la dirección del correo electrónico que figura tras el nombre del autor, y le será enviado previo abono de los gastos de embalaje y franqueo.
DE DÓNDE SOMOS Y CUÁNTOS
Sin contar con la Promoción presente en el Colegio, nuestra procedencia es: Andalucía, cinco mil cuatrocientos diecinueve alumnos (Málaga 1.019, Cádiz, 781; Córdoba, 768; Sevilla, 716; Granada 677; Jaén, 611 y Almería, 404) . Le sigue Castilla y León con tres mil seiscientos treinta y cinco (Salamanca, 605; Burgos, 596; Zamora, 584; León, 495; Valladolid, 335; Ávila, 286; Soria, 251; Palencia, 243 y Segovia, 239). Castilla-la Mancha, mil novecientos noventa y cuatro (Toledo, 542; Ciudad Real, 500; Cuenca, 417; Albacete, 301 y Guadalajara, 234). Extremadura, dos mil novecientos setenta y dos ( Cáceres 1.046 y Badajoz, 963). Madrid, 1548. Galicia, mil cuatrocientos sesenta y ocho (A Coruña, 427; Ourense, 380; Lugo, 356 y Pontevedra, 305). Valencia, mil setenta y ocho (Valencia, 552; Alicante, 271 y Castellón, 255). Cataluña, ochocientas ochenta y tres (Barcelona, 329; Girona, 214; Lleida, 184 y Tarragona, 156). Aragón, ochocientos cuarenta y ocho (Zaragoza, 340, Huesca, 310 y Teruel, 198). País Vasco, seiscientos cuatro (Vizcaya, 234; Guipúzcoa, 204 y Álava, 166). Asturias, 595. Murcia, 411. Cantabria, 315. Navarra, 286. La Rioja, 232. Illes Balears, 210. Canarias, ciento diecisiete (Las Palmas,62 y Tenerife, 55). Ceuta y Melilla, ciento noventa y ocho (Ceuta, 112; Melilla, 86). Nacidos en el extranjero, 80. Se le ha asignado a cada Comunidad su denominación oficial; caso de tener más de una, la primera.
POR PROMOCIONES
Hemos escrito alguna vez no estar de acuerdo con el número de orden en que se promocionan los alumnos en el Colegio de Guardias Jóvenes, a su salida. Este año tiene asignada la 85; ignoramos el porqué. Téngase en cuenta que hasta el año 1.936 cada mes, “los mesotes”, según cumplían la edad establecida, se les imponía, con su padrino reglamentario, correaje y sombrero, ya como Guardias segundos o cornetas. Para nosotros que la primera Promoción, como tal, debió ser la de 1.941. El Colegio abrió en el mes de octubre de 1.940 como Compañía de Instrucción con personal diverso, incluso Guardias Provisionales, procedentes del mismo Centro. Pero no cabe aquí discutirlo. El año 1.855 empezaron, tímidamente, a engrosar el número de Guardias segundos, los primeros alumnos procedentes del Colegio –hemos visto en una hoja de filiación que el primero lo fue en 1.854, pero dudamos que así sea-. No encontramos hasta el año 1.884 la superación de la centena, no rebasándola de nuevo hasta 1.934, y ya sí de forma continuada a partir de 1.940, siendo el año 1.990 cuando contemplamos el número más alto, trescientos noventa y tres. Las bajas de cualquier tipo y los fallecimientos las han disminuido. Recordemos que hubo una época en que no todos los Guardias Jóvenes llegaban a ser Guardias Civiles, sea porque a los dieciséis años elegían otra profesión: carpinteros, sastres, zapateros, etc., de los que había en el Colegio maestros, o porque no reunían las condiciones de salud o estatura, o pasaban al Colegio Infanta María Teresa a estudiar una carrera, si tenían aptitudes para ello, o accedían a otros cuerpos militares, Academia General Militar incluida, o causaban baja a petición de padres o tutores por las razones que fueren.
PARA FINALIZAR
Hemos dejado en el tintero multitud de temas, que quizá retomemos en otra ocasión. El título de inicio nos obligaba a comentar los actos que con motivo de esta efemérides deberían tener lugar en las instalaciones del Colegio de Guardias Jóvenes “Duque de Ahumada” y/o en la localidad de Valdemoro, en cuyo término municipal radica. Otra circunstancia ha venido a modificar la planificación inicial, y es que este año, en el mes de octubre, tendrán lugar los actos institucionales en honor a la Virgen del Pilar, Patrona del Cuerpo desde 1.913, “...se declara nuestra Patrona a la que lo es del Colegio de Guardias Jóvenes...”, actividades que a nivel nacional se vienen realizando de manera itinerante por las capitales de provincia, con intervención destacada de sus Servicios y Especialidades del Cuerpo, exposiciones, conferencias, charlas/coloquio, conciertos, museo, actos deportivos, etc. Ello ha obligado a redistribuir el contenido de la programación inicial, hasta el punto de que en el momento que cerramos este escrito no tenemos el proyecto definitivo, del cual se dará conocimiento general en breve.
Artículo escrito por Faustino Ramírez Barreto
un saludo