“Hay interferencias permanentes con la Policía y la Guardia Civil que obstruyen nuestro trabajo”
Donostia - Camino de su segundo año al frente de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo hace balance de su gestión orientada a la adecuación de la labor de la Policía vasca a la nueva realidad tras el fin de la actividad armada de ETA. Este hecho ha liberado mucha presión en la Ertzaintza y también muchos efectivos para los viejos y nuevos tipos de delitos que afloran, si bien precisa que siguen invirtiendo tiempo y recursos en la lucha contra la banda armada, aún no disuelta y con atentados pendientes de resolver. Considera que su intento de lograr una policía cercana, de volver a la calle y hacerla más visible camina en la buena dirección. “Así nos lo dice la gente”, afirma.
Ocho mil ertzainas, más de cuatro mil entre guardias civiles y policías españoles, miles de policías locales… ¿No es mucha policía para un territorio y una población reducida?
-Hay que ajustar la presencia policial a la realidad y la realidad en este país ha cambiado en los últimos tres años sobre todo con el final de la actividad armada de ETA, que no su disolución. Hay presencia policial, sobre todo de la Guardia Civil y la Policía Nacional, por encima de lo razonable para el ejercicio de sus competencias. La Guardia Civil tiene la responsabilidad sobre armas y explosivos, y aduanas, y la Policía Nacional debe ocuparse de extranjería y documentación. Para hacer eso no hacen falta tantos recursos. Espero que con el tiempo sus plantillas se adecúen a la realidad y cada uno se dedique a lo suyo porque una excesiva presencia provoca interferencias.
¿Qué tipo de interferencias?
-Interferencias en actividades inspectoras en materia de seguridad privada en las que la Ertzaintza tiene la competencia, en la que a menudo la Policía Nacional interfiere haciendo inspecciones que no le corresponden; o la Guardia Civil haciendo inspecciones sobre material pirotécnico ahora que hay fiestas en muchos municipios, una materia que corresponde a la Ertzaintza. En la actividad ordinaria hay interferencias de estos cuerpos policiales en oficios judiciales que nos corresponden resolver. Es decir, permanentemente hay interferencias que no favorecen en nada porque duplicamos esfuerzos entre todos.
¿Ha habido fricciones entre ertzainas y guardias civiles y policías españoles debido a esas interferencias?
-Fricciones siempre hay pero la sangre nunca llega al río. Se trata de solventar las situaciones de la manera más razonable. Pero siempre es una obstrucción encontrarte en una investigación con otras personas que están mirando alrededor, genera incertidumbre. Si cuando estás vigilando a una persona encuentras otras personas que están en la misma actitud te crea la duda de si son policías, si son de otro servicio, si son gente que están vigilando a estos… Genera una tensión que no favorece el trabajo y a veces puede propiciar que los delincuentes se den cuenta de tanto movimiento alrededor y se levante la liebre.
¿Tiene sentido la presencia de la Guardia Civil y la Policía española habiendo una Ertzaintza integral?
-No tiene sentido y por eso cada vez que ha habido ocasión se lo hemos trasladado al Ministerio del Interior, haciéndoles ver que ese tipo de controles antiterroristas no tienen ya sentido y deberían desaparecer porque no favorecen la labor policial dentro de nuestra comunidad autónoma. Es evidente que no se han hecho eco de nuestros requerimientos.
¿Por qué Madrid sigue sin convocar la Junta de Seguridad?
-Corresponde al ministro del Interior convocarla pero parece que no hay voluntad de que la Junta se reúna. ¿Por qué? Se me escapan los cálculos políticos pero supongo que no es de su agrado hablar en el sentido de que el tema del terrorismo no ha cambiado nada porque ETA no ha dicho que se disuelve y por tanto no hay que bajar la guardia. Esa línea política se contrapone con la realidad y eso podría explicar su actitud ante la celebración de la Junta.
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