Cartera porta placa CNP |
fabricado en piel de vacuno |
enpieldeubrique.com |
Descontrol policial absoluto en La Mina de Sant Adrià de Besòs. El último asesinato en el barrio ha dejado en evidencia la poca efectividad del cuerpo de los Mossos d'Esquadra, que cuenta con una comisaría en la calle de Cristòfol de Moura, a escasos metros de donde se cometió el homicidio este lunes, 19 de septiembre.
Poco pudieron hacer la casi decena de furgones desplegados en el lugar de los hechos, en Rosalía de Castro, momentos después del tiroteo. La policía catalana, al cierre de este artículo, no había localizado al autor de los hechos pese a conocer la identidad del principal sospechoso.
"FALTA DE EFECTIVOS"
Lo reconocía 48 horas antes del suceso la alcaldesa del municipio, Filo Cañete, en una entrevista con EFE: "La comisaría de La Mina sufre una falta de efectivos". Cañete asegura que se necesitan más recursos de "orden público" y duda del número de agentes que actualmente ocupan la instalación, pero no cree que "lleguen a los 80".
Fuentes vecinales consultadas por este medio apuntan en la misma dirección: "Los tiroteos en el barrio ocurren en las narices de los Mossos, y no se enteran de nada. Esto es muy pequeño, y tienen la comisaría aquí. ¿Para qué sirve realmente?".
La comisaría de Sant Adrià fue la primera que se inauguró en el área metropolitana, en el 2003, y entonces contaba con un centenar de agentes. La construcción se incluyó en el Plan de Transformación del barrio 2000-2010 promovido por el Consorcio del barrio de La Mina y pretendía "mejorar las condiciones de habitabilidad, vida comunitaria y convivencia", tal y como se puede leer en el comunicado que emitió la Generalitat aquel año.
TRES TIROTEOS EN UN AÑO
En febrero, La Mina vivió otro violento episodio. Policía Local y Mossos se desplegaban por la zona tras otro tiroteo en la calle Marte. En aquella ocasión no hubo víctimas mortales ni ningún herido, pero la investigación de la policía catalana tampoco concluyó lo que había sucedido.
Se barajaban diversas teorías, algunas de ellas relacionadas con más disparos: los que hubo en septiembre de 2021.
FAMILIAS ENFRENTADAS
Los vídeos empezaron a filtrarse a través de las redes sociales y mostraban a diversos implicados disparándose con armas a pie de calle. Cuando los Mossos llegaron al lugar de los hechos, alertados por el vecindario de la calle Venus, no encontraron a nadie.
Un hombre de unos 60 años resultó herido en el intercambio de balas y los días posteriores estuvieron marcados por ráfagas al aire, seguramente para marcar territorio.
TRAFICANTES DE MARIHUANA
Ya no solo es un barrio conocido por las rencillas familiares, sino que La Mina se enfrenta a otra problemática: la de la droga. La alcaldesa subraya que el "gran problema" es "todo lo que implica el fenómeno de la droga" y ha aseverado que, si no fuera por esto, el barrio sería muy similar a otras zonas de la ciudad o del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
En marzo de este año un macrooperativo se saldaba con 15 detenidos, algunos de ellos en el barrio, por traficar y poseer plantaciones de marihuana. Este martes, 20 de septiembre, la policía desplegaba otros centenares de agentes en Sant Adrià para desmantelar una banda de secuestradores.
https://www.metropoliabierta.com/el-pul ... 9_102.html
Barcelona, la ciudad de los 400 delitos al día: "No puedes llevar un bolso, parece el Bronx"
El aumento de los delitos violentos dispara la sensación de inseguridad en vecinos y comerciantes, que la sitúan como su principal preocupación
«Barcelona no es una ciudad segura, parece el Bronx, no puedes llevar un reloj, no puedes llevar un bolso». Lo dice Esther Melero de Castro, quien volvió «a nacer» un 7 de diciembre de 2021. Ese día caminaba por la Diagonal cuando un ladrón que iba en moto se subió a la acera y la atropelló para quitarle el bolso. Para ello la arrastró varios metros. Perdió el conocimiento y cuando lo recuperó no recordaba nada: «Sangraba por la cabeza y no me podía mover del dolor». Estuvo semanas ingresada.
Pero peor son las secuelas, tanto físicas -las cicatrices o las cuatro operaciones de la clavícula que lleva, por ejemplo- como psicológicas: «No podía salir sola a la calle, iba con bolsas de supermercado y no he vuelto a coger un bolso por miedo». Por el momento no han detenido al sospechoso ya que la moto era robada y llevaba casco, con lo que es complicado de identificar.
Esther es una de las víctimas que ponen rostro y voz a las cifras de delincuencia en Barcelona y la prueba del aumento de la violencia de los asaltantes. En los seis primeros meses de 2022, la ciudad registró 78.173 delitos, un 40% más respecto al mismo periodo del año anterior, lo que supone hoy una media de 434 infracciones penales al día. Este verano, además, subieron los delitos más violentos, como los abusos sexuales, las lesiones, llevar armas prohibidas, la desobediencia y resistencia a agentes y la tenencia y consumo de drogas.
Los últimos barómetros del Ayuntamiento de Barcelona indican que la inseguridad es la primera preocupación de ciudadanos, empresarios y comerciantes. Una de ellas es Maite Sagrera, que tiene una zapatería en La Rambla. Explica que «en la zona hay un montón de robos», más fuera que dentro de los locales, pero que «el problema es que nadie acude a las tiendas cuando hay un incidente, eso crea inseguridad». Además, lamenta que apenas hay patrullaje policial, «ni en coche ni a pie», por la zona, por lo que crece «la sensación de desamparo» por la cantidad de robos y la multirreincidencia de algunos delincuentes.
"Siempre es gente de fuera, saben perfectamente que tal como entran en comisaría salen por otra puerta, saben hasta dónde pueden robar, que no pasa nada", indica Maite. Por eso lamenta que "con los años la situación de inseguridad se ha agravado" en la ciudad mientras hay más control e inspecciones por parte de la administración vigilando "hasta que tengas los carteles con los horarios bien puestos".
"IMPOTENCIA Y DESAMPARO"
El asalto provoca una doble victimización por las secuelas que deja. Esther, a la que atropellaron parar robarle el bolso, también se queja de "impotencia y desamparo". "No he vuelto a ser la misma desde ese día, voy con miedo, tuve una crisis de pánico caminando por el Raval hacia una tienda y nunca antes me había pasado".
Al no detener al sospechoso no ha superado emocionalmente esa agresión. "Me falta cerrar ese capítulo, lo recuerdo cada día, cuando me ducho me veo las cicatrices y salgo con miedo", dice. Se siente desamparada por parte de la administración, explica, y asegura que su vida "paró" un 7 de diciembre, ya que tuvo que cancelar sus compromisos laborales y sociales, y que desde entonces se ha gastado mucho dinero en tratamientos médicos y psicológicos para recuperarse: "Nadie me ofreció ayuda ni me acompañó, no tuve apoyo moral de la administración".
"VAS CON PARANOIA POR LA CALLE"
La empresaria Olga García Berzal ha sufrido cuatro robos en un año. El primero saliendo de una televisión local en la que colabora la asaltaron por detrás para quitarle el bolso y la dejaron en el suelo. "Fue un susto, pero tuve que iniciar la tramitación para la obtener de nuevo la documentación que llevaba y antes de tenerla, un fin de semana poco después, dejé el coche aparcado en la puerta de la clínica de estética que tengo y me lo abrieron para quitarme otra vez el bolso" destaca. Días más tarde le robaron la moto de la puerta de la clínica y unas semanas después asaltaron su negocio por la noche.
"Entraron por la puerta que hay al final y tenían bien calculado los tiempos antes de que llegasen los Mossos ya que fueron a los despachos en los que podía haber dinero y objetos de valor como dispositivos electrónicos", explica Olga, quien asegura que siente mucha "inseguridad" y que va "con paranoia por la calle, con miedo a que te vuelvan a robar".
Janet Tudó cuenta que su madre, de 90 años, sufrió un asalto cuando volvía de comprar. Un ladrón se coló tras ella en el portal de su casa, situada en el barrio de Sagrada Familia, para intentar quitarle la bolsa, pero la mujer se resistió. Por eso, el sospechoso la empujó y con ella en el suelo pudo estirarse las cadenas de oro que llevaba y huir. Unos vecinos la ayudaron a levantarse y pese a las heridas y el dolor, la víctima fue a poner la denuncia. "No sabemos cómo acabó ya que no nos dijeron nada más", explica Janet quien cuenta que, a consecuencia del ataque, su madre se rompió la cadera: "No volvió a ser la misma, tenía miedo a salir".
Además, Janet también explica como su hija ha sufrido dos intentos de violación. El primero por un portero de una discoteca "que denunciamos, pero no pasó nada y ahí sigue" y otro por una persona "de raza negra que recoge chatarra de los que duermen" junto al Museo de Arte Contemporáneo en el Raval, próximo al domicilio de su hija: "Por eso tiene que pedir ayuda a los 'lateros' para que la acompañen hasta el portal para evitar riesgos".
MÁS ABUSOS SEXUALES
Las altas cifras de delincuencia obligaron a un plan de choque policial durante el pasado verano, lo que atenuó un 12% los delitos cometidos entre junio y agosto -la mayoría hurtos y robos- en comparación con los mismos meses de 2019, ya que en los años de pandemia había restricciones de movilidad, con pocos turistas y limitaciones y cierres en comercios y locales de ocio.
Los últimos reflejan que en la ciudad se producen más abusos sexuales, que han subido un 63,5%, pasando de 74 a 121. También aumentaron las lesiones, pasando de 724 a 840 delitos con 137 detenidos, así como las estafas, principalmente las telemáticas, creciendo de 2.989 a 3.957 denuncias. Otros de los delitos que están al alza en la ciudad son el consumo y tenencia de drogas, llevar armas prohibidas -un 68,48% más respecto a 2019 por el incremento de controles- así como la desobediencia y resistencia a agentes, un 74% con 269 denuncias.
Sí han bajado las agresiones sexuales, que se redujeron un 21%, de 60 a 47. Los detenidos por estos delitos se incrementaron un 71,1%, pasando de 45 a 77 este verano: 53 por abusos y 24 por agresiones.
El aumento de la presencia de agentes en las zonas más turísticas ha logrado este verano una ligera reducción de los robos con violencia e intimidación en la calle, bajando un 12,1% (han pasado de 2.223 a 1.953) y también de los robos con fuerza, que han caído un 20% (de 1.396 a 1.116). Pero los números siguen causando alarma social.
ROBAR EN TRES MINUTOS
Ante esta situación de inseguridad se han incrementado las consultas legales, como indican desde el despacho Vosseler Abogados. También Andreu Maldonado Macho, CEO de la empresa de seguridad INN Solutions, explica que han aumentado la atención a personas que vienen a buscar una alarma o una puerta más segura para su vivienda y señala que se están recuperando los índices de robos de 2019, justo antes de la pandemia, principalmente en las primeras residencias de ciudades grandes.
"Buscan mejorar la seguridad de su casa ya que conocen a alguien, un familiar o un vecino, que han sufrido un robo", señala Maldonado quien destaca que los asaltos se cometen por ladrones cada vez más especializados que priorizan "la cantidad más que la calidad". "Abrir una casa y robar son tres minutos", afirma y añade que se acostumbran a llevar objetos de valor, como joyas y equipos electrónicos, antes de ir rápidamente al siguiente piso. Por eso, aseguran que los clientes piden asesoramiento para instalar una alarma o mejorar el blindaje de su puerta y su empresa ofrece un evaluador de riesgos que aporta la mejor solución de forma "equilibrada" con los hábitos de vida del solicitante.
"En los últimos 10 años se ha disparado la venta de alarmas y también los robos, y cuando fuerzas una puerta blindada habitualmente nadie se entera y el ladrón, aunque tarde un poco más, tiene tiempo para registrarla", explica Maldonado. Por eso comercializan puertas con sensores que avisan al propietario o a la policía si entran a robar e incluso algunas tienen cámara y altavoz que insta al caco a cesar en su empeño de forzar la cerradura. Así, se mejora la seguridad del hogar.
47.000 JERINGUILLAS EN LA CALLE
Las asociaciones vecinales Xarxa Veïnal del Raval y Acció Raval, junto a otras entidades, se reunieron esta semana con responsables de seguridad del Ayuntamiento para alertar del aumento de los pisos ocupados por narcotraficantes, «aunque no estén todos activos».
En concreto, han detectado unos 60 pisos ocupados por miembros de mafias que usan estas viviendas vacías como una «infraestructura fácil». Por eso los vecinos reclaman «medidas políticas» para que los pisos vacíos no acaben en manos de los traficantes y alertan de que los consumidores de droga lo hacen mayoritariamente en la calle con lo que los servicios de la Agencia de Salud pública de la Generalitat «están colapsados».
Los datos del Ministerio del Interior reflejan un incremento en delitos relacionados con las drogas. Entre enero y agosto de este año, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona han desmantelado 56 puntos de venta de droga en el distrito de Ciutat Vella, mayoritariamente en el barrio del Raval, y han detenido a 59 personas vinculadas con delitos de tráfico de drogas en el entorno de estos pisos, aunque no todos están ocupados.
Desde el Ayuntamiento de Barcelona se reconoce que la presión policial ha provocado que el consumo de heroína se traslade a la calle, con 47 jeringuillas encontradas, lo que afecta a la convivencia en la zona.
Por eso el teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, pidió más presencia policial en Ciutat Vella para que hagan tareas de investigación previa a acabar con estos narcopisos junto con más patrullas uniformadas en la calle. Además, reconoció que es "una situación compleja y nada querida" por parte del Ayuntamiento e instó a actuar a los propietarios de pisos vacíos para evitar ocupaciones de las mafias.
En los primeros nueve meses del año los delitos bajaron en Ciutat Vella un 22% en comparación con el mismo periodo de 2019, principalmente los robos y los hurtos que son el 68% de los delitos contra el patrimonio que se producen. Las detenciones aumentaron un 1% respecto a hace tres años.
"HAY UN PROBLEMA CON LOS HURTOS"
Desde el Ayuntamiento de Barcelona se considera que la ciudad es segura. El teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, afirmó que existen "problemas puntuales" de seguridad en comparación con otras capitales europeas. Sin embargo, afirmó a Efe que la ciudad sufre las consecuencias "negativas" de ser una ciudad de "éxito" con un gran atractivo turístico y ser un punto de referencia en actividades económicas y de ferias. En este sentido indicó que "tenemos un problema muy grave con los hurtos, que generan inseguridad y, sobre todo, mucha percepción de inseguridad".
Por eso, desde el Consistorio se instó al Congreso a endurecer el Código Penal para castigar con penas de prisión la reincidencia, ya que hay muchos delincuentes en la ciudad que acumulan numerosas detenciones y que siguen actuando pese a ser arrestados una y otra vez. Batlle recordó la coordinación policial entre Mossos y Guardia Urbana y el incremento de agentes en la ciudad de los dos cuerpos, como se pudo ver el verano pasado en el plan de choque aplicado para mejorar los índices de seguridad, principalmente los robos con fuerza y los hurtos.
Además, señaló que en Barcelona se reproducen fenómenos de delincuencia urbana presentes en otras ciudades como agresores violentos que usan armas blancas sin sentido del riesgo que aprovechan las aglomeraciones, como los botellones.
También la comisaria Marta Fernández, responsable de Mossos en Barcelona, afirmó que se trata de "un ciudad segura" donde se producen delitos de baja intensidad como hurtos principalmente y que una de las prioridades policiales es la prevención de robos violentos, que habitualmente son sin armas, con un solo asaltante y sin causar lesiones, sustracciones dentro de casas y los delitos contra las personas.
DELINCUENCIA POR TODA CATALUÑA
Los datos del Ministerio de Interior especifican un incremento de más del 27% de infracciones penales en el conjunto de Cataluña en el primer semestre de este año. En concreto se registraron 225.580 delitos por los 177.073 de 2021 en el mismo periodo y destaca el aumento de delitos graves, como lesiones, casi un 43% así como los delitos contra la libertad sexual un 14%, de ellos las violaciones un 31%.
También aumentaron los robos con fuerza (29%), con violencia (33%) y los hurtos (49%) mientras que las muertes violentas y los secuestros bajaron y los intentos de homicidio registraron una leve subida del 3%. Las cifras de inseguridad suben en la comunidad en un momento en que la cúpula de Mossos está inmersa en una crisis interna de liderazgo. No hay duda de que la inseguridad será uno de los temas más candentes en la próxima campaña electoral municipal en 2023.
https://www.elmundo.es/cataluna/2022/10 ... b458f.html
Los menas magrebíes cometen el 80 % de los delitos en Barcelona según la Guardia Urbana
Fuentes de la Guardia Urbana señalaron a LA RAZÓN que la “inmensa mayoría de los delitos en Barcelona son cometidos por extranjeros, el 80 %, y de ellos la mayoría son de menas (menores extranjeros no acompañados) magrebíes”. La ciudad es “insegura”, insisten.
En los últimos meses parecía haber remitido el fenómeno de los menas ladrones, muy frecuente en los 2 veranos con pandemia, pero de forma quizás más silenciosa, pero acorde con el crecimiento delictivo en la capital catalana.
“Recriminamos esa tolerancia, casi complicidad” del Ayuntamiento en algunos asuntos. “Vemos que no se quieren ofrecer datos reales sobre quién o quienes están detrás de esta delincuencia”, vuelven a recriminar, y también incluyen a los saqueos de las fiestas de la Mercè.
Tienen claro que “muchos de los saqueadores de comercios durante las fiestas” están estos menas, casi todos procedentes de Marruecos y Argelia.
Este verano han vuelto con mucha fuerza en la ciudad, pero la época más crítica quizá llegó entre los años 2018 y 2020. Tras décadas y décadas, el chabolismo volvió a la barcelonesa montaña de Montjuïc, pero ahora en color, no en las clásicos imágenes en blanco y negro de hace un siglo. Y los habitantes también son muy diferentes. Según explica y denuncia la Guardia Urbana, ahora dominan, además de los clásicos indigentes y personas “sin techo”, los denominados menas (menores extranjeros no acompañados), y de paso, y lo que es aún peor, los conocidos desde hace tiempo como “tcharmile”, grupos mafiosos muy vinculados a bandas juveniles latinas.
Así las cosas, la problemática ha vuelto, aunque estaba latente, y los vecinos están hartos de denunciar la situación, porque los problemas de todo tipo por la cercanía abundan. Sobre todo, si eres una mujer y vas sola.
Fuentes de la Guardia Urbana lo admiten todo a este diario. “Hay diferentes tipos de personas en situación de exclusión social que viven en la montaña”. Se refieren a los grupos citados antes, sin ningún tipo de arraigo en la ciudad y con escasos o nulos medios para subsistir.
Existe incluso la Asociación de Vigilancia Solitaria, un grupo de vecinos del Poble Sec que se dedica a denunciar, con imágenes y vídeos, los problemas de delincuencia en la zona. Sus últimas quejas hacen referencia a menas actuando contra turistas, pero van más allá, y apuntan a los “tcharmile”, vinculados a los Latin Kings (que aún existen, pero con menos presencia que antaño) y los Maras, procedentes de El Salvador.
La Guardia Urbana detalla que todos viven en chaboles de cartones, desperdigados por la montaña, y que “generación una lógica sensación de inseguridad” en la zona. Los ataques e incluso agresiones se han convertido en demasiado frecuentes.
Esta sensación de inseguridad, explican fuentes del cuerpo policial, afectan a la gente que va a practicar deporte aprovechando la naturaleza que ofrece la montaña, todo un pulmón verde en la ciudad. También sucede lo mismo con las comunidades de vecinos del distrito. “Ellos mismos nos han trasladado estas sensaciones y problemas”, explican desde la Urbana.
No hace mucho tiempo, los Mossos d’Esquadra detuvieron e ingresaron en un centro de menores a un mena, que estaba tutelado por la Generalitat pero que va se salió del sistema, como presunto autor de 7 violaciones en Montjuïc y Poble Sec.
Teniendo en cuenta las sempiternas trelaciones tensas entre el Ayuntamiento dirigido por Ada Colau y la propia Guardia Urbana, es normal que aparezca un asunto que hace demasiados años que se arrastra. “Tenemos problemas de recursos humanos”, denuncian de nuevo los policías consultados, y “así no podemos llegar a reforzar los servicios, Albert Batlle (concejal de Seguridad del Consistorio) y la propia alcaldesa parece que no están por esta labor de atender a la problemática de los ciudadanos”.
Las asociaciones de vecinos hablan incluso de prostitución forzada de chicas muy jóvenes por parte de estas bandas organizadas, y también de tráfico de drogas.
A estos jóvenes menas, dicen los vecinos, es habitual verlos por las Fuentes de Montjuïc, esperando presas fáciles de capturar, como turistas despistados. una presa fácil, como un par de turistas despistados y con la guardia baja.
https://www.larazon.es/cataluna/2022092 ... 5f2cm.html