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Planteo el caso para que se entienda fácilmente la situación:
Imagínense que uno esta tranquilamente sentado en un banco tomando un refresco. Un coche patrulla de la Policía Municipal de Madrid, pasa cerca y despacio, observando al sujeto en cuestión. El coche se detiene. El sujeto, como es natural en una persona inocente, no tiene motivos para alarmarse. El binomio se acerca, y, sin ningún uso cordial, uno de los agentes exhorta al sujeto a identificarse. El sujeto, contestando afirmativamente, procede a mostrar sus credenciales.
En el proceso de identificación, al sujeto se le pasa por la cabeza la idea de preguntar por la causa de su identificación. La respuesta de uno de los agentes es directa y tajante: - a usted qué le importa. Debe ser que ese día el sujeto se levantó con ganas de hacer la revolución, de llevar a cabo actos de sabotaje y subversión, ya que, ante la tan clara respuesta recibida, el sujeto decidió a su vez responder con una nueva pregunta, no sin hacer una pausa para meditar bien sus palabras: - perdone agente, ¿ podría decirme si no tengo derecho a recibir una explicación sobre porque se me identifica ? Entiendo que al igual que usted está en su derecho de identificarme, yo también debo tener algún derecho, al igual que ejerzo mi deber y me identifico. Mi tono fue totalmente cordial, y mi intención simple y llanamente era resolver una duda sobre mis derechos como ciudadano. Pero parece ser que al agente que se quedó conmigo mientras su par realizaba las comprobaciones pertinentes, no le acababan de agradar. Su respuesta fue la que sigue: - acabo de decirte que no te importa, chavalote (aunque tengo cierta edad, sienta bien que a uno se la rebajen, aunque sea con formas despectivas). Tu sigue hay tomando el sol en el banco.
Eso ya cambió mi estado de ánimo. Le contesté: - ¿ usted se cree que estoy aquí por gusto y esparcimiento ? ¿ acaso no es consciente de la cantidad de parados que hay en este país ? ¿ de qué me conoce usted para hacer tales afirmaciones ? ¿ por qué me falta usted al respeto ?
Esto ya le debió sentar peor. Mientras esto ocurría, su compañero volvía hacia nosotros, después de realizar las comprobaciones, y con intención de devolverme mi documento. Al ver que había animada conversación, el agente echó hacia atrás la mano con la que iba a extenderme mi identificación , diciendo: - ¿ pasa algo ? A lo cual, el compañero contestó: - si, el chavalote éste, que se pone flamenco. El agente recién llegado me miró, altanero. Preguntó: - ¿ que pasa, hay algún problema ? Yo contesté que quería saber porque se había procedido a mi identificación. El agente sencillamente me contestó devolviéndome mi identificación y diciéndole a su compañero que todo estaba en orden. Luego comprendí de que tipo de orden hablaba.
A los dos meses, recibí en casa una carta certificada. Se trataba de un abonaré junto con una notificación en la que se indicaba que, al no haber recurrido la denuncia que se me realizó el día en el que sucedieron los eventos antes descritos, y que, habiéndome negado también a abonar la mitad del importe en el plazo fijado desde la notificación en mano de la denuncia como bonificación por el ingreso en dicho plazo, se me notificaba que debía ingresar el importe completo de la multa, por el valor de 600€, por las causas citadas en dicha denuncia, etc. Nada más leer la notificación, ni siquiera entendía lo que ocurría. Pero parándome a recordar, no me costó mucho llegar a la explicación. Decidí ir a la dirección que indicaba la notificación para poner una reclamación. Allí me indicaron que podía acceder a la copia de la denuncia que estaba en el archivo: fue la primera vez que vi la denuncia y de que se me acusaba. Y, evidentemente, entendí la razón por la que no se me indicase que se me iba a denunciar ni de que se me diese en mano la denuncia (quien sabe, igual tuvieron que pensarlo un buen rato. Aunque, visto lo visto, debe ser un proceso que tienen bastante manido), ya que es complicado aceptar que una persona que consume un refresco de naranja en la vía pública acepte el ser denunciado por el consumo de una mahou clásica, como reza la copia a la que tuve acceso, repito, por primera vez, dos meses después de ser denunciado. En la denuncia también indica que 'el sujeto recibe copia en mano de la denuncia'.
Huelga decir que la reclamación no sirvió.
Pero como dato interesante, y que es lo que realmente me gustaría aportar, ya que, después de lo explicado, se entenderá que contra la palabra y la denuncia "entregada en mano" por los agentes nada se puede hacer, salvo que uno tenga medios, diré lo siguiente: hablando con la funcionaria a la cual le entregué mi reclamación, y comentándole el asunto, ojo al dato, me dijo que no era el primero que acudía a realizar ese tipo de reclamación. Es decir, recibir el abonaré sin saber ni siquiera que uno/a ha sido denunciado/a es un ejemplo más de la corrupción que asola este país.