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Un juzgado de Barcelona ha condenado a un hombre que propinó un puñetazo a un agente de la Policía Nacional tras increparle previamente mientras se hacía una fotografía con una compañera
Una indemnización de 17.806,62 euros y un año de cárcel. Ese es el castigo que ha impuesto un juzgado de Barcelona a un hombre que pegó un puñetazo a un agente de la Policía Nacional que se encontraba junto a su pareja disfrutando de un día libre en la Ciudad Condal, según la sentencia a la que ha tenido acceso Vozpópuli. El individuo, instantes ante de la agresión, estaba molestando a la pareja que intentaba hacerse una foto en la Torre Agbar pero fue increpada por este sujeto y sus amigos.
La sentencia, emitida a finales de julio por el Juzgado de lo Penal número 6 de Barcelona, ha tardado más de dos años en concretarse. La magistrada tomó declaración a los testigos de la agresión pero el acusado no acudió a la sala. Y es que el suceso se remonta a la noche del 26 de mayo de 2022 cuando el agente estaba junto a su pareja, otra policía, disfrutando de su tiempo libre.
Los hechos probados de la sentencia relatan que el agresor, Aziz, que no contaba con antecedentes penales, estaba junto a un grupo de amigos a la altura del número 211 de la Avenida Diagonal de Barcelona. Se aproximaron a una pareja que estaba haciéndose una foto en la Torre Agbar, colocándose entre ellos con la "clara intención de cometer algún ilícito penal".
Un puñetazo por la espalda al agente
La pareja, tras pedirles varias veces que se apartasen, se identificaron como policías fuera de servicio y exhibieron su placa. Requirieron al acusado y a sus acompañantes para que se apartasen y dejase de molestarlos. A continuación tuvo lugar la 'gratuita' agresión.
En un primer momento, se apartaron pero cuando el agente se dio la vuelta el condenado se aproximó a él y con conocimiento de la condición de funcionario de la autoridad, "con claro deprecio al principio de autoridad", haciendo caso omiso a sus requerimientos previos y con "ánimo de menoscabar su integridad física", le "propinó un puñetazo en la cara en el momento en que se volvía hacia él y, acto seguido, salió huyendo". Los agentes le persiguieron al grito de "alto policía".
La pareja de policías tuvieron que introducir al agresor en un local cercano ya fin de protegerse del grupo cerrando la puerta. Los acompañantes de este hombre arremetieron contra la puerta. El condenado llegó a levantar la mano para pegar a la policía.
Acto seguido llegaron los refuerzos de los Mossos d'Esquadra disolviéndose el grupo y procediendo a la detención del acusado. Como consecuencia de la agresión el policía sufrió lesiones consistentes en luxación posterior del hombro derecho y contusión facial con herida de 0,5 centímetros en mucosa de labio inferior.
Las secuelas del policía
Esta dolencia precisó tratamiento médico quirúrgico y tardó en sanar 192 días y le dejó secuelas. "Limitación de la movilidad del hombre derecho en abducción a 160º.... o perjuicio estético ligero por tres cicatrices", relata la sentencia sobre el agente que fue defendido por los servicios jurídicos de Jupol. Los testigos del suceso confirmaron en todo momento la versión de los agentes y no conocían al acusado de nada.
La primera agresión fue un puñetazo por la espalda y se fue corriendo. Repitió muchas veces que era policía y su compañera también pero no cesaron en su comportamiento. El hombro se lesionó cuando quiso reducirle.
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