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La propuesta apunta a un modelo de fuerzas terrestres realista y sostenible, dirigido a optimizar las capacidades operativas, teniendo en cuenta el panorama estratégico bosquejado por la DDN. A saber, fundamentalmente, un escenario incierto de amenaza híbrida -combinación de conflicto convencional con confrontación de carácter asimétrico; un escenario complejo que requiere la puesta en juego de muchas capacidades distintas- y la existencia de la amenaza no compartida -es decir, la defensa del territorio nacional frente a amenazas que no son comunes a las de nuestros socios y aliados-.
De igual manera, la Directiva del JEME tiene en cuenta los proyectos gubernamentales con respecto a las FAS: el aseguramiento de una España fuerte con la influencia necesaria en el contexto internacional y el mantenimiento de una capacidad de disuasión creíble y suficiente que evite la materialización de amenazas en nuestro entorno geográfico. El Ejército español ha de dar respuesta a todo ello con sus posibilidades presentes y futuras, teniendo en cuenta que no se parte de cero. Pese a los propios condicionantes, se busca ofrecer una respuesta rápida y eficaz al empleo de las fuerzas terrestres por parte del Gobierno, lo que exigirá una organización adaptable y flexible, cuya característica fundamental será la polivalencia. Ésta supondrá una evolución en todos los órdenes: materiales e infraestructuras, mentalidad del personal y de la doctrina de empleo, organización y preparación para el combate.
Una Fuerza polivalente
La materialización de esta polivalencia vendrá de la mano de una Fuerza con un conjunto de capacidades que puedan dar respuesta a las exigencias operativas en todo el espectro del conflicto; contar con cuarteles generales de entidad superior a brigada, con capacidad para asumir el mando y control de cualquier tipo de fuerzas y operaciones a su nivel; transformar las actuales brigadas en Brigadas Orgánicas Polivalentes (BOP); y disponer de unas pequeñas unidades tácticas y logísticas especializadas en una función operativa, pero aptas para asumir otros cometidos.
Las mencionadas Brigadas Orgánicas Polivalentes, cuyo impacto será esencial sobre la futura estructura de la Fuerza, serán unidades que combinarán la potencia de combate, la adaptabilidad y la capacidad de proyección. Su configuración ideal (en cuanto a elementos de maniobra) sería un batallón de plataformas de tiro tenso, sobre ruedas o cadenas; dos batallones sobre el futuro vehículo de combate (tipo 8x8, según las tendencias actuales); un batallón dual con la capacidad 8x8 más los medios y el adiestramiento necesario para ser aerotransportado; y, por último, una unidad de reconocimiento, tipo grupo, con capacidades de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR).
Pero pongamos los pies en la tierra, porque disponer de estas BOP ideales significaría manejar un presupuesto muchísimo más elevado del existente. Algo impensable. Sin embargo, el Ejército español adaptará este modelo a sus posibilidades reales y el resultado será dos tipos distintos de BOP. El primero constará de un batallón dual aerotransportable, dos o tres batallones más de 8x8 y una unidad de reconocimiento sin batallón de carros. El segundo, por su parte, será igual que el primero pero sustituyendo el batallón dual por un batallón de plataformas de tiro tenso (carros).
http://www.ejercito.mde.es/actualidad/2012/12/2041.html
Interesante nuestro porvenir...